Foros Castilla

Foros de Cultura y Deporte Castellano => Foro de Historia de Castilla => Mensaje iniciado por: Maelstrom en Marzo 23, 2012, 23:07:55



Título: Los abulenses y las Cortes de Cádiz
Publicado por: Maelstrom en Marzo 23, 2012, 23:07:55
Patriotas Abulenses refugiados en Cádiz

Juan Ruiz Ayúcar - domingo, 18 de marzo de 2012

(http://www.abc.es/Media/201203/18/cadiz--644x362.jpg)

Dos meses y medio antes de promulgarse la Constitución de 1812, la primera Junta de Municipalidad de Ávila se reunió en la casa Ayuntamiento bajo la presidencia del corregidor Eustaquio de Ibarreta. Las frecuentes bajas en el seno de la corporación hicieron que ese 3 de enero de 1812 asistieran sólo José María de Uzábal, Juan de Maza, Manuel Pedro Jiménez Parra, Pedro López, Pedro Alonso de la Espina, Vicente Rodea y Eusebio Arrabal. Destacaba la ausencia, ente otros, del regidor perpetuo Antonio Serrano de Revenga y del industrial textil Carlos Milne, aunque sí estuvo presente el síndico general del Común, el abogado José Bautista Brochero
Todos los presentes estuvieron de acuerdo en la imposibilidad de afrontar con la prontitud necesaria los muchos asuntos a tratar en la municipalidad, «por los pocos individuos de que se compone la Junta Municipal, por estar unos ausentes, otros enfermos y otros aún no han tomado posesión desde que en noviembre fueron nombrados». En consecuencia, decidieron indicar tal circunstancia al comisario regio, Francisco Amorós, «para que provea», según consta en el acta consistorial firmado por todos ellos en esa primera reunión comunal.
Por si fuera poco, no eran menos las solicitudes de dimisión, como la presentada por Pedro López, quien pidió que le sustituyera Gerónimo Jiménez de Muñana alegando tener que atender su labranza, lo que se hizo el 2 de marzo; y el propio comisario regio relegó de su cargo a Antonio Serrano de Revenga «por las indisposisiones que padece». Serrano fue, en consecuencia, sustituido por Blas María García, que tomó posesión el miércoles 4 de marzo. Una semana después, ya no estaba presente al frente de la corporación Eustaquio de Ibarreta, por lo que ocupó su lugar el corregidor interino José María de Uzábal en la Junta de Repartimiento de competencias.
La situación en el concejo municipal comenzó a preocupar seriamente entre las fuerzas francesas invasoras establecidas en Ávila cuando estaba cerca la promulgación de la Constitución de Cádiz el 19 de marzo. La coincidencia de tal manifestación patriótica con la festividad de San José quizás fuera pura anécdota, pero Gerónimo de la Cuesta, colaboracionista de los invasores y subprefecto de Ávila y provincia cuando ya era canónigo de la Catedral, remitió días antes un oficio a los miembros de la Junta de Municipalidad que fue leído en su sesión del día 14. Informaba esta persona tan odiada en Ávila de «haber enviado una circular a los párrocos y justicias de esta provincia para que se esfuercen cuanto les sea posible a solemnizar el día de San Josef, por ser el de nuestro amado soberano (José Bonaparte), conforme a la orden que he recibido de S.E. el señor consejero de Estado y comisario regio».
Dado por enterado el Ayuntamiento, no tuvo más remedio que aconsejar en plenario «que procure distinguirse en estas manifestaciones y ponerse de acuerdo con el Obispo y el Cabildo y demás cuerpos para convenir en todo lo que se creyere más conveniente».Esto no evitó que en la misma sesión se siguieran produciendo sustituciones porque algunos de los regidores se habían «avecindado en otra parte», otros se habían puesto enfermos y alguno más, como Fernando Larrondo, luego primer corregidor de Ávila sin franceses, que también estaba ausente.
Dadas las circunstancias y conocida por las autoridades francesas en Ávila la promulgación de la Constitución de Cádiz ese 19 de marzo de 1812, a partir de la siguiente sesión plenaria de la Junta de Municipalidad, celebrada el día 22, decidió llevar las riendas el citado Gerónimo de la Cuesta, aunque no sería por mucho tiempo, puesto que en verano de ese mismo año entraron en la ciudad los guerrilleros que escoltaban al intendente general de la provincia, Esteban Rodriguez Gallego, jefe de la exiliada Junta Superior de Ávila al sur de la provincia y norte de Toledo, según las circunstancias bélicas.
Fue por poco tiempo la alegría en casa del invadido, pero de gran alborozo y con actos exultantes de patriotismo y fiesta, que se celebraron en torno a la lectura pública de la Constitución recientemente promulgasdas y firmada por el único diputado de Ávila que pudo estar presente, Francisco de la Serna, natural de Arévalo, aunque su hogar familiar se encontraba desde finales del siglo XVIII en la popular cuesta abulense de la Toledana. Un hecho poco habitual cuando hablamos de familias de alto posición social, aunque también residían en la zona los potentados y munícipes Cossío.   
Antes de lo ahora dicho y de promulgarse la Constitución de 19 de marzo de 1812, eran muchos los abulenses de todos los puntos de la provincia que se ‘exiliaron’ en la libre ciudad de Cádiz y su isladel León, reducto inexpugnable para las tropas napoleónicas. Entre ellos, dos intelectuales llegaron en 1810, como fueron el periodista, escritor e historiador Eugenio de Tapia García, y el que sería diputado provincial Francisco de la Serna, que vivieron en primera persona los históricos acontecimientos que ahora celebramos todos los españoles .
El tercero en hacerlo fue en 1813 el antes dicho corregidor y diputado por Ávila Antonio Serrano de Revenga cuando  las tropas francesas estaban en pleno retroceso. Un honrado representante de los abulenses que sufrió el exceso de los  invasores  en su propia ciudad, de la que fue secuestrado hasta que sus convecinos  hicieran frente a los pagos en dinero y en especie exigidos y no realizados.   
No pudo Antonio Serrano de Revenga en tales condiciones estar presente en el momento de la firma de la Constitución de 1812, como le correspondía en representación de la ciudad, pero sí lo hizo Francisco de la Serna y Salcedo, diputado por la provincia de Ávila y natural de Arévalo. Su condición de vecino de Puerto Real desde hacía dos años le permitieron representar a sus paisanos povinciales y ser el único abulense que estampó su firma en el documento original de la Carta Magna , de corte liberal que sería referencia para otros países europeos.
Franciso de la Serna era un oficial retirado de la Secretaría de Marina elegido suplente en Cádiz el día 23 de septiembre de 1810 por los siete compromisarios de Ávila también emigrados lejos de los franceses, como era el sur de la provincia. De ese modo sería  elegido diputado propietario el 4 de octubre de 1811, en lel Molino de Papel de la villa de Adrada.
Tuvo Francisco de la Serna más intervenciones en las Cortes de Cádiz de lo que se ha dicho, muchas de ellas en favor de los intereses de los abulenses. Nohace falta más que acudir al diario de sesiones, para comprobarlo. Destacó su propuesta poco exitosa de  recaudar fondos mediante un un plan de cédulas que signficaban cobrar derechos anticipados con cargo a la Junta de Cádiz.
Mayor eco tuvo su defensa de las guerrillas frente a los invasores y su mérito de que todos los  medios por ellos disponibles  se los habían procurado sin ayudas, por lo que solicitaba Francisco de la Serna la ayuda necesaria que fuera posible por parte de las Cortes para estos grupos de patriotas en armas.
También formó parte Francisco de la Serna de  la comisión encargada de continuar los trabajos preparados por la Junta Eclesiástica que formó en Sevilla la Junta Central, y de la comisión renovada de Hacienda. De ese modo, resultó elegido el  24 de agosto de 1811 vicepresidente de las Cortes y, el 19 de noviembre, se aprobó una proposición suya para que el Consejo de Regencia arreglase la cuestión del establecimiento de la Imprenta Real, donde se esditaban la Gaceta de la Regencia y otros sueltos de interés nacional.
Francisco de la Serna vivía en la céntrica calle Gamonales, núm. 35, cerca de los centros del poder en Cádiz, y posterior fue director general de Correos y contador mayor honorario de Cuentas hasta 1823.El convento de San Francisco fue vivienda de algunos diputados allí residentes, como Salvador López del Pan, Morales Gallego, pero también vivió allí por un tiempo el representante por la provincia de Ávila, Francisco de la Serna.
El segundo peso pesado nacido en Ávila con residencia temporal en Cádiz durante el asedio francés fue  Eugenio de Tapia García, escritor, periodista e historiador nacido en la capital abulense el 18 de julio de 1776 y fallecido en madrid el 4 de agosto de 1860.  Estudió por entonces en la Universidad de Ávila filosofía y teología, antes de ingresar en el Seminario Conciliar como colegial interno. Luego recorrería las ciudades de Toledo y Valladolid para estudiar Jurisrprudencia, y práctica forense con un abogado en Madrid.
Su periplo hasta Cádiz pasó por en  noviembre de 1809 por Sevilla y ya en la capital gaditana  fue nombrado secretario de la Compañía de Filipinas, miembro de la Comisión de Instrucción pública, vocal de la Junta de Censura y director de la Gaceta de la Regencia. Pero su mayor relevancia mediática en aquellos tiempos la tuvo como director de La Gaceta de la Regencia, que se  publicó en Cádiz desde enero de 1811 hasta diciembre de 1813, y se publicaba los martes, jueves y sábados, impresa en la famosa Imprenta Real.
Fue su antecesor en el cargo Diego Clemencia, aunque tuvo mayor peso específico el compromiso patriótico del abulense que había colaborado en la redacción del Seminario Patriótico de Madrid antes de hacerlo en  Cádiz, donde se refugió huyendo de los invasores de 1810.
Dicen sus biográficos que «dentro de la filiación ilustrada de Eugenio de Tapia, hay cierta especialización temática en la veta sentimental y humanitaria de la misma: el filosofismo, la trascendencia, el misterio del hombre y del universo, la soledad, la melancolía, los motivos fúnebres, la naturaleza ilimitada.
Siendo aún muy joven estuvo un año y medio en Londres y de vuelta  a España y, al llegar la invasión francesa en 1808, colaboró con Quintana en el Semanario Patriótico de Madrid antes de residir en  Valencia, Sevilla y Cádiz. En 1814 se trasladó a Madrid y fue elegido miembro de la Real Academia Española. Pero su vida es mucho más intensa e  interesante después de 1812 de lo que se pueda decir en estas líneas.


Fuente: http://www.diariodeavila.es/noticia/Z59AD282A-043A-6998-317A0BF6624C449A/20120318/patriotas/abulenses/refugiados/cadiz (http://www.diariodeavila.es/noticia/Z59AD282A-043A-6998-317A0BF6624C449A/20120318/patriotas/abulenses/refugiados/cadiz)


Título: Re: Los abulenses y las Cortes de Cádiz
Publicado por: Ginevrapureblood en Marzo 25, 2012, 22:38:28

¡Muy interesante! Gracias por subir este artículo.