Foros Castilla

Jacinto Herrero, un poeta “poco reconocido”, pero que “no se preocupó por ello”

C.T.I.


El escritor Jacinto Herrero (Langa, 8 de enero de 1931) falleció este lunes en Ávila capital a los 80 años de edad, después de dedicar toda una vida a la Literatura y a la enseñanza, así como al sacerdocio.
Reconocido escritor de poesía, aunque no muy dado a aparecer en los medios de comunicación, Jacinto Herrero fue el responsable, en los años 60, del nacimiento de  la colección ‘El Toro de Granito’, con la que dio a conocer a autores como los nicaragüenses Ernesto Cardenal o Pablo Antonio Cuadra, a los que conoció durante sus años de sacerdote en ese país; o, más recientemente, a Pablo Antonio Cuadra, así como el hecho de que se tradujera a los clásicos latinos para esta colección.
Ordenado sacerdote el 19 de marzo de 1953, tres años más tarde se fue al Seminario Interdiocesano de Managua, de donde regresó en 1959 para tomar posesión como ecónomo de Monsalupe, aunque su labor pastoral también se desarrolló en la comarca de La Moraña, ya que fue párroco de Pajares de Adaja y de Blascosancho a finales de los noventa, según se recordó desde el Obispado de Ávila.

Apartado de la multitud

Profesor en el Colegio Diocesano ‘Asunción de Nuestra Señora’, de la capital abulense, donde era popularmente conocido como ‘Epi’, su carrera literaria “no fue muy extensa”, según destacaron quienes mejor le conocían, como su paisano José Jiménez Lozano, Premio Cervantes 2002, quien subrayó de Jacinto Herrero el que fue un poeta que “no se ha preocupado mucho por salir”, aunque aseguró que “saldrá”.
“Desde ‘Ávila la casa’, una de sus primeras obras –dio nombre, después, a la central de reservas de casas rurales impulsada desde la Fundación Cultural Santa Teresa de la Diputación de Ávila- hasta las últimas, como ‘Escritos recobrados’, en prosa, o ‘Grito de Alcaraván’, en poesía, Jacinto Herrero “ha sido de los pocos o el único en ser muy rígido en rimas y acentos”.
Precisamente, quien fue su director, José Luis Gutiérrez Robledo, profesor de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, le calificó como “poeta, amigo y maestro”, añadiendo que “los que tuvimos la suerte de ser sus discípulos, sus lectores y sus amigos no podremos olvidar ni su magisterio ni sus versos ni su amistad”.
Jiménez Lozano, que confirmó que estará presente en el sepelio que tendrá lugar en Langa el martes, a las 16 horas –se espera que también acuda un nutrido grupo de representantes del mundo cultural de Castilla y León y otras comunidades, como Madrid- añadió, igualmente, que su paisano “no se preocupó mucho” por “ser conocido”, aunque “está entre los grandes”.

Premio Castilla y León de las Letras

De la misma forma, alumnos suyos y ahora escritores como Fernando Romera o David Ferrer destacaron el que el año pasado se impulsara la candidatura de Jacinto Herrero al Premio de las Letras de Castilla y León, aunque, finalmente, el galardón se le concedió a Andrés Trapiello.
Romera subrayó de Herrero que “era, posiblemente, uno de los mejores poetas de su generación”, aunque “no lo suficientemente valorado”, mientras que el hecho de tener una “no muy extensa” obra literaria no fue problema para que sus libros figuraran “entre los mejores de la poesía castellana del siglo XX”.
Fernando Romera significó la labor “estética y cultural” realizada por el autor de ‘La golondrina en el cabrio’ o ‘Analecta última’, “de las más importantes en España”, por lo que abogó por “reeditar” sus textos a la vez que confió en que el “reconocimiento” que no le pudo llegar con el Premio de las Letras de Castilla y León le llegue “en cualquier otro momento”.
De la misma forma, otro alumno suyo y también uno de los impulsores de la candidatura a dicho galardón, David Ferrer, destacó que la candidatura se impulsó por ser Jacinto Herrero el autor de una obra “muy oculta” que “debería ser reeditada”.
Ferrer definió a Jacinto Herrero como “poeta culto”, con “una voz muy personal”, de “influencia clásica, del siglo de oro español”, pero también de autores hispanoamericanos e italianos, sin olvidar a Juan Ramón Jiménez.
“Fue un autor muy personal, con una obra muy difícil, como también difícil era su carácter”, añadió David Ferrer, quien recalcó de Jacinto Herrero que “no era muy dado a salir a la opinión pública ni a grandes festejos”.

Obra

Licenciado en Románicas por la Universidad Central de Madrid (1963 – 1964) e Hijo Adoptivo, en 2007, de la ciudad de Ávila, entró a trabajar como profesor del Colegio Diocesano ‘Asunción de Nuestra Señora’, donde educó a generaciones de alumnos en literatura y en cuyo centro desarrolló su labor docente hasta su jubilación hace no muchos años.
Vivió en Italia y Nicaragua y recibió premios como el Rocamador, el Jaime Ferrán, el Fray Luis de León o el Anthropos, que figuran en su trayectoria literaria, en la que destacan obras, además de las citadas, como ‘Solejar de las aves’, ‘La herida de Odiseo’ o ‘En Ávila sin ira’.
El Ayuntamiento, en este sentido, transmitió su pésame por "tan dolorosa" pérdida a su familia y quiso hacer extensivo el mismo a sus amigos y compañeros de letras y de enseñanza, pidiendo a todos los abulenses un "emocionado recuerdo" para quien dejó como bagaje "no sólo la entrañable nostalgia de su persona sino la hermosura encendida de sus versos".