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Foros de política y actualidad => Café Castilla (off topic) => Mensaje iniciado por: rioebro_aitor en Mayo 06, 2007, 13:11:25



Título: mirandés en mónaco
Publicado por: rioebro_aitor en Mayo 06, 2007, 13:11:25
a este chabal le he visto yo bailar y es muy bueno.
«Hay muchas iniciativas culturales, pero no se les da la importancia que merecen»
El bailarín local asegura que una de las preocupaciones de los jóvenes artistas es la falta de salidas en Miranda
Empezó en el mundo del ballet con trece años, después de que una película le recordara que siempre le había gustado bailar. Cuatro años después, una bailarina se fijó en sus grandes aptitudes y le propuso ir a una prestigiosa escuela de Mónaco, y a pesar de que había comenzado muy tarde en esta disciplina, No rechazó la oportunidad y ahora Sergio Castro ha demostrado su valía y logrado obtener la calificación más alta de la academia, en matería física, desde hace cinco años.

-¿Es necesario salir de España para triunfar?

-No hay muchas compañías en el país y a demás, tampoco tienen un gran nivel. Eso te obliga a salir.

-¿Se ha topado con dificultades para practicar ballet en Miranda?

-Sí. Sobre todo, porque no hay una centro en el que se puedan cursar enseñanzas superiores y tampoco hay medios disponibles.

-¿Es profeta en su tierra?

-Al principio, no. Carecía de apoyos y salidas. La gente pensaba que me había dado por el ballet y que se me pasaría con el tiempo. Luego -cuando empezaron a darme becas y a aceptarme en audiciones en ciudades como Vitoria o Madrid, se dieron cuenta de que iba en serio.

-¿Resulta difícil mostrar la valía propia en Miranda?

-A veces tienes la sensación de que no se valora lo que tenemos en casa. Hasta que alguien de fuera viene y nos dice lo bueno que es algo, no le damos la importancia que merece. Pero eso no pasa sólo con la danza, sino con otras muchas disciplinas artísticas.

-¿Cómo conseguir ayudas?

-Conseguirlas es muy complicado. Mis padres se encargan del tema económico y les está costando mucho que alguna institución, pública o privada, me apoye.

«Sólo tengo 17 años»

-¿En qué le beneficia a Miranda tener un bailarín importante?

-En muchas cuestiones. La mayoría de los bailarines fundan su propia escuela una vez se retiran y eso atrae a mucha gente. No es mi momento porque tengo sólo 17 años. Sin embargo, sé que las ciudades donde se han abierto academias de danza se han desarrollado culturalmente poco a poco.

-¿Le queda mucho a esta ciudad para desarrollarse en ese ámbito?

-No tiene salidas para los jóvenes y eso es preocupante. En Miranda hay muchas iniciativas culturales, pero no se las da la importancia que merecen.

-¿Echa en falta algún lugar donde actuar en Miranda?

-El Aula de Caja de Burgos reúne muy buenas condiciones y es lo mejor que tenemos en la ciudad, pero creo que todos los mirandeses pedimos a gritos que se restaure el Apolo antes de que sólo sea una leyenda para los jóvenes.

-¿Qué supondría su rehabilitación?

-Creo que significaría un impulso muy importante para toda la ciudad. Daría más seriedad a las actuaciones de toda la gente que nos dedicamos al mundo de las artes escénicas. Además, no me cabe duda de que sería un importante atractivo cultural que vender fuera.

-¿Cuándo será posible ver a Sergio actuando en Miranda?

-De momento, tengo pensado acabar mis estudios y colaborar con el Conservatorio de Vitoria cuando me llamen, como hasta ahora. Y, si en Miranda me reclaman, intentaré estar aquí.

Giras y aprendizaje

-No sería una novedad para usted hacer alguna gira...

-¿Está Valladolid demasiado lejos?

-Ésa es la sensación que da, es como si no se movieran. Castilla y León tira para Burgos y las capitales, no para Miranda. En cambio, nuestros vecinos fomentan el desarrollo de la cultura en pueblos que son la cuarta parte de nuestra ciudad.

-¿Qué es lo mejor de hacer giras?

-La dinámica de grupo que se crea. Vives la vida de un bailarín mientras estás estudiando. Son experiencias que no se olvidan, como el estrés de ir de aquí para allá, que un día sale bien y otro fatal... Es una forma de aprender que me encanta.

-¿Qué anécdotas se le han quedado grabadas?

-Lo típico. Que se te olvida un traje o que alguien se ha perdido por la carretera y no llega. Son cosas que no pasan en una gran compañía pero que te sirven para madurar.

-¿Hará alguna función en Mónaco?

-Bailaré en la Ópera de Montecarlo al finalizar el curso y vendrán antiguos alumnos de la academia que se han hecho famosos.

-Hay muchas nacionalidades en la academia.

-La verdad es que sí. Italianos y franceses son los alumnos más numerosos, seguidos de japoneses, americanos o ingleses. Españoles sólo somos dos.

-¿Y qué les dice sobre Miranda?

-Yo siempre digo que tenemos una buena banda de música, una gran tradición de masas corales y excelentes grupos de teatro. Al final, tiendo a poner las cosas mucho más bonitas de lo que en realidad son.

-¿Cuáles con los contrastes más acusados entre esta ciudad y Mónaco?

-Me da pena ver esta ciudad tan sucia y descuidada. Aunque no se puede comparar con Mónaco, creo que se pueden hacer muchas cosas por mejorarla
«Mónaco ha supuesto un cambio de costumbres radical en mi vida»
Recuerda que hay mucha competencia en el mundo del ballet y que no se puede dejar pasar ninguna oportunidad
Acostumbrarse a horarios europeos, estudiar hasta tarde y sin profesores, sacrificarse por lo que quiere, o estar lejos de su familia. Éstas son algunas de los aspectos que han cambiado en la vida del Sergio Castro desde que decidió marchar a Mónaco a probar fortuna. Eso sí, asegura que todo el sacrificio le está siendo recompensado.

-De su estancia en Mónaco, ¿qué destacaría?

-Todo. Pienso que ahora podría estar en cualquier otro lugar del mundo para bailar, algo que ni me lo planteaba cuando estaba en Miranda. Se me ha abierto Europa y Mónaco ha supuesto un cambio radical en mi vida.

-¿Hasta qué punto?

-Ahora mi prioridad es el ballet. Vivo y trabajo para bailar.

-¿Es muy sacrificado?

-¿Ha pensado en dejarlo?

-Sólo estando en Miranda. Hice una actuación que no me salió bien y lo pasé mal. En Mónaco si lo paso mal lloro, me desahogo y continúo . Tienes que ser fuerte porque no enseñan a débiles.

-¿Vale cualquiera para bailar?

-Físicamente no. Te puede gustar mucho y esforzarte a diario, pero si el físico no te da no tienes nada que hacer.

-¿Qué les ha sorprendido más a sus profesores de usted?

-Mi cuerpo. La forma de interpretar, que soy alto, hiperextenso de articulaciones y que tengo mucha flexibilidad.

-¿Cómo aprovecha su estancia en Mónaco?

-No descanso ni los domingos. No puedes dejar escapar nada porque hay muchos bailarines en el extranjero. Cualquier cosa a la que te puedas agarrar, cualquier curso, cualquier pregunta que puedas hacer, un comentario que puedas sacar a un profesor vale mucho.

-¿Se puede ser amigo de un bailarín o todos son rivales?

-En España me he encontrado con academias con mucha competitividad, mientras que en Mónaco no lo percibes porque sólo somos 60 alumnos. Otras, sin embargo, que tienen más de 500 matriculados, resultan horribles y no se puede ni convivir.

-¿Es tan duro este mundillo como parece desde fuera?

-Lo es porque cuando estudias puede ser que una semana no cojas un libro porque no te encuentres bien y recuperar el fin de semana. En ballet si estás cuatro días sin hacer nada te destrozas y has perdido una semana.

-¿Qué le duele más?

-Cuando estás una semana trabajando duro y consigues que te salgan las cosas. Pero un día, de repente, ves que tu cuerpo no lo ha asimilado y tienes que volver a empezar.

-Ha obtenido muy buenas calificaciones.

-Y en sólo medio año. Eso me ha confirmado que estoy por el buen camino y que puedo conseguirlo, pero estas calificaciones ayudan mucho más a mis padres que a mí porque significa que los sacrificios que están haciendo merecen la pena.