Galicia:El PP obtiene su tercera mayoría absoluta consecutiva ocultando sus siglas y personalizando la campaña en Núñez Feijóo. El nacionalismo moderado de Compromiso por Galicia no llega al 1% de votos, confirmando la imposibilidad de rascar votos entre el electorado galeguista del PP. Del mismo modo, Ciudadanos no ha conseguido representación porque el españolismo cerril no da para más en Galicia o porque buena parte de este sector se siente más cómodo en el PP.
En Marea saca un buen resultado. Segunda fuerza en número de votos, pero empatada en escaños con el PSOE y sin llegar a los 16-18 escaños que le pronosticaban algunas encuestas. La incógnita es cuántos de esos votos pertenecen a Podemos, cuántos a Anova (el partido de Beiras) y cuánta gente vota a la marca.
El PSOE obtiene el peor resultado de su historia en unas elecciones autonómicas gallegas. La debacle no es total porque al menos En Marea no le supera en escaños.
El BNG demuestra su solidez en las autonómicas. La solidez de una marca de ya 35 años y su gran implantación municipal le han ayudado a conservar un suelo superior a los 100.000 votos, sacando representación en todas las provincias, en contra de lo que decían muchas encuestas. También demuestra tener recambio generacional con su joven candidata.
País Vasco:El PNV se ha presentado como partido de gestión. En este momento le interesa más estrechar lazos entre la CAV y Navarra (ahora que gobierna allí a través de Geroa Bai) que emprender un camino incierto como el de Cataluña. Tiene una situación comodísima, pudiendo pactar con cualquiera de las otras fuerzas representadas en el Parlamento, que además son tan distintas entre sí que jamás se pondrán de acuerdo para tumbar al PNV.
EH Bildu ha demostrado que tiene un electorado fiel en las instituciones más cercanas al ciudadano, consiguiendo dar la vuelta a los resultados de junio y superando por mucho a Podemos. Curioso papel el de Miren Larrión, que a pesar de ser de Sortu (la antigua Batasuna) vende una imagen y una estética de moderación, jugando el papel de candidata oficiosa a Lehendakari a causa de la inhabilitación de Otegi.
Elkarrekin Podemos supera al PSOE, pero queda lejísimos de ser primera fuerza como en junio, a pesar de acoger en su seno a IU y Equo. La candidatura mediática de Pili Zabala apenas ha conseguido atraer votos de provenientes EH Bildu y al PNV ni le roza. Podemos pierde todo el voto útil de la gente que votó Unidos Podemos para garantizar un gobierno que reconociese la plurinacionalidad del Estado en Madrid.
El PSOE sólo consigue ser fuerza más votada en Lasarte. Pierde la primacía en Irún, Zumárraga, Éibar y Margen izquierda. Allí se le puede aplicar la máxima de "cada esquela, un voto menos". No conecta con la gente joven y obtiene los peores resultados de su historia, como en Galicia.
El PP obtiene 5 de sus 9 escaños en Álava. Ni siquiera en ese territorio consigue superar a EH Bildu en escaños, no digamos ya al PNV. Tras el fin de ETA, cada vez menos gente compra su discurso en la CAV.
C's va camino de convertirse en 0's. Los 700 votos de Vox le hubieran podido permitir luchar por un escaño en Álava, el que sacó UPyD por los pelos en 2012, pero esta vez no ha habido suerte y el antieuskaldunismo representado por Unidad Alavesa y el antiforalismo de UPyD-C's se queda sin representación y tendrá que conformarse con volver a votar al PPSOE.
Rajoy se las promete muy felices porque ve cercana la fagocitación de Ciudadanos si fuerza las terceras elecciones. Lo que no está tan claro es que esa fagocitación le sirva para conseguir la mayoría absoluta, porque puede que otros partidos se lleven los restos de los escaños que pierda Rivera.