La Junta lleva a Valladolid fondos antiguos de la Biblioteca de Burgos
Denuncia de TC. El traslado de 13.000 volúmenes se ha conocido por la denuncia de Tierra Comunera, que reclama su inmediato regreso
B.D/BURGOS
Desde hace algo más de dos semanas cualquier ciudadano burgalés que quiera consultar el fondo bibliográfico histórico de la Biblioteca Pública de Burgos tendrá que irse hasta Valladolid. Allí, y más concretamente en la Biblioteca de Castilla y León, se hallan desde primeros de diciembre algo más de 13.000 volúmenes de los siglos XVI, XVII y XVIII que conformaban el fondo antiguo de la Casa de Cultura de San Juan. Junto a estas obras han salido de la ciudad más de 200 manuscritos e incunables, entre los que se incluyen piezas tan significativas como la biblia de Gutenberg, de 1454 y primer libro impreso del mundo; la biblia románica del siglo XII, o el fondo bibliográfico de la familia Lara.
La noticia de ese traslado se ha conocido gracias a la denuncia realizada por el partido Tierra Comunera, cuyos dirigentes han reclamado el inmediato regreso de estos volúmenes a Burgos y han mostrado su oposición a un hecho que califican como «expolio del patrimonio histórico bibliográfico» de la ciudad.
La decisión fue tomada por la Junta, con la autorización del Ministerio de Cultura como propietario de los fondos, y se debió -según la directora de la Biblioteca, Carmen Monje-, a las obras de remodelación del edificio que ocupaban en la Plaza de San Juan. Monje asegura que el traslado es «temporal» y niega que se haya hecho de forma «clandestina».
Sin embargo, el pasado 7 de diciembre, cuando Diario de Burgos se puso en contacto con el delegado territorial de la Junta, Jaime Mateu, y con la directora de la Biblioteca Pública, Carmen Monje, para confirmar una noticia llegada ese día a este medio sobre el traslado de fondos documentales a Valladolid ambos responsables negaron tajantemente ese hecho. Ahora, tras la denuncia de TC, han admitido la salida de este material, traslado que había sido autorizado por Cultura el 30 de noviembre.
En una nota de prensa, la Junta reitera que la salida es temporal y que los libros retornarán a Burgos cuando se disponga de un lugar donde guardar estos fondos. Según Monje, al tomar la decisión ha prevalecido garantizar la conservación de los mismos durante las obras de reforma de la Biblioteca, facilitar la consulta a los ciudadanos (residan en Burgos o no) y posibilitar su catalogación y control.
No lo ve así Tierra Comunera, que cree que este traslado supone privar a la ciudad de uno de sus referentes patrimoniales escritos más importantes. Este impresionante fondo, uno de los mejores y más amplios de España, se formó a lo largo del siglo XIX fruto del depósito de los libros procedentes de las diversas desamortizaciones de las bibliotecas de monasterios y conventos. Los comuneros recuerdan la «desgraciada historia del patrimonio cultural burgalés trasladado temporalmente a otros puntos. Es el caso del Poema del Mío Cid, que se llevó mediante un acta oficial de depósito a la Biblioteca Nacional de Madrid y nunca regresó a Burgos.
Por su parte, la Junta justifica que su decisión «no supone ningún expolio porque este fondo, ante todo, es patrimonio de todos los españoles. Por esta razón -aseguran- quien autoriza la salida temporal, mientras duren las obras de remodelación de la Biblioteca Pública, es el Ministerio de Cultura».
Ante las críticas vertidas por la formación nacionalista, los responsables de la Delegación territorial afirman que no se pretende privar a la ciudad de uno de sus referentes patrimoniales sino «facilitar su conservación, permitir la consulta mediante la reproducción y su vuelta a la sede nueva en la que tiene reservado un espacio bien acondicionado».