Continúa la polémica entre la cofradía de Grajal de Campos (León) y las carmelitas descalzas del convento de Capuchinas de la ciudad de Toledo. Y es que, a falta de resolución judicial al conflicto, los miembros de la cofradía están barajando la posibilidad de volver a manifestarse en Toledo a modo de protesta con la finalidad de conseguir «lo que es nuestro», y así se lo planteaba a La Tribuna, el secretario de este gremio castellanoleonés, Julián Rodríguez, tal como hicieran allá por el mes de marzo de 2007.
Es necesario recordar que una de las últimas informaciones que se tuvieron sobre este caso es que el Juzgado de Instrucción número uno de Sahugán (León) archivó en 2008 la denuncia por apropiación indebida presentada contra la comunidad de Carmelitas de la localidad de Grajal de Campos por haberse llevado consigo, a su nueva residencia toledana, varias tallasreligiosas que las monjas custodiaban en el interior de su convento, concretamente un Cristo yacente del siglo XIV, una Inmaculada y un San José del siglo XVII. Y es que, la titular del juzgado leonés Rosa María Serreta, alegó que los hechos denunciados no eran constitutivos de infracción penal.
Desde entonces, la cofradía no ha recibido nuevas informaciones, y decidió iniciar la lucha por vía civil, aunque se volvió a encontrar «noticias que no esperaba».
No en vano, consideran que la única forma que tienen de poder conseguir «algo» es a través de las movilizaciones y de la repercusión mediática y social que puedan tener. Por este motivo, se plantean volver a Toledo de forma simbólica «unas cuantas personas del municipio» y acampar una semana o diez días frente al convento.
Para ello ya están preparando las solicitudes pertinentes y esperan tener fecha próximamente, en prinicipio en el mes de agosto. En cualquier caso, no pretenden repetir la experiencia de hace dos años, cuando prácticamente todo el pueblo se desplazó hasta Toledo, sino que barajan la opción de organizar algo «mucho más simbólico».
«Lo que queremos que la gente vea es que no nos hemos olvidado y no nos olvidaremos de la canallada que han hecho al pueblo de Grajal y también queremos que esto se termine de una vez».
Han escrito dos cartas al Vaticano informándoles de la situación y únicamente han obtenido la respuesta a una carta con una contestación «vacía», en la que no se concreta «nada».
Desde Grajal están dispuestos a aceptar una cesión, incluso asegurar que el patrimonio era de las carmelitas, y que así «ellas queden como buenas», pero «siempre y cuando nos devuelvan nuestro patrimonio».
De esta forma, aseguran que tras archivar la denuncia por lo penal, lo único que les quedaba era la vía civil, un método al que no se pueden acoger ya que la cofradía está ilegalizada desde los años 60.
Explican que ya en abril de 2008 intentaron volver a legalizarla para poder actuar con normalidad en este y otros asuntos, pero aún no han conseguido la calificación por parte del Arzobispado, «y es que es evidente que a ellos no les interesa que estemos legalizados», concluye Julián Rodríguez.
http://www.latribunadetoledo.es/noticia.cfm/Vivir/20090721/meditan/acampar/frente/convento/capuchinas/9915A554-1A64-968D-59306F4E1DAABF69
