... la luz, la luz, la luz,
sus ondas y partículas, su ego o ser, su voz y su consciencia;
... y uno va y viene, se detiene y piensa, baja la cabeza y se toca el corazón;
es cuando arrecia la mente en su oleaje, cuando graznan y graznan los cuervos íntimos
y los coches cruzan dejando esa impresión mortal con que inunda el irse y estremece el olvido;
... al otro lado de la tierra - en Nepal, en Japón o en Chile - quiebra la anatomía del mundo
y las piedras se parten, se desmigajan, y los hombres-dioses gimen, imploran y sufren;
rápido, rápido, pongamos en hora los relojes, que el dolor ni el sufrimiento esperan ni las horas existen;
... y, sin embargo, habrá de ser al observar y fijar la atención sobre una onda luminosa,
cuando surja y sorprenda en vuelo esa noción o flash de incertidumbre cósmica
y los obreros del fuego se transformen y oculten al iris de sílice y estaño,
cuando inquiete y fulja la verdad, cuando a un tiempo seduzca y llame, queme y serpentee,
y cuando fe y razón se unan, se incendien y crepiten inusitadamente bajo la piel mortal del universo;
... si a través de un quantum de energía, es capaz de bullir y expresarse ingente la belleza,
- ah, díganme, respóndanme -
por qué, por qué reconocemos que es la armonía la que en ese instante en ella canta,
y por qué, por qué los cálculos, entonces, comienzan a esplender y a florecer, por qué, por qué.
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