Estoy bastante harto de que sólo se dé publicidad a los abusos cometidos en el seno de la Iglesia. En Alemania, por ejemplo, de los 210.000 casos de abusos denunciados en 1995, tan sólo un 0,04% están ligados a la Iglesia Católica, sin embargo el 99,96% restante a nadie parece importarle.
¿Por qué nadie se acuerda de los casos de pederastia, pornografía infantil, etc... del cuerpo de policía, del ejército o del colectivo de políticos de todo pelaje y grado? Ni qué decir con los entrenadores de equipos deportivos, maestros de la escuela pública, canguros, cuidadoras, etc. Y lo que es peor, padres y madres de familia. La gran mayoría de los abusos a menores, dicen, se dan dentro de la propia familia y son igualmente ocultados por miedo o vergüenza de otros familiares a que eso salga a la luz.