El pedagogo y teórico anarquista
Francisco Ferrer y Guardia ha sido sin duda alguna una de las figuras de la historia contemporánea española que ha dado lugar a opiniones más encontradas, incluso en nuestros días. Si para algunos es un apóstol de la pedagogía moderna y el mártir de la libertad, para otros sería más acertada la opinión del escritor Jesús Pabón:
"Medio Landrú, a medias, inteligente e ilustrado; educador a medias y a medias hombre de acción; a medias trabajador material, maestro sin título y burgués adinerado. Sólo poseía por entero el fanatismo y la astucia". Francisco Ferrer nació en 1859 en la localidad barcelonesa de Alella, hijo de pequeños propietarios campesinos. A los 14 años se traslada a Barcelona. Trabajará como revisor de billetes en el tren que cubre el trayecto Barcelona-Cérbere,y es un enlace del conspirador republicano Manuel Ruiz Zorrilla, del que se hace amigo.
En 1886 Ferrer participa en la intentona republicana del general Villacampa, y se escapa a Francia, donde ingresa en el Gran Oriente Francés, rama de la masonería. Es en este país donde entrará en contacto con el anarquismo.
En 1893 se separa de su mujer Teresa Sanmartí, que intentará asesinarle en junio del año siguiente. Ferrer traba amistad con una tal Ernestine Meunier, rica heredera a la que daba clases de lengua española; y la que expone sus deseos de fundar un nuevo tipo de escuela primaria,independiente de la Iglesia y del Estado. Meunier fallecerá, dejando en herencia a Ferrer un millón de francos, dinero que éste va a usar para su proyecto educativo.
Así, vuelve a España y funda en Barcelona un nuevo tipo de escuela, que iba a crear verdadera polémica: la
Escuela Moderna.
Creada en agosto de 1901, la Escuela Moderna de Ferrer tenía como objetivo educar a la infancia en un sentido racionalista y anarquizante. Pronto contó con sucursales en varias poblaciones catalanas e inspiró instituciones similares en toda España y Latinoamérica,continuando la tradición de las escuelas laicas que promovieron los republicanos librepensadores y las sociedades obreras. La Escuela Moderna practicaba la coeducación y rechazaba los exámenes (orales o escritos). A ella asitían niños de clase media, pero no de clase obrera. Estaba situada en el nº 65 de la calle Bailén.
Ferrer fundó además una editorial de libros paralela a su Escuela, que publicaba diversos libros de texto (Odón de Buen, Clemencia Jacquinet, E. Lluria), obras de divulgación científica (como
El hombre y la tierra de Eliseé Reclús) y propaganda anarquista y sindicalista (Grave, Charles Malato, Yvelot, Farga i Pellicer, Anselmo Lorenzo, Errico Malatesta, Federico Urales y Piotr Kropotkin entre otros). Ideológicamente, Ferrer era una mezcla de anarquista, librepensador y republicano. Sus ideas estaban impregnadas del más puro utopismo libertario:
"En la sociedad anarquista los ricos serán más felices que hoy, porque continuarán gozando sin ver sufrir a los demás". Entre el personal de la Escuela Moderna estaba un tal Mateo Morral Roca; hijo de un empresario de Sabadell; que ejercía como traductor y encargado de la biblioteca. Morral era un anarquista de acción, partidario del uso de la violencia terrorista para extender las ideas libertarias y destrozar el sistema capitalista. Estaba enamorado de la novia de Ferrer (Soledad Villafranca) y era gran amigo de éste.
Ferrer y Guardia junto a Soledad Villafranca en Madrid En mayo de 1906, el rey Alfonso XIII contraía matrimonio en la madrileña iglesia de San Jerónimo el Real con Victoria Eugenia de Battenberg. Desde un balcón de la pensión
Iberia, Mateo Morral tiró un artefacto explosivo en un ramo de flores sobre la comitiva real. Alfonso XIII y su mujer resultaron ilesos pero el bombazo causó 29 victimas mortales. Morral se escondió en la sede del diario
El Motín, donde fue auxiliado por su director, José Nakens. Se suicidará en Torrejón de Ardoz tras ser detenido. Se implicó a Ferrer en este atentado y la Escuela Moderna fue clausurada. Culpable o no, queda libre de cargos y en libertad a mediados de 1907.
En el verano de 1909, en los primeros días de junio se produjeron graves incidentes en las cercanías de Melilla (por aquel entonces parte del Marruecos español), pues los indígenas se oponían violentamente a la construcción de un ferrocarril minero que entendían como un ataque a su soberanía. Un contraataque militar se saldó con fuertes pérdidas para las tropas españolas; y el Gobierno (presidido por el conservador Maura) tuvo la desafortunada idea de movilizar a los reservistas, que, ya licenciados del ejército habían formado un hogar.
En Cataluña, donde las campañas de Marruecos habían sido profundamente impopulares, se produjeron manifestaciones espontáneas frente al puerto, donde se estaba embarcando ya a los reservistas. La organización Solidaridad Obrera convocó una huelga general y el pueblo se amotinó...Comenzaba así la llamada
Semana Trágica de Barcelona, sangrienta revuelta popular que se saldó con más de un centenar de muertos y elincendio o destrozo de iglesias, seminarios y conventos.
El Gobierno de Maura proclamó la ley marcial y Cataluña fue incomunicada por las tropas militares del resto de España. Una fuerte represión cayó sobre los amotinados.
Pues bien, Francisco Ferrer (que se encontraba en su pueblo por aquellos días) fue señalado como cabecilla de la revuelta popular, y se sacaron a la luz sus actividades revolucionarias en España y Francia, fue definido como anarquista de acción y enemigo de la patria, la Iglesia y el ejército; siendo especialmente atacado por diferentes periódicos católicos y carlistas. No faltaron falsos testigos que decían haber visto a Ferrer presente en las barricadas, dirigiendo la sublevación.
El 31 de agosto Ferrer fue detenido y procesado como instigador de la revolución. Se abrió una información pública entre quienes quisieran acusarle y se apresuraron a ser testigos de cargo en el sumario policías, aristócratas y carlistas; al mismo tiempo que se trataban de eliminar todas las pruebas y testimonios a favor del acusado. Hoy está claro que no se tenían indicios sobre la culpabilidad de Ferrer.
El Gobierno se ocupó de confinar a cuantos habían tenido íntima relación con el preso. Anselmo Lorenzo y Cristóbal Litrán,viejos colaboradores de Ferrer; así como su novia Soledad Villafranca ( todos ellos desterrados en Teruel) pidieron ser atendidos por el juez y nunca fueron recibidos. Las cartas enviadas al juez, en las que solicitaban declarar en el juicio; se "perdían" o "retrasaban" misteriosamente.
Como no podía ser de otra manera,a Ferrer se le condenó a muerte, y fue fusilado en el foso de Santa Amalia del castillo de Montjuich el 13 de octubre de 1909. Se negó a ponerse de rodillas frente al pelotón de fusilamiento, y gritó
"Soy inocente ¡Viva la Escuela Moderna!". Para suavizar un poco el mal efecto de esta ejecución, también se había fusilado a algunos oscuros ciudadanos: José Miguel Baró, Antonio Malets, Ramón Clemente y el guardia de seguridad Eugenio del Hoyo.
En una finca propiedad de Ferrer, llamada
Mas Germinal, se encontraron dos panfletos en los que él mismo defendía el derribo de templos religiosos, la confiscación de bienes ecleciales y la expulsión o exterminio de todas las órdenes religiosas, entre otros medios.
El fusilamiento del fundador de la Escuela Moderna, crimen de Estado terrible, provocó la caída del presidente del Gobierno Antonio Maura, ante la indiganción que se manifestó en toda España y en el extranjero (existe en Bruselas un monumento a Ferrer).
A principios de 1911 se produjo una vasta campaña por la revisión del caso Ferrer, que tuvo resonancia en el Parlamento, aunque esta revisión jamás llegó a efectuarse.
El día 9 de septiembre de 1931, ya en la II República, el ayuntamiento barcelonés acordó la construcción de un monumento a Ferrer en la montaña de Montjuich. La proposición fue aprobada por 26 contra 8 votos. Se pronunciaron a favor ERC y el Partido Radical de Alejandro Lerroux, en contra votó la derechista Lliga Regionalista. No se hicieron esperar las reacciones de los sectores conservadores, en especial de la Iglesia Católica y del ejército: el periódico castrense
La Correspondencia Militar calificó de vergonzoso el acuerdo municipal sobre el monumeto, y la Junta Diocesana de Acción Católica elevó al alcalde Jaume Aguadé una decidida protesta.
Con todo, no tenemos noticias de que el acuerdo se llevara a efecto.
En octubre de 1932 del líder del BOC (Bloc Obrer i Camperol) y posterior fundador del POUM Joaquín Maurín, saludaba "
el aniversario del asesinato en los fosos de Montjuich del que fue gran anarquista y revolucionario, Francisco Ferrer". Para Maurín el asesinato de éste
" fue, naturalmente, la obra de toda la burguesía española". 
Durante la Guerra Civil, los anarcosindicalistas basarán sus proyectos educativos en la Escuela Moderna de Ferrer, pues ven en él a un inspirador de la pedagogía racionalista y emancipadora. Desde la perspectiva anarquista, la educacuión debe ser la célula de la revolución. En su congreso de Zaragoza ( mayo de 1936) la CNT aborda el problema de la educación en consonancia con su ideario.
A principios de noviembre de 1936, el periódico
Treball, órgano de expresión del PSUC ( sección catalana del PCE) informa de la detención (por agentes de la brigada antifascistas) del hombre que había delatado a Ferrer. Se trataba de un tal Salvador Millet Roca, de 66 años, procurador de los Tribunales ya jubilado. Pues bien, a la mañana siguiente ( y desde el mismo periódico) se desmiente que "el miserable" delator de Ferrer fuera el señor Millet Roca, al tiempo que se lanza una advertencia contra las delaciones incontroladas.
En lo que a intelectuales de prestigio se refiere, hubo opiniones encontradas en torno a Ferrer. Pío Baroja y Unamuno adoptaron una postura visceralmente en contra, el primero decía de Ferrer lo siguiente :
"Como era rico, el buen señor se daba el gustazo de publicar una pequeña biblioteca, escogiendo, con un criterio de galápago, lo más ramplón y chirle de cuanto se ha escrito contra la sociedad". Otros escritores como Max Aub o Fernández de la Reguera, han tratado más favorablemente la figura de Ferrer.
Y bien, esta ha sido una biografía (creo que bastante imparcial) sobre este polémico personaje. Educador discutible, anarquista de pacotilla y demagogo para unos; un mártir de la libertad y el progreso para otros. En cualquier caso, Ferrer y Guardia seguirá dando que hablar.
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