Hay que partir de la base de que las fronteras no son inmutables, ni lo han sido a lo largo de la historia por mucho que las hayan sustentado imperios o reinos poderosos, ni lo serán por mucho que los estados ejerzan actos de coacción.
También me gustaría introducir una reflexión en el debate.
Las naciones, pueblos, etc. no son inmutables.
Cambian, al igual que Castilla empezó siendo un pequeño Condado para pasar a ser un Reino, una Corona y casi un Imperio.
Desde este punto de vista de que las entidades políticas se transforman, quién nos dice que las entidades con identidad provincial desgajadas de Castilla no han emprendido ya un camino irreversible al igual que Castilla lo emprendió con Fernán González?
Todos estamos de acuerdo en que al final, deberían ser los territorios los que voluntariamente y por referendum deberían decidir qué son y a qué identidad pertenecen.
Yo, tengo claro que León tiene una personalidad diferenciada a la castellana, y lo que es más importante, no tiene conciencia de ser castellana, es más, hay incluso un sentimiento negativo hacia Castilla.
Todo lo que no sea Castilla, es un lastre para la recuperación de la identidad castellana.
S queremos hacer una amalgama de territorios por mucho que se les respete su identidad "algo distinta" a la castellana, siempre pondrán como pega que no se sienten representados.
La Comunidad de Castilla y León no tiene himno oficial porque León se opuso a que el Himno a Castilla de Antonio José se pusiera como himno, incluso aun reformándole para poner la coletilla "y León".
Con una Comunidad castellana, sin lastres leoneses, habría un territorio y un aparato político, con todo lo que de propaganda de trata, en los que Castilla y lo castellano existiría, sin ninguna traba ni pero alguno, y en el que al igual que los vasquistas de Navarra se fijan y desde un punto de vista son "ciudadanos adoptivos de la Comunidad Autónoma del País Vasco", en el plano castellano podría ser lo mismo.
Con León no llegamos a ninguna parte porque es una bola de hierro que nos hace ir más despacio y nos aprisiona, y el llorar la "pérdida de las colonias" o de territorios esenciales (como lo era Kosovo para Serbia) no nos lleva a ninguna parte aun cuanto las consideremos como parte de nuestra patria.
Yo, sin ninguna duda, para mí Castilla es La Vieja y La Nueva.