UN CAFÉ SIN HUMOS
Hay tardes que suenan a himno de revolución, hay días que el puño se alza al aire.
Y es el aire revolucionario es el que te llega.
Hay tardes que suenan a música melancólica, hay tardes de sueños imposibles.
Hay días con sus tardes para no creo en nada.
Te dije:
Todo designio se cumple, nada llega con el azar.
Soy como el pájaro rojo que vuela hacia la libertad.
Tengo esta tarde noche las manos teñida de rojo de mi última obra pintada solo en rojo metalizado.
Tengo la coraza de mi corazón, que esta sudado como cuando luchaba con los ciento un pie del humo.
Y hoy me tomo el café sin humo por doquier.
Lucha ganada ¿puede ser que hayan oído las voces?
En los hostales menos enfermos.
En la barra del bar un árbol crece feliz.
Afuera parece como si multitudes de caballos se acercaran
a la ventana del bar, para rociar la calle de malos humos.
Mañana por la tarde más de lo mismo.
En la puerta de los hospitales, hoy no avía batas blancas humeantes.
arte-william 2011-01-03
··· 
