Foros Castilla

Hoy ha salido publicado en Diario Palentino un artículo de Jaime Esquete, columnista habitual que fue candidato de relleno en las listas del Partido Popular en las últimas elecciones municipales al Ayuntamiento de la capital. En dicho artículo, este señor (por llamarle de alguna forma) denigra todo lo que representa Villalar y los comuneros.
Espero que la redacción del periódico se llene pronto de artículos poniendo en su sitio a este fachorra.
Podéis enviar vuestras cartas a dp_lectores@diariopalentino.es


NI TÍTERE CON CABEZA
Villalar
 
JAIME ESQUETE
A ver si se enteran de una vez los politicastros que parieron y mantienen con vida artificial esa insensatez evocadora de Villalar: A los castellanos de nación o estirpe nos trae absolutamente sin cuidado la conmemoración de una contienda en la que unos españoles derrotaron a otros compatriotas, se conoce que la afición no está para aguantar batallitas de ningún abuelete nostálgico de tragedias sucedidas hace casi quinientos años. Junto a las versiones insoportablemente cursis de lo realmente ocurrido, surgidas en el tardoromanticismo español, obra del caletre de ciertos ilustres pensadores de acreditadísimas organizaciones masónicas, como la de los llamados Caballeros Comuneros, entre cuyos miembros se contaban los ilustres pensadores Juan Martín El Empecinado, que no supo pasar de guerrillero a excombatiente, y el golpista Don Rafael de Riego, cuyo himno pachanguero tan de moda se ha puesto últimamente, y según las cuales el movimiento comunero fue liberal, erasmista, y precursor de la Revolución Francesa -con un par, sí señor-, no falta quien piense que el Movimiento Comunero fue el último intento de unos paletos burgueses de anclarse en la Edad Media para frenar el imparable avance del poder real, en un totum revolutum de inconfesables intereses comerciales y políticos, no exento de odio a lo extranjero. Aquí que cada cual piense lo que le parezca oportuno, pero uno empieza a estar un poco harto de que le mezclen churras y merinas, especialmente para esquilarlas y le pongan unilateralmente precio a la lana unos listillos, que por ahí fueron los tiros de la guerra civil del siglo XVI.

Uno comprende que la ceguera egoísta de unos cuantos industriales catetos, clérigos redichos y nobles del tres al cuarto, les impidiera ver la grandeza de la misión imperial del gran Carlos I de España, pero de ahí a celebrar por decreto que azuzaran a unos cuantos villanos a rebelarse contra un poder casi omnipotente, y llevarlos a la muerte, en medio de la división interna causada por un irrefrenable ansia de poder, en una batalla perdida de antemano, media un abismo que algunos no estamos ni dispuestos ni obligados a saltar, especialmente si tenemos en cuenta que si algún guiri quiso a España con todas sus fuerzas fue, precisamente, el nieto de Isabel la Católica. Cierto es que, criado en Flandes, cuando llegó a España, el Emperador, con 17 años, vino acompañado de un cuadro flamenco, con un tal Chiévres como primera figura («Sálveos Dios/ ducado de a dos,/ que el Señor de Chiévres/ no topó con vos»), cuya única intención era la de desvalijar el erario público, en plan Roldán. Pero no es menos cierto que cierto día dio un puñetazo en la mesa y despachó de España, con cajas destempladas, a lo más granado del elenco artístico de los malandrines de su séquito inicial, rodeándose de leales honrados, independientemente de su lugar de nacimiento, ya que su idea de imperio era incompatible con las pacatas ideas aldeanas de aquellos cuya soberbia les había llevado a calcular mal sus fuerzas y, por ello, al desastre.

Es intolerable que en medio del vertido de la baba oficial y de la mamandurria oficialista, se aproveche una guerra fratricida (en el bando comunero, por ejemplo, combatió el toledano Pedro Lasso de la Vega, hermano del inmortal poeta y militar al servicio del Imperio, Garcilaso de la Vega), para denigrar a quien, curiosamente, hizo más por la difusión del castellano que el Instituto Cervantes en toda su historia, imponiendo el idioma de Castilla como lengua oficial en todas las cancillerías. La colosal empresa del Emperador no fue comprendida por unos rebeldes insensatos, palurdos, mezquinos, irresponsablemente ajenos a la amenaza sarracena por el Sur y por el Oeste, y a la excusa nacionalista antiespañola que fue la herejía frailuna de Lutero, aquel resentido de mirada porcina. Cinco siglos después, algunos siguen igual, incapaces del menor sacrificio en pro de lo que realmente merece la pena, sin grandeza de miras, celebrando derrotas, entre la indiferencia general. Allá ellos.

Hace años que no leía algo tan rancio y tan cutre. Me retrotrae a tiempos pasados. Y que mala baba destila.

Esto......................carlos I ya murio y franco también, alguien deberia de recordarselo a periolisto este, anda que... menos mal que no todos los periodistas son asi y muchos se documentan

Si alguien contesta, ¿podríais poner aquí los mensajes que se están mandando, por favor?

me reiría si no fuera porque much@s castellan@s piensan como el fulano ese y si no lo hacen lo van a hacer a leer su columna. Es mas fácil leer su artículo que leerse un libro (ese objeto que mucha gente no sabe que es o para que sirve) sobre la Historia de la Revolución de las Comunidades.

Salud.

:shock: ¿Nadie le va a responder?

Y creo que no sería correcto responder con diátribas a este señor. Supongo que el debate que este caballero plantea se daría en su tiempo, me refiero claro al tiempo de Carlos I.

Villalar evoca un entender a Castilla. Carlos I un entender el imperio.

No me pondré a su altura ni llamaré palanganeros a los que apoyaron en su momento al emperador y su "nuevo" modelo de estado moderno. Pero si le señalaré que denominar burgueses anclados en la edad media a los comuneros, cuando menos es una exageración.

No seré un talibán nacionalista, no le señalaré con mi dedo acusador. Solo le pediré un respeto democrático como el que yo estoy dispuesto a darle a su pelicula del estado imperial moderno.

Y lo haré porque los parametros politicos del sigo XXI son otros. En aquella época tal vez me cortaría la cabeza. Hoy solo me insulta.

Algo hemos vanzado.

Señor Jaime Esquete;

El día de Villalar simboliza en realidad, una respuesta al desgobierno de Carlos V de Alemania, entre otras cosas debido al aumento de las necesidades de recaudación financiera del monarca para sufragar el “lujo y suntuosidad” de la etiqueta borgoñona, la evidente pérdida de soberanía castellana o las conocidas ausencias del rey que ni siquiera aprendió la lengua castellana. A raíz de esto, se formó una conciencia política “comunera” en los medios sociales de las noblezas urbanas, los caballeros, ciertos hidalgos, regidores mayormente, pertenecientes a las categorías medianas del clero y con una buena formación intelectual, pero sin mucho peso socioeconómico o bien artesanos acomodados y mercaderes. Podríamos denominarlo como una burguesía naciente. Precisamente estos grupos sociales tenían entre su proyecto político constitucionalista castellano una meta común: poner límites al poder monárquico, erigiéndose en copartícipes de la “definición de las grandes líneas de la política general” tanto exteriormente (declaraciones de guerra o negociaciones de alianzas) como interiormente (en legislación y fiscalidad), o en orientaciones de política económica (restringir o prohibir la exportación de materias primas -como la lana-).

Se trataba de una demanda, una reivindicación, de un giro orientativo para la economía del reino: presencia política de las ciudades donde existía un sector manufacturero importante (Segovia, Toledo…) y de las ciudades del Sur. Pero nada cambió, fueron ignorados y fruto de esta situación poco después empezaron a surgir signos de rebeldía entre los castellanos.

El primer caso fue Toledo que se alzó poco antes de embarcar Carlos V en La Coruña para Alemania, Segovia que fue la primera ciudad en seguir a Toledo, votó en contra de las instrucciones del concejo de la ciudad, mientras en Toledo Padilla y Lasso de la Vega expulsaron al corregidor de la ciudad.

El primer motín popular se saldó con la muerte de uno de los dos procuradores en Segovia y preocupado por la situación el regente Adrián de Ultrecht envía al alcalde de Corte Ronquillo junto a un menguado ejército para restablecer el orden monárquico en Segovia. Segovia se opone a la entrada de y se considera en toda regla “rebelión” contra la autoridad real.

Ambas ciudades castellanas comienzan a organizar las milicias urbanas. Por Toledo, Juan de Padilla se hace cargo de acudir en defensa de Segovia sitiada por Ronquillo “el pesquisidor”.

La llama de rebelión parece avivarse y se producen movimientos de solidaridad entre diferentes ciudades de Castilla. En Junio Medina del Campo se niega a entregar su artillería al ejército real para suministrársela poco después a las tropas de don Juan de Padilla. Como castigo las tropas imperiales infligieron a la ciudad de Medina una dura pena siendo ésta incendiada el 21 de Agosto y saqueada con brutalidad.

En el mes de junio de 1520, se convoca en Ávila la Santa Junta que se reuniría en 1 de agosto, representada por las ciudades castellanas de Toledo, Segovia, Salamanca, Toro y Zamora, que se niegan a reconocer al regente Adrián de Utrecht como la autoridad legítima sobre Castilla. Pero aumentaría el número de ciudades tras el saqueo e incendio de Medina del Campo. Burgos y Valladolid serían las próximas en adherirse. La junta adoptaría en esa reunión elegir a Lasso de la Vega como presidente y a Padilla como jefe militar, ambos regidores de la ciudad de Toledo.

La impotencia de Adriano de Utrecht hizo que remitiera una carta al monarca Carlos V, donde informaba del movimiento y fuerza que comenzaba a coger la “rebelión comunera”.

El 29 de Agosto del 150 los comuneros se hacen con Tordesillas para hablar con la reina Juana de Castilla, de la que en principio no consiguen nada. El 20 de septiembre, instalada ya la Junta en Tordesillas liberan a la reina Juana de su encierro, custodiada por los marqueses de Denia nombrados personalmente por Carlos V para vigilar a su madre.

Los Comuneros que buscan el apoyo de Juana de Castilla para la realización de un programa político, se plasma en el Juramento de Tordesillas, según el cual la Santa Junta se comprometía a obrar por la instauración de una ley permanente (una  constitución) que fijara el marco de una verdadera participación del reino, y de su representación política estamental en la definición de las grandes disposiciones de la política general, exterior, interior y económicamente también, enviándole esta propuesta a Carlos en Flandes (los “Capítulos del Reyno” –Año 1520, Octubre)

Con la respuesta del silencio nuevamente se sigue la propagación del movimiento comunero a los señoríos: la ciudad de Dueñas se alza contra los condes de Buendía, en Haro contra el condestable de Castilla.

Dañados en el orgullo por esta situación, existe un viraje de la alta nobleza, que toma conciencia de la clara dimensión antiseñorial de las Comunidades de Castilla. Tras esta situación Carlos V nombró a dos importantes magnates castellanos gobernadores de Castilla con Adriano de Utrecht a la cabeza y el Condestable Iñigo Fernández de Velasco, con menor rango de gobernación el Almirante Fadrique Enríquez y un tercero el conde de Haro, jefe del ejército que se iba a levantar contra la autoridad monárquica, lo que favorece al total servilismo de la nobleza y de las ciudades moderadas como Burgos. Entre el mes de octubre y diciembre recuperan Tordesillas.  

Las comunidades habían perdido la batalla en Tordesillas, pero continuaron resistiendo durante los últimos meses hasta la batalla de Villalar el 23 abril de 1521 donde apresan a Padilla, Bravo y Maldonado de Pimentel. En la madrugada del 24 sin procesamiento alguno Carlos V manda ejecutar a tan insignes caballeros. Toledo aún tardaría algo menos de un año para rendirse en febrero de1522, tras el asedio de las tropas imperiales.

Una vez expuestos argumentos de peso histórico que puede corroborar en cualquier biblioteca, le pediría primero que se retractara de tan lamentable alocución llena de errores, tergiversaciones e inclusiones de personajes que no tienen nada que ver con la época, luego una sincera disculpa a todos los castellanos por hacerse el vocero de nuestras reclamaciones (a mí y a unos muchos le aseguro que no nos representa alguien tan estrafalario como usted), y para terminar un respeto con mayúsculas a nuestra fiesta (Villalar) a nuestra historia que es preciosa y a la inteligencia por hacer el ridículo en un periódico de tanta importancia como el Diario Palentino.

Castilla, a 18 de abril de 2006.

Alcanza el máximo de ranciedad. A la basura........ :shock:

Ostias Graham, no te publican la carta ni de coña... demasiado largo, es cojonuda pero demasiado larga. El final estupendo la puntilla...

Lo mejor es civilizar a quien carece de cualquier síntoma de democracia. En este caso con historia de por medio y no con réplicas sentimentalistas.

Me la pela si no me la publican. Pero estarían haciendo un flaco favor a la historia. Y me ha costado un rato elaborarla  :roll: El final es el tiro de gracia  :P

Siempre me quedará utilizarla como discurso

A este tipo de zorros plateados con estómagos repletos me da que ya no los civiliza nadie.........

Pero tu réplica es necesaria, para que sepan que hay algo más allá de su napia.

Pues como discurso esta cojonudo... los datos lo has pillado de algún lugar que he leido con anterioridad... aunque por supuesto dandole tu toque de gracia.

Sí de una especie de biblioteca histórica de Valencia, yo no tengo ni puta idea de historia para explayarme con tantos datos, pero he ido exponiendo las cosas interesantes con más amenidad y con mi toque personal.

¿Resentido de mirada porcina?, ¿lo dice delante del espejo, tras leer una noticia de ZP o quizás al verse reflejado en su héroe histórico favorito?

El articulo es malo de pelotas. Más allá se puede estar o no de acuerdo con él. Yo no lo estoy. Dice muchas incoherencias, sobre todo historicas y que serian muy discutibles.
Pero un poco de razon tiene si interpretamos que los comuneros son casi idolatrados cuando son una parte de nuestra historia, muy importante, sí, pero historia. Con decir que algunos siguen defiendo a los comuneros como precursores de los derechos sociales y, se llego a decir por aqui, que los comuneros fueron los precursores de la izquierda...

Voy a desviarme un poco del tema para hacer una propuesta.

¿ Por qué no abrimos un subforo o post fijo con campañas de este tipo ?

Cuando alguien encuentre una noticia de este estilo, que la postee y pegue la dirección de correo o postal dónde hay que escribir para protestar. Ayer por ejemplo hubo dos. También puede utilizarse para participar en tertulias radiofonicas o de TV. En definitiva, promover campañas para difundir el castellanismo. Si escribe sólo uno es díficl que lo publiquen pero si escribimos varios las posibilidades aumentan....aunque sean pocas.

saludos

"Uno comprende que la ceguera egoísta de unos cuantos industriales catetos, clérigos redichos y nobles del tres al cuarto, les impidiera ver la grandeza de la misión imperial del gran Carlos I de España"

Sin comentarios, este tipo a lado de Paquito, haria que nuestro Gallego más universal fuera más liberal que ZP.

El artículo es patético y define a la perfección que tipo de "personaje" ha podido escribirlo. En cambio la respuesta me parece estupenda, pero coincido con quien ha dicho que no te la van publicar ni de coña. ¡¡Enhorabuena Graham.!!

Que gente.... :shock:  :shock:  :oops:

a ese tio había que mandarle una carta, y otra a cartas al directo pidiendo que lo tiren a la puta calle de una patada  :twisted:

...primera revolución moderna, con un amplio calado político y de tambaleamiento de las estructuras políticas de Castilla. Ese ignorante que escribió en El Diario Palentino, debería de informarse mejor. Si reniega de su tierra que se vaya a Portugal o a América, como hicieron muchos comuneros castellanos tras la derrota de Villalar y la caída de Toledo. Lo moderno no fue Carlos V, sino las Comunidades de Castilla. El palurdo ignorante falmenco era Carlos V, los que ansiaban el bien de la nación eran los comuneros. Espero que lean más los sectores más rancio-españolistas del PP, y que no nos den a leer sus soflamas inútiles. Castilla tiene derecho a existir y existirá, que no lo dude nadie.

HAN PUESTO ESTA CARTA EN DIARIO PALENTINO DIGITAL.
FELICIDADES AL AUTOR.

http://www.diariopalentino.es/secciones.cfm?secc=Opini%C3%B3n&id=294801

CARTAS AL DIRECTOR

Carta a Jaime Esquete



Tras leer su artículo sobre Villalar publicado el martes 18, no he podido dejar de realizar algunas reflexiones sobre su contenido:

Usted se arroga la representación de todos los castellanos. No sé quién se la habrá concedido, desde luego yo no, ni las decenas de miles de personas (incluido el presidente de la Junta), que inundamos las campas de Villalar año tras año.

Tras su retórica ampulosa y barroca se esconde un discurso reaccionario e ignorante plagado de falsos tópicos. Para cualquiera que sepa algo de Historia, la rebelión comunera fue la primera revolución moderna de Europa, capitaneada por los sectores más conscientes de la nación castellana en defensa no de sus intereses particulares, sino de los de la mayoría del pueblo castellano. La rebelión comunera fue un grito por la dignidad de esta tierra, que veía cómo se desmoronaba su industria textil para favorecer los intereses de la camarilla flamenca del emperador, y cómo se la sangraba económicamente para sufragar el soborno de los electores de la Dieta de Worms, que debían elegir al futuro emperador de Alemania.

El papel de los comuneros como precursores de formas de gobierno democráticas ha sido constatado por historiadores tan prestigiosos como Joseph Pérez, José Antonio Maravall, Gutiérrez Nieto, o por palentinos como Hipólito Rafael Oliva, más recientemente. Todos ellos presentan documentos que demuestran que los comuneros tenían un programa democrático para favorecer el progreso de Castilla.

Usted se retrata descalificando a Riego y al Empecinado, auténticos patriotas y defensores de las libertades asesinados por la tiranía absolutista de Fernando VII como pago al rechazo de la invasión francesa y a sus ideas liberales y constitucionales.

Dice que los partidarios de los comuneros denigramos el papel de Carlos V, cuando él sólo se denigró con su política imperialista que sacrificó a Castilla en pro de sus intereses dinásticos y megalómanos, que le llevaron entre otras cosas al saqueo de Roma, a extender el terror de la Inquisición y a embarcarse en guerras de religión contra los protestantes, a los que al final dio carta de naturaleza tras la Paz de Augsburgo de 1555. No consiguió acabar con ellos ni con los sarracenos, a pesar de los cuantiosos recursos dilapidados, hasta la batalla de Lepanto en 1571, 13 años después de su muerte. Por todo ello, sintiéndose fracasado, abdicó en 1556 en su hijo Felipe II y se retiró al Monasterio de Yuste.

En una cosa tiene razón. Muy palurdos e insensatos tenemos que ser los castellanos para dejarle a usted un púlpito desde el que despotricar a placer contra los símbolos de las libertades castellanas. Usted parece contento reservando a Castilla el papel de felpudo de España. No le parece bastante la desindustrialización y la despoblación que padecemos. Otros queremos algo mejor para esta tierra y por eso iremos fuimos a Villalar a honrar la memoria de quienes lucharon por ella.

Julio Echazarra / Correo electrónico

Me da en la nariz que si no ha sido Curavacas, ha tenido que ser alguien de la agrupación de Palencia  :roll:

zz27  zz27  zz27  zz27 , ole, ole y ole

Joder, este tio es bueno de verdad.

un saludo

Pasad el mensaje a la iniciativa de Café Castilla... para que tengamos un modelo, por favor.

Hoy ha salido publicada en Diario Palentino una nueva contestación al artículo de marras.


Renegar de Castilla:
Sobre la Fiesta de la Comunidad

He leído el artículo de Jaime Esquite del pasado 18 de abril, en el que, resumiendo, viene a renegar de Castilla. Pues no es otra cosa el desprecio que muestra por el significado histórico de Villalar y de la revolución de las Comunidades de Castilla.

Esta revolución política es considerada la primera revolución de la Era Moderna, conforme rigurosos estudios de los historiadores José Antonio Maravall y Joseph Pérez.

Los comuneros, seguidores en buena parte de la política de los Reyes Católicos en la búsqueda del bien de la comunidad y de la nación, pretendían implantar un nuevo orden constitucional en el que el rey se viera sometido a la soberanía de los representantes del reino, es decir, a lo que decidieran las Cortes.

Carlos V no trajo la modernidad a Castilla ni a España, sino una concepción patrimonial del poder y de sus reinos. Entró en Castilla a saco, destinando sus recursos a empresas absolutamente ajenas a los intereses de los castellanos.

Esto lo ha repetido hasta la saciedad el que tal vez mejor conozca la historia de Castilla: el historiador Claudio Sánchez-Albornoz.

Los impuestos desorbitados se ensañaron en Castilla, la parte más rica de España, dejando incólumes a los demás reinos peninsulares. Durante todos los Austrias esa fue la situación de creciente empobrecimiento económico y asfixia financiera de Castilla.

Las famosas bancarrotas de la Hacienda no son otra cosa que consecuencia de esa política de los monarcas.

El poeta Francisco de Quevedo definió a la perfección esta calamidad:

«En Navarra y Aragón, no hay quien tribute ya un real/ Cataluña y Portugal son de la misma opinión/ sólo Castilla y León / y el noble pueblo andaluz, / llevan a cuestas la cruz».

Precisamente los comuneros, tan denostados por Jaime Esquite, intentaron evitar lo que vislumbraban que iba a suceder con la llegada al trono del flamenco Carlos: la ruina de Castilla y la postergación absoluta del bien de la nación.



Francisco Javier Sánchez Sinovas / Cantabria

(Correo electrónico)

Lo mejor la reacción. Ninguna puya sin contestación.

Otra reacción más al artículo, ahora de don Pedro de Hoyos, genial como siempre.

http://www.diariodecastilla.com/index.php?option=com_content&task=view&id=1254&Itemid=222

(también publicado en Diario Palentino)

Si señor, genial

En Villalar no se festeja nada, se conmemora

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