Penosa acción de quien dice representar al nacionalimo catalán, que contribuye poco al entendimiento entre dos pueblos, castellano y catalán, que sufren -de maneras diferentes, pero igualmente dolorosas- la acción del españolismo.
El argumento de que "ningún catalán puede respaldar nada que se organice desde uno de los Estados que le oprime desde hace siglos” es una falacia absolutamente infantil, y trataré de dar algunas razones obvias:
- Cada vez que el Estado Español, organiza "algo" en Cataluña (una autovía, una inversión, un AVE, un traslado de la sede nacional de telecomunicaciones, un ampliación del aeropuerto del Prat,...). ¿lo rechaza algún catalán aunque lo organice el estado opresor?. Obviamente no, yo tampoco lo haría, luego el argumento es falaz.
- ¿Organiza el "estado opresor" las olimpiadas de 2016?: NO. Las solicita un Ayuntamiento, el de Madrid. Confundir interesadamente lo que realiza Madrid (ciudad castellana), con lo que organiza el Estado Español (desde Madrid, donde tiene instalada su capital), es algo tremendamene burdo.
- ¿Qué catalanes se opusieron a la celebración de las olimpiadas de 1992 en Barcelona?; sospecho que ninguno. ¿No las organizaba el mismo Estado Español opresor que pretende realizar en Madrid las olimpiadas de 2016?.
- El nacionalismo catalán sabe, al igual que el resto de los nacionalismos periféricos, que el Estado Español no es lo mismo que Castilla, pero a veces no puede evitar coquetear con el relato "Castilla conquista y oprime a Cataluña y al País Vasco", un relato que nos evoca las colonizaciones europeas (de los ricos) en el tercer mundo (a los pobres) y que nos generan sentimientos de simpatía por los movimientos de liberación descolonizadores (con que estos nacionalistas periféricos intentan mimetizarse). Con este discurso hacen un daño terrible e injusto a Castilla, pero como el castellanismo es irrelevante políticamente, no parece que nadie llorará a estas nuevas víctimas colaterales. ¿alguien ha olvidado a Puigcercós cuando afirmó que si votara en Cuenca votaría a IU?; es decir a un partido español, no a un partido castellanista (y había dos que se presentaban). Seguro que en el País Vasco o en Galicia no votaba a IU; seguro que en Cataluña tampoco.
- Cansa tener que repetir que tanto Castilla como Cataluña son víctimas del españolismo; cansa tener que decir que Castilla no oprime a Cataluña, cansa tener que recordar que el empobrecimiento económico de Castilla ha tenido como beneficiario directo a amplios territorios de la periferia española ¡es tan obvio que sobran argumentos!. Es cierto que el españolismo tiene mucha fuerza en Castilla, pero no todos los castellanos son españolistas, y conviene recordar que el actual modelo de Estado sería inviable sin una presencia más que significativa del españolismo político, social, cultural y económico en Cataluña y el País Vasco (por no hablar de Galicia, Canarias, Andalucía, etc...).
- Afirmar que en rechazar las Olimpiadas 2016 para Madrid solo hay "referencias al estado español, a Madrid como sede y capital del estado español, en absoluto se hace ni una sóla referencia a Castilla ni a Madrid como ciudad castellana ni se habla de los castellanos", me parece miope: atacar a Madrid es atacar a Castilla. Ningún castellanista atacaría a Barcelona como ciudad, porque allí las instituciones catalanas concervan en un museo más de 600 obras de arte castellanas obtenidas irregularmente. Ningún castellanista atacaría a Bilbao como ciudad, porque allí haya 50 terroristas que esten planeando matar, secestrar o poner bombas.
- Otra argumentación alude a que "muchos madrileños estarán de acuerdo con el manifiesto,... un montón de inconvenientes para los ciudadanos de la capital". Sinceramente creo que muy pocos, aún así, lo coherente para ellos sería estar en contra de los Juegos Olímpicos tal y como acualmente se desarrollan, ¿o es que en Madrid son un problema y en Chicago son una bendición, como dicen este sector de nacionalistas catalanes?.
Los Juegos Olímpicos en Madrid en 2016, son, ami juicio, una tremenda oportunidad de desarrollo económico, social, deportivo y turístico para Madrid (que es lo mismo que decir para Castilla), y un escaparate mundial inigualable. Lástima que más capitales castellanas no se hayan sumado a ser subsedes, porque podrían beneficiarse de estas sinergias. E incluso una pequeña oportunidad para que el castellanismo intente abrir una pequeña ventanita, para hacerse ver, si somos inteligentes.
Acabo como empecé. Construir otro modelo de España, que reconoza los pueblos que la componen, exige reconocer a Castilla como uno más, no como el coco opresor con el que asustar a los niños de teta. Desgraciadamente algunos sectores del nacionalismo periférico (afortunadamente no todos) ven más rentable electoral y socialmente identificar a Castilla con España. Campañas como ésta contra Madrid2016 lo demuestran.