Yo creo que esto está cambiando, quizás porque tanto si nos oponemos a su independencia como si les expulsamos, les jodemos igualmente.

Yo lo que veo inadmisible de todo este asunto es que ponen al país entero contra las cuerdas, y eso, más en un momento como este, es como echar una cerilla en la gasolina. Ahora resulta que quien cumple con las leyes, con la constitución, no es demócrata... si esto no es cinismo.

En lo que estaremos todos de acuerdo, es que este tema cansa, es agotador y es hora de pensar si no vale la pena en soltar lastre, en soltar la cuerda desde el otro extremo... eso sí, de golpe. 

Aunque si se abre la vía del derecho a decidirlo todo, bien podríamos decidir si por ejemplo creamos dos Restospañas, una para los rojos y otra para los azules y acabamos con otro problema. Viviríamos juntos pero con pasaporte distinto e impuestos distintos, unos trabajarían felices para el Estado y los otros igualmente felices para sí mismos.