Inician una recogida de firmas para solicitar la retirada del templete El nuevo diseño de la plaza Mayor arandina podría sufrir modificaciones si llega a buen puerto la reivindicación de un grupo de vecinos, entre los que se encuentra buena parte de los comerciantes de esta céntrica zona de la capital ribereña, que pide la retirada del templete de este espacio público. Este colectivo ha iniciado una recogida de firmas para pulsar el apoyo con el que contarían entre la población y, además, obtener un respaldo suficiente para que su reivindicación sea escuchada.
La plataforma, presentada bajo el epígrafe
Por una plaza castellana y diáfana, solicita el traslado de este elemento ornamental a otra ubicación por considerar que «ni tiene valor histórico, ni artístico y es un peligro para muchos niños que se suben en él, a pesar de estar cerrado», como explica uno de sus integrantes. «Nosotros no abogamos por destruirlo en ningún caso, simplemente por que se ubique en otra zona, bien podría ser en el parque General Gutiérrez o el parque Virgen de las Viñas u otra ubicación donde pueda quedar bonito», afirma este mismo promotor de la recogida de firmas.
Respaldo social
A la espera de constatar el apoyo real que reciben por parte de la ciudadanía, las primeras impresiones que han extraído en la calle es que son muchas las personas que no le ven sentido a la permanencia del templete en la plaza Mayor. «Según el sentir popular, y lo que hemos podido ir sondeando, sabemos que hay mucha gente que el templete ni le va ni le viene, incluso, gente arandina ‘de pura cepa’ dice que si el templete no sirve para nada, que lo quiten de ahí y lo pongan en otra ubicación», comenta el integrante de este movimiento social.
Entre otros motivos para el traslado, destacan la incomodidad que supone la presencia de esta pieza arquitectónica en un lugar para el disfrute público, impidiendo que se aproveche el espacio total de la plaza, y la escasa presencia histórica que el templete tiene en Aranda. Según los datos históricos, el primer templete fijo que se ubicó en este lugar data de los años 20 del siglo pasado, era más pequeño y se colocó más centrado en la plaza. Posteriormente, se construyó otro más grande, sin cubrir, bajo el que había urinarios públicos para, ya, a principios de la década de los 70, crearse el actual que, en las navidades de 1999, sufrió un incendio que destruyó toda su techumbre. Existe una anécdota arandina que recuerda que, un año que no hubo toros durante las fiestas patronales, los vecinos se enfadaron hasta el punto de tirar el templete al río Duero, siendo entonces una estructura móvil.
Fuente: ArandaDirecto 
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