Capítulo III. Las mentiras sobre las batallas de la ConquistaEl conflicto bélico en inferioridad tecnológica que llevaron a cabo nuestros antepasados puede ser calificado como una guerra de guerrillas. Raras veces se enfrentaron dos ejércitos en campo abierto. Los canarios precoloniales eran plenamente conscientes de que los ataques por sorpresa eran su mejor arma contra las ventajas tecnológicas y las bestias (perros salvajes, caballos...) del enemigo. Por ello tardaron mucho más de un siglo (no menos de uno, como afirman algunos) en reducir militarmente a los imazighen insulares de los bandos anticolonialistas.
1. Marín y Cubas. Mediados del siglo XVII.“A pocos pasos salió una emboscada de guanches, con tanto esfuerzo y ánimo, que no bastó el socorro […] sin que luego no fuesen muertos más de 100 cristianos y muchos heridos; que al huir muy arrebatados a embarcarse, no acertando, quedaban miserablemente muertos”.
Así mismo, vemos como los Acuerdos del Cabildo de Tenerife (por poner el ejemplo) citan la gran cantidad de guerreros guanches que existen en la isla décadas después de haberse dado por finalizada su conquista.
2. Acuerdos del Cabildo. Año 1514.“Estaba informado de que en esta isla hay muchos hombres de pelea guanches [...] que facen daño a los ganados e haciendas de los vecinos, andando como andan de contino en el campo habitando fuera de poblado, lo que está informando que cometen [...] e los alguaciles no los pueden prender...por andar armados de lanza e de las espadas y otras armas”.
Hablamos tanto de Tenerife porque fue la isla en la que hubo mayores y más numerosas batallas, y supuestamente la que mayor población masculina debió perder como consecuencia de ellas.
3. Acuerdos del Cabildo. Año 1513.“[...] Al pago están obligados todos los vecinos por estar como están todos los caminos tapados y las montañas llenas de muchos alzados y ladrones, que si no se remediaba se perdería la isla y todos han acudido con el repartimiento del dinero que les cupo pagar [...]”
Vemos como casi dos décadas después, las isla no sólo se haya poblada en su mayoría de tinerfeños precoloniales, sino que gran cantidad de sus hombres de pelea continuaban haciendo frente al colonialismo. Por si fuera poco, estos nuevos hombres de guerra iban armados a la europea (con espadas y lanzas de metal), lo que les hacía mucho más temibles. ¿Qué debemos pensar acerca del resto de las islas en las que no hubo tan grandes ni numerosas batallas? Pues que al igual que en Tenerife, no hubo genocidio masculino, sino una resistencia organizada en las cumbres y zonas rurales aisladas (la rebelión de Guadarfía en Lanzarote, la de El Cres en El Hierro, la de los gomeros contra Peraza, por citar algunas de tantas).
En conclusión, el tópico extendido de que la población masculina precolonial del archipiélago fue aniquilada por la guerra queda totalmente superado. Más aún si atendemos al siguiente texto.
4. Bethencourt Alfonso. Principios del siglo XX.“Por las consideraciones hechas, las pruebas apuntadas y los individuos que surgen de las páginas anteriores, cabe deducir que Tenerife no fue conquistada por la fuerza de las armas en el sentido de que los españoles dominaron a los indígenas en los campos de batalla; sino que debilitado el país con las guerras entre menceyatos y la guerra social entre nobles y siervos a presencia de las armas españolas, concluyeron por sometérseles aunque negociando un tratado de paz quedando equiparados vencedores y vencidos”.
Como podemos ver, las islas fueron reducidas a base de tratados de paz y de igualdad que jamás fueron respetados por parte de los europeos. Este fenómeno no sólo se dio en Tenerife, sino en todas las islas (Pacto de Calatayud en Gran Canaria, Paz de Los Realejos en Tenerife, etc.)
Aprovechando el culto a la palabra de los canarios precoloniales (documentado en las fuentes escritas) los europeos hicieron del engaño y la traición una estrategia militar para llevar a cabo la conquista de las islas. La mentira les permitió chantajear a muchos nobles imazighen insulares, reunir a cientos de canarios precoloniales en sus buques para venderlos como esclavos, apresar y ejecutar a algunos caudillos alzados para escarmentar a sus seguidores, etc. De todo ello, fueron tardíamente conscientes nuestros antepasados debido a su tradicional hospitalidad y su rechazo cultural a la crueldad. Pero una vez que palparon el engaño y la traición, dejaron atrás la cultura de la amistad para pasar a la cultura de la guerra, la cual, entre los pueblos imazighen en general, ha estado siempre tan arraigada. Pruebas de este cambio de actitud son los siguientes párrafos:
5. Sedeño. Finales del siglo XV.“En el tiempo que sucedían estas cosas entre spañoles i Canarios, no dexaban de hauer casos de contar o ia de mofa i risa u ia de pesar i tristeza. Los Canarios de que no tractaban verdad ni palabra los christianos y que eran falsos viles i que hauían muerto a su Dios que era tan bueno i les hauía enseñado el camino de la verdad, la qual ellos no profesaban”.
6. Sedeño. Finales del siglo XV.“Tratándose de la guerra y conquista de Canaria los canarios indignados contra los cristianos les deshonraban y decían palabras afrentosas, menospreciándolos de gente sin verdad, falsos y traidores, putos quemados que habían muerto a su Dios y otras afrentas [...]”.
7. Marín y Cubas. Mediados del siglo XVII.“Venían (los imazighen insulares) de ordinario a decirnos oprobios al campamento”.
Las batallas que más víctimas se saldaron fueron precisamente las victorias de los canarios precoloniales, debido a su carácter sorpresivo. Tal es el caso de la célebre Batalla de Acentejo, que imprimió la mayor derrota sufrida por el ejército español en toda su etapa imperialista de expansión afro-americana.
8. Bethencourt Alfonso. Principios del siglo XX.“Por manera que de un ejército de 1300 infantes, incluyendo los 300 del cuerpo auxiliar güimarero, y 125 caballos o séase un total de 1425 plazas, murieron 1170, a saber: 600 españoles peninsulares, 300 españoles isleños (canarios precoloniales y españoles desembarcados desde Gran Canaria) y 270 güimareros, habiéndose salvado únicamente: 39 hombres que quedaron de presidio en el Real de Santa Cruz, 185 que más o menos heridos pudieron escapar de la batalla a través del monte o fueron recogidos por los buques y 31 prisioneros devueltos por Bencomo, o séase un total de 255 sobrevivientes de la primera invasión y de la primera campaña”.
[...] 255 hombres supervivientes del ejército: de ellos 225 entre peninsulares e insulares españoles (se refiere a los canarios precoloniales ya españolizados y a españoles, ambos procedentes de Gran Canaria) y 30 güimareros salvados de la batalla [...].
[...] se salvaron 100 o 120 naturales de la isla de Canaria y 4 portugueses [...] que fueron recogidos por los buques a la siguiente mañana.
[...] todos heridos, se salvó el general con 50 caballeros y 30 güimareros [...].
Debemos tener en cuenta que los cronistas siempre ocultarían el número de las víctimas en beneficio de su nación, exagerando la cantidad de canarios precoloniales caídos en la batalla y el número de europeos supervivientes. Sin embargo, observamos que los que logran escapar de la muerte en estas batallas siempre son los mercenarios imazighen insulares, dada su adaptación al abrupto medio insular.
Por último, otro factor importante (que también trataremos también en el capítulo V) fueron las duras leyes que emitían las instituciones coloniales para condenar el alzamiento y la residencia fuera de poblado. Esta política terrorista fue la que mayormente contribuyó a la pacificación de las Islas, y no las batallas.
9. Escribanías del Cabildo. Principios del siglo XVI.“Se platicó sobre razón que se debía pregonar que los guanches de esta isla e gomeros tuviesen sus habitaciones e viviendas en los poblados, por manera que fuesen bien acostumbrados e adoctrinados en la fe, por que oyesen misa y las oras y especial las qreaturas que sepan como han de bevir y sean puestos en camino de ser buenos cristianos, e todos se confiesen. Sobre lo qual y remediar otros inconvenientes, que por bevir fuera de poblado nacen e acaescen, que devían hordenar e proveer e hordenaron e mandaron que para esto mejor se hacer que se pregone públicamente que todos los guanches e gomeros, ombres e mugeres, casados e por casar, ebcebtados los orros que libres están de hoy fasta el día de año nuevo parezcan ante el escribano del Cabildo e se registren por sus nombres porque vista las copia se dé tal forma e manera en lo susodicho que sea Dios servido y el Cabildo haga lo que deve haser mirando el bien e pro e utilidad que deste negocio se sigue e como mejor convenga hacerse para su bivienda e habitación de los dhos. guanches e gomeros, e por los inconvenientes que hasta hoy ha abido e ay cesen. So pena quel que toviere de qué pagar pague en pena de dos mil mrs…”