Título: TOPÓNIMOS ABULENSES Publicado por: castella-nista en Enero 08, 2010, 21:08:12 ANTONIO LLORENTE MALDONADO DE GUEVARA
TOPÓNIMOS ABULENSES Y REPOBLADORES VASCONES La Crónica de la población de Ávila,ll) documento de inestimable valor que parece se terminó de redactar en 1255 o 1256, comienza así: «Quando el conde don Remondo, por mandado del rey don Alfonso que ganó Toledo (que era su suegro) ovo de poblar a Avila, en la primera puebla vinieron gran compaña de buenos omes de Cinco Villas e de Lara e algunos de Covaleda. Elos de Covaleda e Lara veníen delante, e ovieron sus aves a entrante de la villa. E aquellos que sabían catar de agüeros entendieron que eran buenos para poblar allí, e fueron poblar en la villa lo más cerca del agua. E los de Cinco Villas, que veníen en pos de ellos, ovieron essas aves mesmas. E Muño Echaminzuide, que veníe con ellos, era más acabado agorador e díxo, por los que primero llegaron, que ovieron buenas aves, más que herraron en possar en lo baxo cerca del agua, e que seríen bien andantes siempre en fecho de armas, mas en la villa que no seríen tan poderossos nin tan honrrados como los que poblasen de la media villa arriba. E fizo poblar yaquellos que que con él vinieron. E oyemos dezir a los ames antiguos, e des que nos llegamos assí lo fallamos, que fue verdadero este agorador lo que dixo»(2) Y más adelante nos cuenta la Crónica que «entre tanto vinieron otros muchos a poblar a Avila, e señaladamente ínfancones e buenos omes de Estrada e de los Bravezos-" e otros buenos omes de Castilla. E porque los que vinieron de Cinco Villas eran más que los ottros, la otra gente que era mucha que vino poblar en Avila llamáronlos serranos [.... ] e todos los que fueron llamados serranos trabajáronse en pleyto de armas e en defender a todos los otros"(3) A continuación, la Crónica nos cuenta las hazañas de los serranos, entre ellos su victoria sobre los moros en el lugar de la Colilla después de la defección del resto de los pobladores de Ávila, su negativa a compartir con los desertores el botín que habían logrado de los moros y la envidiosa actitud de los otros pobladores de Ávila no serranos, que molestos por no poder participar en el botín cierran las murallas e impiden a los serranos entrar en la ciudad, por lo que tienen éstos que acampar fuera del recinto fortificado y esperar allí a que, avisado por ellos, llegue el conde don Raimundo de Borgoña y, enterado de la mala acción de los abulenses no serranos, falló el pleito a favor de los belicosos caballeros serranos, echó del recinto amurallado al resto de los pobladores, obligándoles a vivir en el arrabal, mientras concede a los serranos el privilegio de establecerse dentro de las murallas, en la «villa», y también el privilegio de ostentar todos los cargos municipales, de alcaldes para abajo, es decir les da la exclusiva de la administración y el gobierno de la cíudad.(5) Más adelante cuenta la Crónica cómo el rey don Sancho III de Castilla, hijo de Alfonso VII el Emperador, confirma a los serranos los privilegios que les había otorgado su padre «ca tan noble ome como el emperador, su padre, non daríe a los que se llamaban serranos tan gran mejoría, si no entendiese que la devíen de aver por derecho».(6) Sigue la Crónica haciendo el panegírico de los serranos, y establece una diferencia entre los abulenses enemigos de los serranos, descendientes de los caballeros de procedencia no serrana, que se habían mezclado con los mercaderes, y los serranos. Los primeros son «los que agora se llaman castellanos en Avila»,(7) los segundos no necesitan llamarse «castellanos» porque «tienen que ellos son castellanos derechos, e de tales nunca sopieron menestrales ningunos, fueras todos cavalleros e escuderos; e guarescíeron siempre por cavallería e non por al; e nunca se mezclaron en casamientos con menestrales, nin con ruanos, nin otros ames ningunos, fueras con cavalleros fijos dalgo, nin lo faríen por cossa del mundo-J" Está claro que los «serranos» de Ávila tenían conciencia de ser distintos del resto de los pobladores, seguramente conciencia de que su oriundez era distinta de la de los demás abulenses, se consideraban sólo caballeros o escuderos, tenían a gala dedicarse exclusivamente a las armas y no haberse mezclado jamás con mercaderes, menestrales y ruanos, con aquellos que se llamaban «castellanos», aunque tan castellanos eran unos como otros, y los serranos se consideran más auténticamente castellanos que los demás por no haberse mezclado nunca con los mercaderes, menestrales y ruanos, muchos de ellos seguramente de origen franco o ultrapirenaico, y por lo tanto menos castellanos, menos hispanos, menos peninsulares que los caballeros serranos. Pero, ¿de dónde procedían estos «serranos»? Apesar de que en relación con los «serranos» repobladores de Salamanca se había hablado de la montaña asturianoleonesa y de las sierras occidentales del Sistema Central como regiones de origen de estos repobladores, a partir de 1956, y sobre todo luego de 1966,(9) Y gracias, principalmente a D. Claudio Sánchez Albornoz, no se puede dudar de que estos serranos procedían de las dos vertientes del Sistema Ibérico, en la zona de la Sierra de la Demanda, tanto en su vertiente riojana como en la vertiente soriano-burgalesa, en una zona que en determinadas épocas, y desde luego en gran parte de los siglos X y XI perteneció al reino de Pamplona y de Navarra, en íntimo contacto, incluso geográfico, con toda La Rioja Alta y, concretamente, con el Valle de Ojacastro donde, como es bien sabido, en la época de Fernando III y Alfonso X todavía se hablaba vascuence. Si es seguro que los repobladores, o los pobladores, de la Rioja Alta eran vascones o de origen vascón, parece probable que los repobladores de la marca oriental de la antigua Castilla, en las zonas montañosas de las actuales provincias de Burgos y de Soria fueran en gran proporción también de origen vascón, como ya apuntó Don Ramón Menéndez Pidal respecto, concretamente, a las comarcas de Oca, Belorado y juarros.i''" Como hemos visto en la Crónica, los «serranos» procedían de Cinco Villas, comarca que ha sido identificada con las Cinco Villas del alto valle del Najerilla, (11) pero a juzgar por los topónimos que se repiten en Ávila es casi seguro que con las gentes de las cinco villas propiamente dichas (Anguiano, Bobadilla, Matute, Tobía, VilIaverde) vinieran muchas otras de las comarcas vecinas del valle de Ojacastro, de Cameros, de]uarros, concretamente de Zorraquín, de Canales de Sierra, de Viniegra, de Brieva, de Almarza, de Montenegro, de VilIoslada, de Avellaneda. Y, también vinieron, como dice la Crónica, gentes de Lara y de Covaleda.v'" zona próxima a las anteriores, a caballo entre las actuales provincias de Burgos y Soria, gentes, todas ellas, afines étnica y culturalmente a los hombres de La Rioja Alta y que, en mi opinión, a pesr de la distinción que establece la Crónica entre ellos y los de Cinco Villas, pueden ser englobadas entre los «serranos». La Crónica nos dice también, como hemos visto antes, que fueron a poblar a Ávila -ínfanzones e buenos ames» de los Brabezos. Resulta difícil identificar esta comarca de los Bravezas, por lo que pienso que se trata de una deformación del nombre original, auténtico, que sería Berrueza, o Berruezos, y me baso para ello en el hecho de que según el-Becerro de Visitaciones de casas y heredades de la catedral de Ávila», comenzando a redactar en 1303, había en la Ávila medieval una Cal de Berruecos, (13) situada en un barrio donde se habrían instalado los repobladores procedentes de la comarca de La Berrueza (como es bien sabido, el Príncipe de Viana, recogiendo antiguas tradiciones, afirmaba que una de las tierras de la antigua Navarra era La Berrueza) .Cl4) La llegada a tierras de Ávila de repobladores navarros, que podemos suponer basándonos en los datos que acabo de citar, se ve confirmada por la existencia en la toponimia abulense actual de abundantes Narras y Narrillos, que en los documentos medievales aparecen bajo las formas Nafarros, Nabarros, Nafarriellos, Na[ arielios, Nabarrielios; estos nombres de lugar de origen étnico o gentilicio se deberían a repobladores navarros de la época de Raimundo de Borgoña o de tiempos inmediatamente posteriores porque, como dice Sánchez Albornoz, los navarros llegarían a la Extremadura castellana, y a la leonesa, «tal vez bajo el reinado de Alfonso I de Aragón» [por cierto, también rey de Navarra) «o, después, reinando Alfonso VII». Estos colonizadores navarros, sigue diciendo D. Claudio, no podían proceder de la repoblación llevada a cabo por Raimundo II de León, después de Simancas, repoblación que fue barrida por Almanzor en la segunda mitad del siglo x, y, además, los núcleos de población llamados Nafarros, Naharros, etc., no pueden haber sido fundados por emigrantes llamados nafarros, naharros, navarros hasta fecha muy tardía, después de 1085, época en la que ya se llamaba Nafarra, Navarra, en tierras leonesas y castellanas, al reino que hasta entonces se había conocido siempre como reino de Pamplona. Según D. Claudio Sánchez Albornoz, es en la «Historia Silense» donde por vez primera se usa el nombre de Navarra en la historiografía cristiana. Lo emplean después los autores de la «Historia Compostellana» y de la «Chroníca Adefonsi Imperatoris•. Por tanto gentes que se llaman a sí mismas «navarros», o que son llamadas «navarros. por el resto de los repobladores, no pudieron llegar a Ávila, y por supuesto al resto de la Extremadura (Salamanca, Segovia, Soria) hasta finales del XI, y de ahí en adelante, cuando ya en la España Cristiana se habían generalizados los nombres de Nafarra, Navarra, y nafarros, naharros, nauarrosvñ Actualmente encontramos los siguientes topónimos de tipo Narros en Ávila: Narrillos del Álamo, en Serrezuela (en el interesantísimo documento que se conoce con el título de «Consignación de ventas ordenada por el cardenal Gil Torres a la iglesia i obispado de Avíla» del año 1250, publicado por J. González en Hispania, 1974, pgs. 416-424, y reproducido por Tejero en su Toponimia de Ávila, págs. 199-212, reproducción por la que citamos, Narrillos del Álamo aparece como Naharros de Godin), (16) Narrillos del Rebollar, en el cabildo de Pajares (en la "Consignación de ventas. Naharriellos, (17) lo mismo en el «Becerro de visítacíones-j.v'? Narrillos de San Leonardo, en La Moraña (en «Consignación de rentas», Nafariellos),(19) Los Narros, anejo de Solana de Ávila (sin documentación medieval), Narros del Castillo, en la Moraña (en las "Consignaciones. de Gil Torres, Naharros de Bevan, en un doc. del año 1921 de la catedral de Ávila, Naharros),(20) Narros del Puerto, en el Valle de Amblés (en doc. del año 1191 de la Catedral de Ávila, Nafarros, en Gil Torres, Naharros del Puerto, en el «Becerro de Vísitacíones», Naharro),(21) Narros de Saldueña, cabildo de Pajares (en Gil Torres, Nafarros de Salduenna, en el «Becerro», Naharros).(22) Ade más, en la documentación medieval encontramos los siguientes topónimos del tipo Narros, hoy desaparecidos. La Naharra, topónimo menor de Valseca, en la MorañaY3) Las Naharras, topónimo menor de Aldea del Abad, en el Valle de Amblés.v" Naharro, aldea de Allende Sierra,(25) (Val de) Naharros, topónimo menor en el término de San Sadornil de Adaja, cabildo de Pajares,<27) Naharriellos, aldea de Arévalo, tercio de Rámaga.(28) Independientemente de los navarros, está claro que a repoblar las tierras de Ávila llegaron muchas gentes de estirpe vascona próxima o remota. Es probable que fueran a Ávila gentes vascas propiamente dichas, es decir de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, como han apuntado algunos estudiosos, así Sánchez Albornoz y Ángel Barrios,(29) pero lo que sí es seguro que en Ávila se asentaron muchas gentes de La Rioja, de Cameros y de la franja oriental de la antigua Castilla Condal, todas ellas con un fuerte componente étnico vascuence y cuyos nombres coinciden con los usados, en aquella época, por los vascos propiamente dichos, por los navarros, por los riojanos y por las gentes del antiguo y pequeño reino de Aragón, que todavía no había salido de su rincón pirenaico originario. Título: Re: TOPÓNIMOS ABULENSES Publicado por: castella-nista en Enero 08, 2010, 21:09:42 Prueba indudable del origen vascón, próximo o remoto, de muchos de los
repobladores de Ávila desde 1088(30) a mediados del siglo XII, la proporcionan los numerosísimos topónimos actuales, y muchísimos otros topónimos medievales hoy desaparecidos pero que constan en los documentos, que recuerdan el nombre, o el nombre y apellido del repoblador, fundador del pueblo, propietario, etc., nombre y apellido que son característicos de las gentes vascas, navarras y riojanas contemporáneas, lo que no quiere decir, ni mucho menos, que todos esos nombres y apellidos patronímicos sean vascuences desde el punto de vista lingüístico, aunque sí lo son desde los puntos de vista histórico y cultural. Si los topónimos abulenses constituidos por nombre, nombre y apellido, o apellido, que son vascuences o eran usados habitualmente por los vascos de la Alta Edad Media, fueran sólo unos cuantos, no se podría decir nada, pero si nos encontramos con una gran masa de topónimos de este tipo, cantidad que en ocasiones constituye cerca del 50% de los topónimos antroponímicos de una comarca, y en otras alrededor del 30%, no podemos hacer otra cosa que relacionar estos topónimos con unos repobladores de origen vascón, aunque alguno de esos topónimos, evidentemente, pudiera proceder de un repoblador asturiano, leonés, cántabro o castellano occidental, pues a partir, sobre todo, de la instauración en Castilla y León de la dinastía pamplonesa los nombres personales usados por los navarros son adoptados también en el resto de los estados cristianos que luego formarían parte de la Corona de Castilla, e incluso algunos de ellos, como Sancho, Garcia, se habían introducido anteriormente, desde Alfonso II el Casto, hijo de una noble vascona, y sobre todo a partir de Alfonso III el Magno que estableció lazos de sangre con la casa real de Pamplona. El hecho de que en la toponimia abulense -y lo mismo podríamos decir de la toponimia de Salamanca, Segovia y Soria- aparezcan nombres en cuya composición entran antropónimos del tipo Sancho, Garcia, Fortún, Lope (y los apellidos patronímicos correspondientes) no es demasiado significativo. Pero si estos antropónimos están ligados, en el mismo nombre geográfico, con otros del tipo Jimeno, Aznar, Galindo, Endura, Guendul, Iñigo -o Enneco-, etc., sí parece muy sintomático. En otras palabras, si un repoblador se llamaba Garcia Mateos, o Sancho Martinez, o Lope Álvarez, O Fortún Guttérrez, no se puede asegurar que fuera de origen vascón, pero si el repoblador se llamaba Sancho Galindez, o García Aznárez, o Fortún Iñiguez, o Lope Enduraz, es muy probable fuera de estirpe vascona, y casi seguro si llevaba el nombre, p.e., de Íñigo Galindez, o Galindo Aznarez, o Jimeno Gendúlez, o Aznar Enduraz, o Guendul Íñiguez, etc., pues la repetición y acumulación de estos nombres y apellidos es impensable, p.e., en Asturias, en Cantabria, en León, en Tierra de Campos, incluso en gran parte de la antigua Castilla Condal, a pesar de la importancia y del peso evidentes del componente étnico y cultural vascón en la primitiva Castilla, en el «pequeño rincón» de Valdivieso, Tobalina, Losa, Mena, Valdegovia, Lora, Obarenes, Oca, La Bureba es decir en la Vardulia «quae nunc vocitatur Castella». No voy a insistir en esta cuestión, de la cual he tratado detenidamente en mi contribución al Homenaje al profesor Michelena (<<Topónimos salmantinos y repobladores vasconavarros»). La argumentación puede convencer o no, pero creo que mi interpretación de los topónimos de los que traté en ese trabajo, y de los que estudio en esta ponencia, como indicio racional de la oriundez vascona de los repobladores que impusieron tales topónimos es una interpretación lícita, que puede ser defendida, y que no parece descabellada. Claro que basarse en los topónimos del tipo «nombre de pila, o nombre y apellido, o simplemente apellido», para descubrir el origen étnico, o la oriundez, de los repobladores que dieron esos nombres a los lugares que fundan o que reconstruyen y colonizan, no es nada nuevo, aunque sí es un método no muy frecuentemente empleado. Por lo que hace, concretamente, a la actual provincia de Ávila, este método ya ha sido utilizado, aunque no de manera sistemática. Alusiones a la naturaleza vasca de los repobladores abulenses, basándose en el aspecto más o menos vascón que presentan determinados topónimos, encontramos en E. Tejero y en A. Barrios.P!' Por mi parte ya había empleado este procedimiento, respecto siempre a la provincia de Salamanca, en dos ocasiones: en la primera, tímidamente (Toponimia e historia, Granada, 1969), en la segunda, de manera sistemática, y estudiando, precisamente, los topónimos salmantinos que recuerdan a repobladores de origen vascón (Homenaje a Michelena, Vitoria, 1985). En la presente ocasión, al tratar de los topónimos abulenses que nos permiten postular el origen vascón, próximo o remoto, de los repobladores que bautizaron con sus propios nombres los lugares que fundan o donde se asientan, seguiré prácticamente las mismas pautas utilizadas en el Homenaje a Michelena, por lo que remito al trabajo anterior, ahorrándonos, así, repeticiones innecesarias, aun a costa de que esta ponencia resulte demasiado esquemática. Empecemos con los topónimos abulenses relacionados con los nombres de pila Vela, Velasco, Blasco, Velasca, Velasquita, etc., cuyo carácter vascón parece fuera de toda duda. En la toponimia actual encontramos Blascoeles, nombre de un pueblo perteneciente al cabildo de Pajares, Blascojimeno, nombre de un anejo de Gallegos de Sobrinos, en Tierra de Piedrahita, Blascomillán, nombre de un pueblo perteneciente al cabildo de Rialmar, Blasconuño de Matacabras, nombre de un pueblo de la Tierra de Arévalo, Blascosancbo, que da nombre a un pueblo del cabildo de Pajares. De esta serie, Blascojimeno y Blascosancho parecen inequívocamente vascones, y menos clara está la filiación vascona de Blascomillán y Blasconuño. (32) Caso especial es el de Blascoeles, que aparece como Blasco Heles en Gil Torres.(33) Es probable que Blascoeles proceda de Blasco Peles, a través de Blasco Heles, es decir el apellido se remontaría a Félix, con lo que el carácter plenamente vascón del topónimo quedaría un poco en entredicho. Pero no es imposible que Eles proceda de Veles, Velez (.Blasco, hijo de Vela») o incluso que Eles sea el apellido patronímico correspondiente a Elo, Ele: según Caro Baroja,04) «es muy frecuente en Álava el nombre de Eilo, que se registra en 1065. Eilo y Elo cabe relacionarlos con el nombre masculino de Eylon, que llevaba un conde de ÁIava en tiempos de Alfonso III, y con el de Ele propio de un dios aquitano. La villa de Monreal en Navarra se llamó Elo en un principio». Por cierto que en el doc. n? CCXC del cartulario publicado por L. Serrano, encontramos una donación que al Monasterio de San Millán hace, en mayo de 1102 una doña Elo Bellacoz. (35) El cambio de Eles, o Veles, a Heles podría deberse a una ultracorrección del copista. Si Blascoeles procede de Blasco Eles (.Blasco, hijo de Elo/Ele») no podría negarse el carácter vascón del repoblador de este lugar abulense. En los documentos medievales encontramos los siguientes topónimos de esta familia, hoy desaparecidos: Blasco Sancho (en Valle de Amblés), Blasco Blasquez (en el cabildo de Zapardiel), (Santa María de) Blasco Galindo, en el cabildo de Zapardiel, Blasco Nunno, en Arévalo, Tercio de la Vega,06)(Val de) Sancho Blasco, en Pajares (vid .•Becerro», Barrios, Doc. Med., pág. 351). También en la documentación medieval, encontramos los topónimos, hoy desaparecidos, de Vela Crespo, aldea próxima a Tornadizos, también en Tierra de Arévalo (vid. Tejero, ob. cit., pág. 210, YBarrios, Doc. Med., pág. 380). En relación con los topónimos anteriores se hallan Blasquita, nombre de una aldea del alfoz de Ávila que aparece en varios documentos medíevalesP?' hoy un despoblado, y el orónimo (Peña) Blasquita, del cabildo de Pajares, que hallamos en el «Becerro». (38) Evidentemente estos topónimos se derivan de un antropónimo de la familia Velasco, Blasco: en un documento de San Millán, de 1002, aparece un Galindo Bellasquit, y en otro documento [de 1063], de los publicados por T. Muñoz Romero encontramos un Zemeno Velasquit. (39) Título: Re: TOPÓNIMOS ABULENSES Publicado por: castella-nista en Enero 08, 2010, 21:10:54 También pertenece a la misma familia el topónimo Blacha, nombre de un
pueblo del Valle de Amblés, que en un documento de 1260 aparece con la forma y grafía Vlac, yen el «Becerro» (principios del siglo XIV) encontramos con la forma Vlaqa, en una ocasión, y como Blacha, en otra.<4ü) En documentos de Valbanera de los años 1070 y 1072 aparecen un Gomiz Blaga y un Sancio Bellaga, (41) variantes idénticas o semejantes a las citadas por Michelena y Caro Baroja:(42) todas ellas se remontan, según Michelena, a un derivado de bela, el nombre de animal belatx, belatz «gavilán, corneja», convertido, como tantos otros, en antropónimo. Un caso especial es el representado por el topónimo Belchos, hoy un despoblado en el término municipal de Sotalbo, que aparece documentado en el «Becerro' como nombre de aldea del cabildo de Vallablés o Valle de Amblés.(43) Es probable que Belchos reproduzca un apellido patronímico referido a Belcho, nombre este últi mo que podría derivarse del adjetivo vascuence baltz/beltz "negro" que Michelena cree es la palabra de la que se han derivado los apellidos vascos altomedievales Belça, Valza, y los bajo medievales Balza y Belza;<44) lo mismo piensa Caro Baroja, que encuentra en una escritura del año 986 el nombre de pila Bellza, sin apellido parronímíco. v"? Topónimos con Cha, Echa, formas derivadas de vasco aita, como es bien sabido, encontramos, en la toponimia actual de Ávila, Chaherrero, nombre de un anejo de Crespos, en el cabildo de Moraña, y Chamartin, en el cabildo de Moraña.(46) En documentos medievales aparecen los topónimos, hoy desaparecidos, Echa Munno, en el cabildo de Pajares, Echa Salvador, en Arévalo, tercio de Madrigal, y Echauida, en las cercanías de la capital, quizá en el valle de Amblés.v'?' De estos tres topónimos, hoy inexistentes, el más interesante y sintomático es Echa Munno, cuyos dos componentes son nombres vascuences o, en el caso de Munno, muy usados por los vascones medievales. Pero es que además, tenemos documentado el nombre del fundador, o por lo menos del propietario, del poblado, que se llamaba precisamente Echa Munno, y fue un racionero de la catedral abulense y legó todas las propiedades del lugar que llevaba su nombre a la Iglesia de Ávila.(48) Parece que también tiene que ver con los topónimos y antropónimos con Cha, Echa, el curioso nombre de lugar Miecha, que se refiere a una aldea de Ávila. Como en un documento de la Catedral de Ávila del año 1208 firma como testigo el cantor «Myecha», no cabe duda de que Miecha es nombre de pila, nombre que es un híbrido romance-vascuence, Mi echa «mipadre», lo mismo que el caso paralelo, y muy conocido, de Mianaya, Minaya < Mi anaya «mi hermano-.v'?' y por supuesto Muñochas, que estudiaremos más adelante. Fortún no es nombre lingüísticamente vascuence, pero es indudable que fue común entre los vascones y los aragoneses altomedievales (mucho más que entre castellanos, leoneses y gallegos) como lo era entre los muladíes Bani Muza o Bani Casi de la Ribera del Ebro y entre sus parientes los príncipes de la Casa Real de Pamplona de la primera dinastía. Pues bien, también encontramos topónimos con Fortún, o derivados, en Ávila. En la toponimia actual Hurtumpascual, en el cabildo de Rialmar y Hortunsancho, topónimo menor en el límite entre los términos municipales de Mirueña y Gallegos de Sobrinos. En la relación del cardenal Gil Torres encontramos el topónimo, hoy desaparecido, Garci Fortun, en Pinares y Allende Sierra.(52) Es conocido que sin ser de origen lingüístico vascuence Galindo es un nombre personal muy usado entre vascos, navarros y alto-aragoneses medíevales. En la toponimia actual de Ávila sólo encontramos un topónimo con Galindo, que es Muñogalindo, en el Valle de Amblés, topónimo muy sintomático porque sus dos componentes pueden considerarse como característicamente vascones. Son más abundantes los topónimos de esta familia hoy desaparecidos pero registrados en la documentación medieval: Galin Galindez, en el cabildo de Zapardiel, colación de Ouieco García (dato también muy sintomático), Galind Gomez, en el cabildo de Pajares (en el "Becerro" Galingomez -vid. Barrios, Doc. Med., págs. 335-, en la relación de Gil Torres, Galind Gomez- vid. Tejero, pág. 107), [Sancta María de] Blasco Galindo, en el cabildo de Zapardiel (vid. Tejero, ob. cit. pág. 206; Barrios, Doc. Med., pág. 140), Galindos, en La Maraña, hoy un despoblado en el término municipal de Cabizuela, y Sant Galindo, nombre de un paraje del término de Sanct Grigorio, en el cabildo de Vallablés( 54) De estos topónimos los que presentan un interés especial son los dos últimos: por lo que respecta a Galindos, debe de tratarse del patronímico de Galindo, con -s o z finales de la característica desinencia patronímica; es muy sintomático que en un documento de Valbanera del año 1083 encontremos un Eximino Galindoz. Y en Sant Galindo descubrimos un típico caso de falso hagiotopónimo, a consecuencia de una ultracorrección del escriba; evidentemente el topónimo auténtico era Sancho galindo, Sanch Galindo, nombre y apellido del repoblador. No es necesario insistir en el casi seguro origen lingüístico vascuence de Garsea/Garzea, Gaecía, y en el carácter típicamente vascón de este antropónimo desde el punto de vista hístóríco-cultural. En la toponimia actual de Ávila no encontramos ningún topónimo del tipo García, a no ser por el problemático San García de Ingelmos, de que hablaremos después, pero en los documentos medievales encontramos Garci Aznar (con la variante Garci Acenat), despoblado del actual término municipal de Vega de Santa María, en el cabildo de Pajares,<57) Garci Fortun, en Pinares y Allendesíerra. Garcilobo (seguramente deformación de Garcilope) en Arévalo, tercio de la Vega,(59) y Ovieco García, en el cabildo de Zapardíel. CONTINUARA Título: Re: TOPÓNIMOS ABULENSES Publicado por: castella-nista en Enero 09, 2010, 17:42:56 Por lo que hace a San García de Ingelmos, nombre actual de un pueblo
de la comarca de Rialmar, es muy probable que se trate de un falso hagiotopónímo surgido a consecuencia de la etimología popular (Sancho García > Sanch García> San García). Sin embargo, no se puede descartar del todo el carácter hagiográfico del topónimo si tenemos en cuenta que hubo un abad de San Pedro de Arlanza, consejero de Fernando I y cantado por Berceo, que fue canonizado y se convirtió en San García(61) Entre los topónimos de la serie García hemos relacionado Garci Aznar, con la variante Garci Acenat: La primera de las dos variantes aparece en dos documentos distintos, en la «Consignación de ventas» del cardenal Gil Torres (vid. Tejero, ob. cit., pág. 205) Y en el «Becerro» (vid. Barrios, Doc. Med., págs. 219, 338); la segunda variante, que corresponde a una forma más antigua, y mal transcrita, por cierto (Acenat en lugar de Acenar), la encontramos en la «Consignación de ventas» (vid. Tejero, ob. cit. pág. 207). Este topónimo es el único que encontramos en Ávila con un componentae del tipo Aznar, tipo que se remonta a un antropónimo vascón históricoculturalmente, y quizá también desde el punto de vista lingüístico, que aparece como Azeari, Azenari entre los vascones alto medievales, como ha afirmado Michelena. Garci Aznar, por lo tanto, es un topónimo muy sintomático, con sus dos componentes vascones, como vascón sería el fundador o repoblador del pueblo a quien dio nombre. Por todos es admitido hoy el carácter vascón del antropónimo Jimeno,(63) que aparece en los siguientes topónimos abulenses actuales: Gemuño ( Xemen Munno, en el «Becerro"), en el Valle de Amblés, Donjimeno, en Arévalo, Tercio de Rámaga (< Don Xemeno, en Gil Torres(65)), Gimialcón ( < Xemen Falcon en Gil Torres y en el «Becerro», Xemen Halcon en un doc. de la catedral de Ávila del año 1291(66)), en el cabildo de Zapardiel; en documentos medievales aparecen, además, los siguientes topónimos de esta familia: Xemen Martín, (67) en el cabildo de Vallablés, Xemen Miguel, en la colación de la Mata, cabildo de Vallablés,(68) Xemen Sancho, también en el Valle de Amblés,(69) [Cabeca de] Munno Xemeno, en el cabildo de Serrezuela, se- gún aparece en la "Consignación de rentas» (vid. Tejero, ob. cit., pág. 207) Y Blascojimeno topónimo ya estudiado. Un caso especial, e interesantísimo, es el representado por las formas Endura y Gemendura. La primera aparece en dos documentos medievales (en Gil Torres y en un doc. de la catedral de Ávila del año 1263) referida a una aldea del Valle de Amblés, hoy desaparecida, y la segunda es el nombre de un despoblado cerca de Fontiveros. Evidentemente, se trata en ambos casos del mismo nombre (Xemen Endura> Gemendura), del nombre (y apellido) de uno o de dos repobladores, procedente, o procedentes, de una comarca de sustrato vascónico, pues tanto Xemen como Endura son antropónimos típicos de los vascones altomedíevales. El mismo componente, Endura, que encontramos en el topónimo anterior, aparece también en Gotarrendura, nombre de un pueblo de La Moraña. Endura, como acabamos de ver, es un nombre altomedieval de origen vascón, no muy usado, ciertamente, o por lo menos poco documentado, aunque también, en alguna ocasión, aparece el patronímico correspondiente, Enduraz, como ocurre en un documento de Cardeña del año 972, donde aparece un Tello Enduraz. (71) El topónimo Gemenendura o Gemendura puede ser considerado totalmente vascón, por el carácter de sus elementos componentes, pero ¿qué ocurre con Gotarrendura? Si Gotarrendura fuera la única forma documentada la explicación sería más fácil, o por lo menos más cómoda; ahora bien, en los textos medievales no aparece Gotarrendura sino Gutierre Endura en Gil Torres(72) y Gutierrendura en el "Becerro».(73) Si la forma primitiva fuese Gotarrendura yo la explicaría como la combinación de Endura, que sería el patronímico del repoblador, y Gotarr, elemento en el que habría que ver un nombre de pila que yo relacionaría con el antropónimo que encontramos en las inscripciones aquítanas, en las formas Hotarris, Hotarri, Hotar. (74) Y es probable que Gotarrendura sea la forma original, porque el cambio Gutierrendura > Gotarrendura no tiene explicación posible, mientras el cambio, en la documentación, Gotarrendura> Gutierrendura puede deberse a una ultracorrección del escriba, familiarizado con el nombre Gutierre y no con o Gotarr. De todas formas parece que entre Gotar y Gutierre hay alguna relación, como si hubiese existido un cruce entre Gotarr y los derivados del nombre germánico latinizado Waltarius, lo que explicaría la aparición, en los presuntos derivados de este último, de una r vibrante múltiple en lugar de la r sencilla que cabía esperar ( Gotarr + Guter/Gutier> Gutierr/Gutierre). Si entre Gotar y Gutierre hay alguna relación, podemos incluir en los topónimos del tipo Gotarr/Gutierre el nombre de lugar Gutierre Muñoz, en Tierra de Arévalo, tercio de la Vega, documentado también en la Edad Media.(7S) El antropónimo más frecuente en los topónimos abulenses de presunto origen vascón es Muño (y sus derivados), antropónimo que, por lo menos desde el punto de vista histórico-cultural, es de carácter vascón, aunque quizá no se usara sólo entre los vascones prímítívos y que era el nombre de pila del caudillo de los repobladores «serranos» de Ávila, el famoso Munio Echaminzuide de la Crónica de la población de Ávila. En la toponimia actual de Ávila encontramos los siguientes ejemplos de topónimos del tipo Muño: Muñogalindo, en el Valle de Amblés, topónimo ya estudiado, Muñogrande, en La Moraña(77) ,Muñosancho, en el cabildo de Zapardíel. Muñotello, en el cabildo de Rialmar, Muñoyerro, anejo de Bularros, en La Moraña(79), Gutierre Muñoz, en Arévalo, topónimo ya estudiado, Mengamuñoz, en el Valle de Amblés, Gemuño, topónimo ya estudiado, Muñochas, en el Valle de Amblés,<80) Múñez, anejo de Muñana, en el Valle de Amblés. Muñopepe, también en el cabildo de Vallablés,(82) Muñomer de Pego, en La Moraña.(83) Respecto a los primeros topónimos de la serie no hay nada que comentar, pero sí podemos decir algo de los cuatro últimos, comenzando por el topónimo Muñochas, que casi con toda seguridad procede de Muño Chas, con Muño, nombre de pila, y Chas, apellido patronímico (Muño Echas/Muño Echaz «Muño, hijo de Echa. > •Muñoechas >Muñochas). Múñez parece el apellido patronímico correspondiente a Muño, por lo tanto Múñez será «hijo de Muño», usado como apellido, habiendo desaparecido el nombre de pila, cosa que ocurre con cierta frecuencia. Muñopepe es como toda esta serie un compuesto de nombre propio y apellido aunque el apellido no presente la característica desinencia patronímica. Respecto al nombre de pila, Pepe, debió de ser relativamente frecuente en la Alta Edad Media: en un documento de la España Sagrada, del año 930, encontramos un Brauolio Pepi, en otro de La Liébana, del año 990, aparece un Eila Pepi, y en uno tercero, de Cardeña, del año 972, aparece un Oveco Pepiz. (84) Obsérvese que la mayor parte de los nombres de pila combinados con el patronímico de Pepe, por no decir todos, son nombres vascones o usados preferentemente por los vascones. En Muñomer[del Pego] encontramos el elemento Muño, nombre de pila, y un apellido en principio enigmático, Mer, que como nombre de pila aparece en Mer Nunni, nombre de un personaje citado en un documento de San Millán, del año 932, y en forma patronímica en un documento de Cardeña, del año 1045 (Obeco Meriz). El padre Diez Melcón, de cuya obra hemos tomado estas documentaciones, deriva Mer y Meriz, de Mirus, latinización del antropónimo suevo Miro/85) yo no creo en el origen germánico de Mer, y teniendo en cuenta la localización geográfica de los documentos donde aparecen los ejemplos (San Millán, Cardeña) y la combinación de Meriz con Obeco en uno de ellos, me inclino a pensar en un nombre de carácter hispánico indígena, vascón o no. En la Edad Media había otros muchos topónimos del tipo Muño, hoy desaparecidos pero que constan en los documentos, donde encontramos: [Santa María de] Munno Nunno, en el Valle de Amblés,(86) Munnochas, en el cabildo de Moraña, hoy un despoblado en el término de Chamartín. Nunno Fendya, en La Moraña,(88) [Cabeza de]Munno Xemeno, en Serrezuela. Munno Pepe, también en Serrezuela. Munno Sancho, nombre de un pago de la aldea de Santo Domingo de las Posadas, en el cabildo de Pajares(91) ,Munno Serrazin, en La Moraña,(92) [Val de] Munno Negro, pago de la aldea de La Mata, en el Valle de Amblés,(93) Echa Munno, topónimo ya estudiado, y Yenego Munnoz, aldea del cabildo de Pajares (vid. Barrios, Doc. Med., pág. 355). De todos estos topónimos desaparecidos, hay dos que merecen comentario: Munno Fendya y Munno Negro. Respecto al primero, la grafía es ambigua, pero nos permite suponer un Muño Fendia o Muno Fendia; si la última hipótesis, fuera la correcta, tanto fonética como prosódicamente, en el segundo elemento encontraríamos un vocablo que podríamos poner en paralelo con el elemento Rabia de Muño Rabia, un personaje abulense que aparece en la Crónica y en otros documentos, y cuya raigambre vascona, por lo menos desde el punto de vista lingüístico, parece evidente. Respecto al segundo de los topónimos, Munno Negro, aunque lo más probable es que Negro sea un antiguo apodo convertido en apellido, no se puede descartar que Negro sea una deformación de Énego, Yénego ( <Enneco) por etimología popular. Y digo esto porque en la toponimia salmantina hay en la actualidad un Moríñigo que en documentos medievales aparece como Moro negro.(94) En relación con los topónimos de tipo Muño se hallan los dos siguientes nombres, uno de ellos existente en la actualidad, el otro hoy desaparecido: Muñico, cabildo de Rialmar,(95) y Munnicos, nombres de una aldea de Serrezuela que o ha desaparecido o ha cambiado su denomínación. En Muñico hay que ver un primitivo patronímico de Muño, formado con el sufijo -ico que según Caro Baroja, procede de -ICUS, y encontramos en antropónimos vascones primitivos como Urzanico, AraiCO.( 97) El carácter de apellido patronímico que tiene Muñico es evidente en el personaje llamado Munnio Munnico que aparece en un documento de San Millán, del año 923.(98) Pero Muñico terminará convirtiéndose en nombre de pila, a juzgar por la forma antigua del topónimo Muñico que, según aparece en las «Consignaciones», es Munnico Blasco, forma muy sintomática del carácter vascón del repoblador. Por lo que respecta al topónimo desaparecido Munnicos, sería, a su vez, el apellido patronímico correspondiente a Munnico. Título: Re: TOPÓNIMOS ABULENSES Publicado por: castella-nista en Enero 09, 2010, 18:25:17 Parecen, en principio, pertenecientes al tipo de Muño, los topónimos actuales
Muñana, en el Valle de Amblés y Navamuñana, anejo de Santiago del Collado, en tierra de Piedrahíta. Muñana podría proceder de Muño Ana, pues Ana debió de existir como nombre personal entre los vascones, a juzgar por los nombres personales diminutivos Annaso, Analso que aparecen en documentos de Valpuesta de los años 903,911 Y 929, Y por los apellidos patronímicos Aniz, Anniz, Hanniz que encontrarnos en nombres que figuran en documentos del monasterio de Arlanza, de San Millán, de Valbanera, e incluso de Oviedo, de los siglos X, XI Y XII.(lOO) Por cierto que Caro Baroja relaciona todos estos antropónimos con los nombres personales Hanna, Hannac, Hannas que se documentan en las inscripciones aquítanas. Claro que Muñana podría también proceder de Amuña Ana, cosa no imposible, teniendo en cuenta que Amuña aparece en algún otro topónimo abulense, como veremos a continuación. En el «Becerro. aparece la aldea llamada Tiamuña, en el Valle de Amblés.( 102) La aldea ha desaparecido y se ha convertido en un despoblado perteneciente, según A. Barrios, al término municipal de Cillán.Evidentemente, en la segunda parte del topónimo encontramos el nombre personal vascón Amuña que es la palabra vasca Amona, Amuna, Amuña, habilitada como antropónimo femeníno. Amuña, como nombre de mujer, aparece insistentemente en los documentos medievales abulenses, y también, por cierto, en los documentos de Alba de Torrnes: no tiene nada de extraño, por lo tanto, que encontremos este nombre en los topónimos (en Tiamuña, y, quizá, en Muñana, Navamuñana). Ahora bien, ¿cómo explicar el primer elemento componente del topónimo, el elemento Tia? Se me ocurren dos explicaciones, ninguna de ellas convincente: 1) Tiamuña puede ser Tu amuña, el mismo caso de Mi anaya, Mi aita >Miecha; 2) Tiamuña podría ser el resultado de Aita amuña >Atia amuña> Tiamuña. Pasemos ahora a los topónimos de tipo Sancho. Creo que todos están de acuerdo hoy en que desde el punto de vista histórico-cultural Sancho es un antropónimo vascón(105) y que incluso es probable su origen lingüístico vascuence, aun- que es indudable que muy pronto pasó al resto de los estados cristianos y se terminó convirtiendo, lo mismo que el patronímico correspondiente, en uno de los más usados en los territorios de la Corona de Castilla. Pero no cabe duda de que todavía en los siglos XI y XII, época de la repoblación de Ávila, Sancho era nombre usado preferentemente por las gentes de origen vascón, desde Vizcaya hasta el Alto Aragón, incluyendo La Rioja y la antigua Castilla Condal, por lo que la mayor parte de los topónimos abulenses en los que aparece Sancho se deberán a los repobladores procedentes de territorios vascones o con fuerte superestrato étnico vascón. En la actualidad encontramos en Ávila los siguientes topónimos del tipo Sancho: Sanchicorto, anejo de Balbarda, en el Valle de Amblés, Sanchidrián, en el cabildo de Pajares(107) Sanchbivieco, dehesa de Hoyos del Espino,(I08) Sanchorreja, en La Moraña Alta, Hernansancho, en La Moraña,(I09) Solosancbo, en el Valle de Amblés. Los más interesantes son Sanchivieco y Sanchorreja, y el más enigmático, Solosancbo, cuyo primer elemento, Solo, debe ser el resultado de la etimología popular. Por lo que respecta a Sanchivieco, es evidente que el fundador del pueblo de ese nombre era un repoblador «serrano» llamado Sancho Obeco, con nombre de pila y cognomen muy usados entre los vascones. Y por lo que hace a Sanchorreja, el segundo elemento es un tanto enigmático, aunque teniendo en cuenta que primitivamente debió de ser Sancho Urrecha (en el Valle de Amblés, según las «Consignaciones» había una aldea llamada Valdurrexa),(IIO) podría pensarse en el apellido vizcaíno Urrecha, y en la voz vasca urretxa 'avellaneda' .(111) En la documentación medieval encontramos los siguientes topónimos: [Val de] Sancho Blasco, en el cabildo de Pajares,(112) Sancho Estevan, en Arévalo, tercio de Madrigal(113), Sancho Ortuio, cabildo de Pajares,(114) Sancho Sánchez, en La Moraña,( IIS) Sancho Nanne, en el cabildo de Pajares. De ellos, los que presentan un interés especial son Sancho Ortuio y Sancho Nanne: respecto a Sancho Ortuio, su segundo elemento, Ortuio podría ser una errónea transcripción de Ortuño, apellido que existe en el norte de Álava,(117) o quizá, aunque es muy poco probable, quepa relacionarlo con Urtubi. Por lo que hace al segundo elemento de Sancho Nanne, se trata de un patronímico, evidentemente, que presupone un nombre de pila Nanno, Nannus, de origen desconocido, cuyo derivado patronímico actual es Náñez. A estos topónimos del tipo Sancho habría que añadir Sant Galindo, Blasco Sancho, Fortunsancbo, Xemen Sancho y Muñosancho, estudiados anteriormente dentro de otros tipos. Vicolozano es el nombre de un pueblecito cercano a Ávila, en el cabildo de Pajares, que tanto en las «Consignaciones» de Gil Torres como en un documento de la catedral de Ávila, del año 1291, aparece en la forma Ouieco Loçano, (118) lo que quiere decir que el fundador o repoblador de esta aldea tenía como nombre de pila Obieco/Ovieco, forma derivada del nombre hispánico prerromano, tan frecuente en el territorio vascón, Obeco(119) De este mismo tipo son los topónimos abulenses actuales Sanchivieco, ya estudiado, y Valdevieco, pago de Cebreros,(120) y el hidrónimo Ovieco, nombre de un afluente del río Arevalíllo. En los documentos medievales encontramos dos topónimos más de este tipo: Ovieco Garcia, nombre de una aldea del cabildo de Zapardíel y Diago ueco, de otra aldea, esta vez en Tierra de Arévalo, tercio de Rámaga.(122) El actual pueblo de Flores de Ávila que formaba parte del cabildo de Zapar- diel, se llamó anteriormente Vellacos, con esta grafía aparece tanto en las «Consignaciones » de Gil Torres(123) como en un documento de la Catedral de Ávila, de 1291, y en el «Becerro».(124) En los documentos altomedievales de Navarra, Alto Aragón y Vizcaya encontramos con cierta frecuencia el patronímico Bellacoz, Bellacos, (125) que corresponde al nombre primitivo Bellaco, también documentado, como, p.e., en un diploma de San]uan de la Peña, del año 928, donde aparecen «Galindo Ennecones et Bellaco frater cius»(126) En el «Becerro» encontramos citada una aldea del cabildo de Pajares, hoy un despoblado, llamada Yennego Munnoz,.(127) y en las «Consignaciones» del cardenal Gil Torres aparece, en Tierra de Arévalo, tercio de Madrigal, una aldea que lleva el nombre de [Fuentcalada de] Yenego Tello. (128) Yennego/Yenego es el primitivo nombre personal hispánico, tan usado por los vascones altomedievales, Enneco. (129) Como ya hemos dicho antes, es probable que el segundo elemento del topónimo medieval, transcrito en el «Becerro», Munno Negro, sea una deformación, por etimología popular, o por hipercorrección del escriba, de •Enego, Yenego. Si esta suposición correspondiera a la realidad, tendríamos en Munno Negro/Munno Enego, otro topónimo del tipo Enneco. En las «Consignaciones» del cardenal Gil Torres aparece, como perteneciente al cabildo de Rialmar, la aldea que lleva el nombre de Çorraquin, (130) hoy un despoblado junto a Cabezas del Villar. Zorraquin, Zorraquino es nombre personal muy usual en Navarra en los siglos IX-XII, según afirma Caro Baroja,(131) cosa cierta, como también lo es que este nombre aparece con mucha frecuencia no sólo en Navarra sino en Álava(132) y en La Rioja, tanto en su forma original como en su derivación patronímica(133) y casi siempre combinado con nombres usados preferentemente por los vascones o vasconizados, como Onneca, Carcía, Monnio, Eita. Por otra parte, no es seguro que la aldea de Zorraquín fuera bautizada con el nombre de su fundador, porque cabe la posibilidad de que sus repobladores «serranos» fueran gentes procedentes de la localidad de Zorraquín, en el Valle de Ojacastro, que quisiesen así recordar su patria de origen, como lo hicieron otros muchos de los repobladores de Ávila, según vimos al principio de esta disertación. Esta relación de topónimos abulenses relacionados con repobladores vascones termina con los nombres de Mingorria y Corría. Mingorría es un pueblo, cabeza del ayuntamiento, a 15 Km. de Ávila, en el cabildo de Pajares, rodeado de peñascales graníticos de excelente calidad, donde, según la tradición y la historia, trabajaron durante decenios muchos canteros vascos que labraban e! granito para la ingente obra de El Escorial. Todo e! mundo en la comarca está convencido de que Mingorría es topónimo vasco puesto por los canteros euskaldunes, pero esto tan bonito no es cierto porque en las «Consignaciones» del cardenal Gil Torres, del año 1250, ya aparece e! topónimo en la enigmática forma Engorria(134) y, a partir de entonces, en todos los documentos, e! topónimo presenta la forma Ningorria(135) (el cambio de Ningorria a Mingorría es posterior al XVI).Apartir de la forma moderna, Mingorria, muchos han visto en el topónimo una palabra de origen vasco, relacionándola con Mendigorria, entre ellos, incluso, D. Claudio Sánchez Albornoz.(136) Yo no creo que Mingorria tenga nada que ver con e! vasco, y aunque resulta una forma enigmática, partiendo de Engorria la forma más antigua documentada hasta ahora, se podría presumir una forma primitiva Mengo Rial, o Mingo Rial, que sería e! nombre más el apellido de! repoblador, repoblador en este caso no vascón. Gorría es un orónimo, e! nombre de un cerro, en la Sierra de Ávila. Pero hubo también una aldea llamada Gorria, en e! Valle de Amblés, citada en e! «Becerro ».(137) Es probable que e! origen de Corría sea e! mismo que e! de Mingorría/ Ningorria/Engorria. En todo caso no creo en e! origen vasco de estos dos topónimos, a pesar de las engañosas apariencias. A juzgar por los topónimos, fueron muchos los repobladores de Ávila de raigambre vascónica o con nombres usuales entre las gentes vasconas, repobladores que en su mayor parte pertenecerían a los llamados «serranos» aunque también podían llevar nombres usuales entre los vascones gentes de otras procedencias, sobre todo los llegados desde la antigua Castilla Condal. Y es curioso comprobar que los nombres fosilizados en la toponimia se repiten en los nombres de los caudillos, adalides y caballeros que aparecen en la Crónica de la población Ávila, gran parte de los cuales, llevan nombres vascones, cosa que ya advirtió agudamente D. Claudio Sánchez Albornoz(138) Como sabemos, e! «agorador» de los «serranos» de Cinco Villas se llamaba Muño Echaminzuide. El retador de Alfonso el Batallador llevaba el nombre de Ve!asco Ximeno, de! cual descendían los adalides abulenses Velasco Ximeno y Sancho Velasco. Los caudillos de los caballeros de Ávila en su primera cabalgada a Sevilla, fueron Sancho Ximeno y Gómez Ximeno. El mayor de los héroes «serranos», cuyas hazañas corrieron de boca en boca rimadas en un cantar paralelístico de carácter épico(l39) se llamaba Zorraquín Sancho. El adelantado que protegía la tierra de Ávila, atrincherado en una torre de! Valle de! Tiétar, era Fortún Fortúnez. El más famoso de los traidores y rebeldes abulenses se llamaba Muño Rabia, que quiso entregar varios castillos a las gentes de Béjar y de Plasencia. El caballero de Ávila más hábil en los torneos era Muño Gil, y en las luchas civiles con e! Reino de León destacaron Blasco Muñoz, «el soberbioso » y Sancho García. En la expedición a Baeza quien lleva la enseña de Ávila es Muño Blázquez. En la reconquista de las tierras andaluzas, bajo San Fernando, intervienen decisivamente las huestes de Ávila, y entre los caballeros más destacados se hallan Gutierre Íñigo, Blasco Blázquez, Muño Blasco, Azenar Ximeno, Yénego Rincón, García Blasco y Sancho Muñoz. Y lo verdaderamente importante es que la Crónica, a pesar de haber incluido algunos hechos de carácter legendario, es en lo fundamental veraz, y responde a la realidad histórica, pues la mayor parte de los personajes que encontramos en ella aparecen también en los documentos de la Catedral de Ávila, y aparecen como personajes importantes, como lo que fueron, es decir como alcaldes, jueces, adalides de la hueste abulense, caballeros distinguidos. Por otra parte, es curioso observar cómo en los documentos abulenses, sobre todo en los documentos del XII, una gran parte de las personas que aparecen ostentando cargos o firmando como testigos llevan nombres de raigambre vascona. Así, en e! primer documento de carácter no real ni papal que existe en la Catedral de Ávila,documento del año 1146, aparecen: «Enneconius, episcopus; Amaurícus, comes senior; judiz Blasco Enego: alcaldes Garcia Semeno, Cardíel Sancho, Mu- nio Blasco, Domingo Pasqual, justicias Gomiz Nuno, Munez Blasco, Sancho Blasco; portero Pelaio Montes»(140) Y un importante testamento del año 1150, termina así: «Regnante Aldefonso imperatore in Castella et in Toleto etiam in Leone. Seniore de Ávila Amarrico, cornite: Enneconío exsistente Ávila episcopo; judice Falkon; alkaldes Munio Fortun, Sancio Blasco, Gomez Lup, Munio Sancio, Munio Lufarre, Blasco Blaschez, Domenico Munioz, Sancio Sanzhez. Testes, qui viderunt et audierunt: Petra Petrez, presbiter; Petra Arnaldo, presbíter, Santio Blasco, presbiter, Munio Lufarre, alcalde testigo; Santio Blasco, alcalde testigo; Fortun Sancio, testigo, Cardel Santio, testigo; Munez Blasco, testigo, MuIDO Sancio Berrozo, testís, Garcia Aznar, testis; Munio Rabia, testís: Gomez Acedo, testís, Garcia Xemeno, adalil testis, Belasco Munioz Baraia, testis: Bicent Grande, testis; Domeníco Pascual et suo filio, testes; Oveco Fortun, testigo». Pero no sólo aparecen muchos nombres de raigambre vascona en los documentos de carácter notarial, cosa que se podría explicar porque los «serranos» dominaron en Ávila, sobre todo en los dos primeros siglos, y, naturalmente, la mayor parte de los cargos estaban ocupados por ellos, sino que aparecen también, en gran cantidad, en el «Becerro», ya de fecha tardía (principios del siglo XIV), como nombres de los propietarios de las fincas colindantes con las propiedades del cabildo catedralicio en gran parte de las aldeas de la diócesis. y entre estos nombres de estirpe vascona encontramos no sólo los que han quedado fosilizados en la toponimia y los que acabamos de ver en los documentos notariales (nombres que, como sabemos, también se repiten en la Crónica) sino otros nuevos, como Andierazo. Moñica, Andregodo, Huéñega (« Onneca), y algunos, poco documentados, toponímicamente, como Íñigo, Aznar, Muñana, Blasquita, Urraca, Endura, Amuña. Para que se pueda ver la cantidad relativa de nombres de raigambre vascónica, transcribo a continuación la nómina completa de los propietarios, colindantes con las tierras del cabildo catedralicio, de la aldea de Serrada: «Mujer de Blasco Jimeno; Urraca Íñigo; Sancho Sánchez, hijo de Muño Gil; hijos de Gómez Nuño Ortiga; Sancho jímeno, Sancho Muñoz; Alfonso Gómez; Blasco Muñoz, hijo de Muñana Aznar; Blasco Núñez, hijo de Fernán Núñez, Blasco Sancho, hijo de Sancho Díaz; Juan Domínguez, hijo de Blasco Jimeno, Yagüe, hijo de Muñana Aznar.(l41) No es extraño, después de todo lo visto, que todavía hoy, en la provincia de Ávila los apellidos más frecuentes, aparte de Sánchez y Carcía (que resultan menos sintomáticos) sean Jiménez, Blázquez y Muñoz, descendientes de los muchos jimenos, Velascos y Muños que con los Garcías, Sanchos, Aznares, Íñigos, Galindos, Fortunes llegaron a las tierras de Ávila y Arévalo, a finales del XI, procedentes de las dos vertientes del Sistema Ibérico, de las Sierras de La Demanda, Cameros y Urbión, con su orgullo de serranos hidalgos, convertidos en Ávila en «guerreros-pastores», como dice A. Barrios,(142) que durante siglo y medio serán el azote de almorávides y almohades, con los que lucharán a muerte hasta la conquista de Andalucía, en cuyas campañas desempeñarán un papel relevante. Título: Re: TOPÓNIMOS ABULENSES Publicado por: castella-nista en Enero 09, 2010, 18:30:37 Las notas, así como el texto entero, se pueden ver en
http://www.euskaltzaindia.net/dok/iker_jagon_tegiak/6813.pdf Título: Re: TOPÓNIMOS ABULENSES Publicado por: Gallium en Enero 10, 2010, 03:08:21 Gracias por compartir el artículo castella-nista, muy interesante.
Y yo sin tener ningún García entre mis antepasados... :icon_sad: Por cierto, el apellido más común es Martín. Ése sí lo tengo, como no podía ser de otra forma. |