Coincido plenamente con el que debe ser el mensaje eje de la campaña electoral del Partido Castellano, pues los grandes partidos, y también UPyD e Izquierda Unida, no quieren cambiar nada del actual mapa autonómico, cuya aberración mayor se cometió y se comete sobre el territorio de Castilla, partida en cinco comunidades autónomas. En el diario “EL MUNDO CANTABRIA” se publicó esta carta al director, que va en el mismo sentido:
De excelente se puede calificar el artículo “Bombas fétidas regionalistas” de Jesús Laínz. Y también de gran claridad, dado que, por medio de un lenguaje sencillo y expresivo, trata de dar a conocer uno de los episodios ignorados que contribuyeron a la creación de la actual autonomía uniprovincial, el del sabotaje en 1981 a la conferencia de Claudio Sánchez Albornoz en Santander.
Quisiera comentar que no juzgo que el autor lance una crítica a la España autonómica, sino más bien a las manipulaciones e intereses que maquinaron los políticos de aquella época para multiplicar el número de cargos institucionales por la vía de la configuración de un mapa autonómico desorbitado, que hoy en día muchos ciudadanos consideran insostenible. Es en la ancha Castilla, precisamente, donde se inventaron tal número de comunidades autónomas y con tales denominaciones que la han dejado desfigurada: de Castilla la Vieja y León, se desgajaron Cantabria ( o La Montaña) y La Rioja ( que también abarca Cameros); y la antes singular y con el precioso nombre de Castilla la Nueva, quedó fragmentada en Madrid y la inventada “Castilla-La Mancha”, cuando la comarca de La Mancha es una más de las de Castilla.
La necesaria reforma del Estado autonómico, que no ha de servir para dar acomodo a la clase política, sino para aumentar el bienestar de los ciudadanos, ha de comenzar en Castilla y, en concreto, en Cantabria. Es lo que sosteníamos hace años los ciudadanos que impulsamos la ahora dormida Asociación para la Integración de Cantabria en Castilla.

