... de tu cuerpo a mi cuerpo, Fenicia, relámpagos;
de mi cuerpo al tuyo un río, un beso en vendaval, una marea;
¡ …ay, cómo te he amado, y cuánto !
¿ recuerdas aquel temblor de rosas abiertas,
y qué ambrosía detectaba en tus pechos la furia de mi aliento ?
... sí, es difícil recordarte y no obtener un instante hermoso
de luz por la memoria;
… éramos un hombre y una mujer, un hálito, un rumor, un cántico,
un eco solo y purísimo ¿ te acuerdas ?
fuimos una vez;
… hasta el alba de un día cualquiera en que ladraron los perros,
y, sin cansarse, toda la noche estuvieron ladrando, ladrando y ladrando;
aún brillaba la luna cuando, cerca de la madrugada,
se alejó la jauría con la muerte.
***
Antonio Justel Rodriguez
https://www.oriondepanthoseas.com