Hungría no será libre, sino todo lo contrario, y que nadie se equivoque.
En un Estado libre y democrático, todos sus ciudadanos son libres e iguales, no importa el credo de cada uno, y nadie impone su moral particular a nadie. Las leyes nacen del sentido común y acordes con los derechos humanos.
En un Estado religioso, los ciudadanos no son ni libres ni iguales. No son libres porque estarán sujetos a una determinada moral concreta, basada no en algo racional sino en algo tan empírico y poco científico y objetivo como es la religión. Los ciudadanos tampoco serán iguales. En Hungría, la masa mayoritaria es cristiana, pero ¿que hay de los otros ciudadanos húngaros que no lo son? Pues que serían relegados a ciudadanos de segunda, quizá no formalmente, pero si materialmente como ocurre en Egipto con los Cristianos Coptos. Un Estado, deber garantizar a todos y cada uno de sus ciudadanos la igualdad y libertad, porque es húngaro tanto el ciudadano que es Cristiano, como el que no lo es.
Lo que realmente me asombra en estos asuntos es la doble vara de medir. Aquí se da cera a los Estados como Arabia y Marruecos por la oficialización del Islam y denunciamos que los ciudadanos de otras confesiones están relegados a terceros planos. Criticamos la Saharía, que es la plasmación legal de los valores que propugna el Corán...
.... Y mientras, algunos proponen convertir Europa en algo parecido, pero cambiando Islam por Cristianismo y Ley Coránica por mandamientos de la Santa Madre Iglesia.
Lo siento pero no lo veo de recibo: si los estados religiosos son concebidos como un atraso, pues lo serán con todas sus consecuencias y válido para todas las situaciones y Estados.
La propuesta sobre la Europa Cristiana, me parece claramente discriminatoria para aquellos europeos que no lo sean. Y ya no hablo de musulmanes, judíos... sino personas ateas que a día de hoy no están dispuestas a comulgar con ruedas de molino.