Título: Francisco Izquierdo - «¡Resurge, Madre Castilla!» (1910) Publicado por: Maelstrom en Diciembre 09, 2018, 04:46:30 ¡RESURGE, MADRE CASTILLA!
(https://onlinelicor.es/wp-content/uploads/2019/03/22El-pan-nuevo-de-cada-d%C3%A9cada22-1941-de-Jos%C3%A9-Vela-Zanetti-800x640.jpg) La raza no está muerta; está triste, cansada; desfallece rendida, como harta de vivir; nuestra madre Castilla llora desconsolada y como quien no tiene por descubrir ya nada, parece que se acuesta, en su lecho, a dormir. Y llora por la ausencia de aquellos altaneros de la Cruz de Santiago y de la Flor de Lis; del chambergo y la capa, tercos, rudos y fieros, unas veces de pícaros, siempre de caballeros, que llamaron don Mendo, don Íñigo y don Luis. Por la de aquellas damas que fueron maravilla, y el orgullo y la gala del solar español; de discretos decires, de cofia y de mantilla, damas de romancero, corazón de Castilla; aquellas doña Clara, doña Luz, doña Sol. Murieron para siempre aquellos hechos grandes de Pavía, las Navas, Zaragoza y Bailén; de las Comunidades, de los tercios de Flandes; y también los Alfonsos y los Garci-Fernández, y por eso, Castilla, llora triste también. Adoro aquellos tiempos y aquellos tiempos lloro adoro a aquellas damas, y el sereno valor de aquellos caballeros que son nuestro tesoro; de aquellos caballeros que, para más desdoro, han cambiado la espada por el Libro Mayor. ¡Buena vuelta le han dado a la literatura de Miguel de Cervantes, de Hurtado y Moratín! Robaron los sayones su clara fermosura o ignominiosamente le han, dado la postura de una chica lasciva bailando el garrotín. ¡Ya no somos aquellos altivos castellanos descubriendo otros mundos, ensanchando el solar Vivimos de recuerdos tan orondos y ufanos; si nos dan la limosna, tendemos nuestras manos, y mientras llega, en casa, aprendiendo a rezar. ¡Bien dijo un caballero denodado y resuelto que pongan siete llaves al sepulcro del Cid! Bien dijo; porque todo del revés está vuelto y el espíritu patrio parece que se ha envuelto en un negro sudario que le tendió un ardid. No es rebelde ya el pueblo; cuando se le moteja, contestar sólo sabe moviendo la testuz; si aprietan demasiado, alguna vez se queja: por símbolo le pongo un sombrero de teja, una vieja beata, un santo óleo, una cruz. Pero yo de los tiempos presentes no reniego; yo nunca he protestado de tanta humillación; es la leña podrida la que da mejor fuego; por eso es mi confianza, y a predecirme llego que harás, madre Castilla, la gran revolución. La que traiga los tiempos de una buena ventura y derrame en la tierra la paz universal; la que borre fronteras y derrumbe la altura, la que nos haga hermanos y traiga la ternura, para todos los hombres, de un beso fraternal. Y tengo esa confianza, en los tiempos presentes porque miro al pasado y miro al porvenir, que aquellos caballeros que miramos ausentes serán los que nos tráiganlos nuevos combatientes, y por eso la raza jamás podrá morir. Porque del viejo tronco nueva rama ha brotado y nacen nuevas rosas en el suelo español; y ni está obscuro el cielo, ni el Sol háse ocultado; si tiene el horizonte negro muro cerrado, derrumbemos el muro, y veremos el Sol. FRANCISCO IZQUIERDO Santa Cruz de Tenerife Poema publicado en «Vida Socialista», nº 43, 23 de octubre de 1910. |