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Foros de política y actualidad => Café Castilla (off topic) => Mensaje iniciado por: Curavacas en Octubre 12, 2009, 21:59:58



Título: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: Curavacas en Octubre 12, 2009, 21:59:58
Navegando por la Red, he encontrado este texto sobre el famoso enfrentamiento entre Miguel de Unamuno y Millán Astray. A ver qué os parece.



El día 12, en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, se organizó un acto de exaltación hispánica y racial que se convirtió” en un aquelarre de simbolismos y gritos rituales fascistas”. Miguel de Unamuno, rector de la Universidad, presidía la mesa. El general Franco le había cedido su representación en el acto académico. Era la primera ocasión para que los militares amigos de Hitler y Mussolini, alzados contra la II República española, pudieran exaltar abiertamente los valores por los que se habían sublevado y “por los que estaban llenando de sangre los campos y las ciudades de España”.

El estallido de la guerra había pillado al autor de La agonía del cristianismo en Salamanca, ciudad que, junto con Burgos, funcionaba como capital de facto de los facciosos antirrepublicanos. En aquellas primeras semanas, el pensador vasco mostró un apoyo expectante hacia los sublevados contra la legalidad republicana y el número de sus disparates políticos no es un cardinal menor. Su extravío ideológico y su confusión política no fueron, se miren como se quieran mirar, una simple y breve nota a pie de página.

En la mesa del acto, además del propio Unamuno, figuraban el cardenal Enrique Plà y Daniel, de origen catalán; el fundador de la Legión, el general Millán Astray, con sus armas en la mano; Carmen Polo, la esposa del general golpista, con sus escoltas personales

La puesta en escena siguió el siguiente desarrollo. Intervinieron, en primer lugar, José María Ramos Loscertales, catedrático de Historia, un ex liberal converso de última hora, que habló del imperio español y de las esencias históricas de la raza; el dominico P. Beltrán de Heredia, también historiador de la Universidad de Salamanca, el más comedido de los participantes, quien hizo referencia a los maestros de la vieja Universidad, y a su “humanística y humanitaria preocupación por los modos de la colonización americana, en especial su compañero de Orden, el P. Vitoria, burgalés, creador del derecho de gentes” y coartada de los supuestos valores espirituales que los levantados en armas contra la Constitución republicana decían defender. Francisco Maldonado de Guevara, catedrático de literatura de la Facultad de Filosofía, habló del caudillo, de las maldades de la URSS y de la necesidad de exterminar a la anti-España. José María Pemán habló a continuación y sugirió que cada uno, que cada español en su pecho construyera un Alcázar de Toledo.

El legionario Millán Astray, falto de un brazo, un ojo cubierto, cojeando de una pierna, habló a continuación.

Astray: Catalunya y el País Vasco son cánceres en el cuerpo de la nación. El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí. La carne sana es la tierra, la enferma su gente. El fascismo y el ejército arrancarán a la gente para restaurar en la tierra el sagrado reino nacional… Cuando Franco lo quiera y con la ayuda de mis valientes moros (sic), que si bien ayer me destrozaron el cuerpo, hoy merecen la gratitud de mi alma por combatir a los malos españoles... Porque dan la vida por la sagrada religión de España, escoltan a nuestro Caudillo.

Astray, junto con el auditorio exaltado: ¡Viva la muerte!

Astray (con gritos muy varoniles): ¡España! ¡Una! ¡España! ¡Grande! ¡España! ¡Libre!

Unamuno, que entonces tenía 72 años respondió a continuación: Todos estáis pendientes de mis palabras y todos me conocéis y me sabéis incapaz de callar. Callar significa a veces mentir, porque el silencio puede interpretarse como aquiescencia. Yo no podría sobrevivir a un divorcio entre mi consciencia y mi palabra. Seré breve y la verdad es más verdad cuando se expone desnuda.

Quisiera, pues, comentar el discurso, por llamarlo de algún modo, del general Millán Astray… Dejemos aparte el insulto personal que supone la repentina explosión de ofensas contra vascos y catalanes. Yo nací en Bilbao, en medio de los bombarderos de la segunda guerra carlista. Luego me casé con esta ciudad de Salamanca, tan querida, pero jamás he olvidado mi ciudad natal. El obispo [Unamuno señaló al cardenal Plà y Daniel] quiéralo o no, es catalán, nacido en Barcelona… Acabo de oír el grito necrófilo y carente de sentido de ¡Viva la muerte! Me suena lo mismo que ¡Muera la vida! Y yo, que he pasado la vida creando paradojas, he de deciros, como autoridad en la materia, que esa ridícula paradoja me repugna…

El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Desgraciadamente hay hoy demasiados inválidos en España. Y pronto habrá muchos más. Me aterra penar que el general Millán Astray pueda dictar normas de psicología de masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era simplemente un hombre, y no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como digo, que carezca de esa superioridad de espíritu, suele sentirse aliviado viendo como se multiplica el número de mutilados alrededor de él.

Millán Astray, sentado en el extremo de la mesa presidencial que había golpeado repetidamente con su única mano, y que se había alzado y había interrumpido a Unamuno, gritó: ¡Mueran los intelectuales! ¡Viva la muerte!

Auditorio, como coro fascista: ¡Mueran los intelectuales! ¡Viva la muerte!

José María Pemán [ahora entre el público]: ¡No! ¡Abajo los falsos intelectuales! ¡Traidores!

Unamuno (concluyendo el acto): Estamos en el templo de la inteligencia y yo soy aquí su sumo sacerdote. Vosotros estáis profanando un sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Y ahora os digo: venceréis pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y el derecho en la lucha. Me parece inútil deciros que penséis en España. He dicho.

Hubo riesgo de linchamiento. Carmen Polo, el cardenal Plà y otro general franquista presente en el acto condujeron a Unamuno fuera del paraninfo y lo metieron en un automóvil. Unamuno tropezó, al salir, en la puerta de la Universidad. Una multitud de brazos en alto y de gritos patriótico-fascistas rodeó el coche. El general legionario se enfrentó todavía con el viejo rector con un gesto de desafío, junto al estribo mismo del coche de Carmen Polo. Dejando la multitud atónita y exaltada, Unamuno fue conducido por la calle de la Rúa a su domicilio. Poco a poco fue recuperando la normalidad.

Los periódicos del día siguiente, 13 de octubre, abrieron la primera página con los siguientes titulares: “La fiesta de la Raza se celebro este año en Salamanca con excepcional y magnífica solemnidad”.

Desde luego: no hubo referencia alguna al incidente entre Unamuno y el general golpista Millán Astray.

Destituido del rectorado, arrestado en su domicilio, Unamuno murió pocos meses más tarde, el 31 de diciembre de 1936.

Durante este período de arresto se arrepintió mil veces de haber contemporizado con los sublevados. En una carta de este período, dirigida a un periodista francés, Unamuno pronosticaba que “En esta guerra que se libra en España morirán cientos de miles de personas y miles de otras deberán marchar al exilio y jamás podrán volver… Porque la dictadura que se avecina en España será la más brutal que hayan conocido los tiempos. Se nutrirá del maridaje entre la sacristía y el cuartel".


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: comunero morado en Octubre 12, 2009, 22:09:41
Pero que tonterías dices Cura, tdo el mundo (Leka y su ego, constituyen casi todo el mundo, oal menos casi todo el mundo inteligente) sabe que Unamuno fue un ferviente defensor hasta su muerte de la liberación franquista. Joder, ya esta bien de propaganda estalinista. Unamuno y chorropecientos intelectuales más defendieron hasta la última gota de su sangre la liberta, el progreso y la democracia en estado puro que suponían Millán Astray, Franco y Cía.


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: Mudéjar en Octubre 12, 2009, 22:44:38
Si hubiera estado allí Leka,  le hubiera convencido de apoyar el golpe y Millán-Astray y cia.  no se hubieran llevado ese sofocón con el viejo.


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: comunero morado en Octubre 12, 2009, 22:57:07
Sip,Únamuno y Leka son las dos "únicas almas libres" en la historia contemporánea de este país. Dos almas gemelas, incluso en su producción intelectual.  :icon_biggrin:

Perdón, se me ha olvidado alguien, en realidad son tres almas libres y gemelas: Unamuno, Leka y su ego.  :icon_biggrin:


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: Leka Diaz de Vivar en Octubre 12, 2009, 23:26:12
Venga una de adivinanzas, a ver de quien es este texto:

En este momento crítico del dolor de España, sé que tengo que seguir a los soldados. Son los únicos que nos devolverán el orden. Saben lo que significa la disciplina y saben cómo imponerla. No, no me he convertido en un derechista. No haga usted caso de lo que dice la gente. No he traicionado la causa de la libertad. Pero es que, por ahora, es totalmente esencial que el orden sea restaurado. Pero cualquier día me levantaré —pronto— y me lanzaré a la lucha por la libertad, yo solo. No, no soy fascista ni bolchevique; soy un solitario.

Caeis??, ya os he dicho muchas veces que teneis memoria selectiva con este tema  :icon_twisted:

Venga otro igual a ver si esta vez os viene la inspiración:

Tan pronto como se produjo el movimiento salvador que acaudilla el general Franco, me he unido a él diciendo que lo que hay que salvar en España es la civilización occidental cristiana y con ella la independencia nacional, ya que se está aquí, en territorio nacional, ventilando una guerra internacional. (...) En tanto me iban horrorizando los caracteres que tomaba esta tremenda guerra civil sin cuartel debida a una verdadera enfermedad mental colectiva, a una epidemia de locura con cierto substrato patológico-corporal. Las inauditas salvajadas de las hordas marxistas, rojas, exceden toda descripción y he de ahorrarme retórica barata. Y dan el tono no socialistas, ni comunistas, ni sindicalistas, ni anarquistas, sino bandas de malhechores degenerados, excriminales natos sin ideología alguna que van a satisfacer feroces pasiones atávicas sin ideología alguna. Y la natural reacción a esto toma también muchas veces, desgraciadamente, caracteres frenopáticos. Es el régimen del terror. España está espantada de sí misma. Y si no se contiene a tiempo llegará al borde del suicidio moral. Si el miserable gobierno de Madrid no ha podido, ni ha querido resistir la presión del salvajismo apelado marxista, debemos tener la esperanza de que el gobierno de Burgos tendrá el valor de oponerse a aquellos que quieren establecer otro régimen de terror. (...) Insisto en que el sagrado deber del movimiento que gloriosamente encabeza el general Franco es salvar la civilización occidental cristiana y la independencia nacional, ya que España no debe estar al dictado de Rusia ni de otra potencia extranjera cualquiera, puesto que aquí se está librando, en territorio nacional, una guerra internacional. Y es deber también traer una paz de convencimiento y de conversión y lograr la unión moral de todos los españoles para reestablecer la patria que se está ensangrentando, desangrándose, envenenándose y entonteciéndose. Y para ello impedir que los reaccionarios se vayan en su reacción más allá de la justicia y hasta de la humanidad, como a las veces tratan. Que no es camino el que se pretenda formar sindicatos nacionales compulsivos, por fuerza y por amenaza, obligando por el terror a que se alisten en ellos, ni a los convencidos ni convertidos. Triste cosa sería que el bárbaro, anti-civil e inhumano régimen bolchevístico se quisiera sustituir con un bárbaro, anti-civil e inhumano régimen de servidumbre totalitaria. Ni lo uno ni lo otro, que en el fondo son lo mismo.

Aun no??, pero bueno!!!, hay que ver con al memoria de los rojetes!!  :icon_twisted: :icon_twisted:

Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de «¡Viva la muerte!». Esto me suena lo mismo que «¡Muera la vida!». Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente, hay hoy en día demasiados inválidos. Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él. (...) El general Millán Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada...

Veenga, que ya os lo he puesto a huevo, que seguro que de este texto si os sale Unamuno peRo de los otros dos NI IDEA OYE!  :icon_lol: :icon_lol:


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: Curavacas en Octubre 13, 2009, 04:06:20
Yo me quedo con el intento de linchamiento a Unamuno por parte del noble pueblo salmantino. Y es que hay cosas que no cambian. Ayer, Millán Astray. Hoy, Julián  Lanzarote.


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: Leka Diaz de Vivar en Octubre 13, 2009, 04:46:42
Lo decía yo Sizo...perdón mi ego  :icon_lol: , muy de acuerdo con las dos últimas intervenciones, el cainismo de este país espanta.


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: Mudéjar en Octubre 15, 2009, 22:47:22
En definitiva, se arrepintió de contemporizar con los sublevados, habló del salvajismo de las hordas marxistas,...  es decir, según los textos, no se posiciona a favor de nadie, y  visto el percal, queda claro que no apoya el golpe.


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: rioduero en Octubre 16, 2009, 00:44:06
no tan claro joven al principio si lo apoyo, pero cuando lo vio de cerca se arrepintio, suya es la frase a por el faraon del pardo, refiriendose a Manuel azaña


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: Leka Diaz de Vivar en Octubre 17, 2009, 18:19:42
Que mania con negar la realidad, joder, ni aunque os la pongan delante de vuestars narices.

SI apoyo el golpe y SI condeno lo que vino despues.


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: Mudéjar en Octubre 17, 2009, 22:00:10
Pues no creo que lo condenes, chato, porque acabas de alabar en otro hilo la prosperidad de los años 60, ¡que hubiera sido de Castilla sin la prosperidad franquista!, todavía estoy viendo aquellos páramos castellanos rebosantes de prosperidad, en donde se veía a los andaluces  pasar camino de Cataluña! :icon_twisted:


Título: Re: Salamanca, 12 de octubre de 1936
Publicado por: Leka Diaz de Vivar en Octubre 17, 2009, 22:28:18
Joder con la caverna que pesadilla sois con este tema, coño, cuanto cuadriculamiento sectario  :icon_twisted:.

Que tiene que ver condenar el franquismo, algo que hago y he hecho mil veces, a afirmar que ECONÓMICAMENTE España(del 59 al 75) fué el segundo país que mas creció solo por detrás de Japón.

Francio follaba...afirmar que follar esta bien es ser franquista?  :icon_twisted: :icon_twisted:, vaya foro de fachas entonces.