Que nadie piense que quiero rescatar reliquias del foro. Voy a seguir utilizando este post para noticias que surjan relacionadas.
_________________________________________________________________________
Mariano Serna analiza el altar prehistórico
La piedra sagrada de Bonilla de la Sierra fue alterada después de la época romana
Piedra sagrada de Bonilla de la Sierra, llamada ‘El Mortero’.
El experto en el culto antiguo Mariano Serna considera que el enorme hoyo que presenta la piedra sagrada de Bonilla de la Sierra, por el cual recibe el nombre de ‘El Mortero’, es una alteración, “por no decir atropello”, realizado uno o dos milenios después de su origen.Se trata de una obra humana, pues se aprecia la huella del cincel en todo su borde, pero Serna considera que “es totalmente improbable que se corresponda con la exigua y anárquica escalerilla, destinada a ascender a la roca, en la que no se aprecia la huella del cincel”.
Por esto y por su “inexplicable significado ritual”, Serna cree que “el prehistórico y original altar ha sido alterado, por no decir atropellado, uno o dos milenios después de su origen, labrándose sobre una probable cavidad ritual mucho más superficial destinada a la práctica de actos culturales cruentos, un nuevo elemento ritual destinado seguramente a la realización de actos culturales que tuvieron al agua por protagonista principal”.
Según Serna, esta reutilización, de acuerdo a los restos arqueológicos existentes en las inmediaciones del altar, “pudo tener lugar en época romana, pues las dimensiones del mortero son casi iguales a las del famoso caldero celta de Gundestrup (69 por 45 centímetros)”. Sin embargo, considera “mucho más probable que el referido hoyo se realizase siglos después, en época plenamente cristiana, y que estuviese destinado a la realización de rituales de iniciación paleocristianos”.
Plantea la posibilidad de que se tratara de una primitiva pila bautismal “que pudo tener vigencia entre la Alta Edad Media y los comienzos de la Moderna, como parece evidenciar la cruz latina de la casi imperceptible peana, no marca de término municipal, situada en la parte derecha de la escalerilla, a un metro del suelo, quizás obra de los monjes del vecino convento franciscano de San Matías, instalados en las inmediaciones del altar a principios del siglo XVI”.
Con el pie izquierdoDejando a un lado el hoyo que presenta la piedra sagrada de Bonilla de la Sierra, el experto considera que “lo más llamativo de ella y seguramente el único elemento original que conserva” es la irregular escalerilla. Está compuesta por 14 gradillas de distinto tamaño situadas a desigual distancia, posiblemente obra de las gentes que entre el Bronce y el Hierro poblaron estas tierras.
“Conocido que el número de escalones de los altares suelen tener un significado ritual y que aquellas gentes rendían culto al Sol y a la Luna –dice Serna-, es razonable pensar en este caso que el número de peldaños de este altar pudiera tener relación con los 28 días del ciclo lunar, pudiendo representar los catorce peldaños de la ascensión, la fase creciente de la Luna, y el mismo número de bajada, la menguante”.
De haber acertado en esta suposición, afirma, “podríamos hallarnos ante un elemento rupestre de culto a la Luna y, por extensión, a la fertilidad femenina, sabida la relación existente entre el ciclo lunar y el correspondiente a la menstruación de la mujer”. Como curiosidad añade que, según la Cábala (corriente de la mística judía), el número 14 “es el valor numérico de las transmutaciones, las metamorfosis, los cambios, etc”.
También destaca que los escaloncillos tres, diez y doce se encuentran desplazados a la derecha respecto al resto. “Tal particularidad tiene por objeto iniciar la ascensión al altar con el pie izquierdo, pues de otra forma tales peldaños quedan a contra pie, consiguiéndose con ello, además, coronar el altar con este mismo pie”, añade. “En nuestra cultura, comenzar algo con el pie izquierdo es sinónimo de mala suerte pero para las gentes que a través de este altar intentaron establecer relación con sus deidades, las cosas debieron ser distintas”.
Otro altarPor otra parte, en la Dehesa de Boyal, situada kilómetro y medio al sur de Bonilla de la Sierra, existe otro elemento que también podría ser un nuevo altar. Se trata de una roca sensiblemente circular, de unos seis metros de diámetro y dos de altura, de redondeados bordes, que presenta en su parte este dos estrechos pero profundos escalones.
“El primero de ellos es tan elevado que hace necesario la colocación de algún objeto para alcanzarlo con facilidad”, señala Serna. “Y arriba de la peña, otros dos, menos pronunciados e innecesarios para coronarla, orientados hacia el noroeste, al solsticio de verano”.
Arriba tan sólo existe una superficie aplanada, “quizás por el hombre”, de uno o dos metros cuadrados de superficie que pudo servir, en su opinión, de ara sacrificial. Sobre ella ha encontrado “un solitario y profundísimo agujero, de cinco centímetros de diámetro, similar a los de las barrenas de los canteros”, cuya finalidad desconocemos. “No se debe descartar la existencia en su día de algún elemento típicamente ritual hoy perdido: una superficial pila labrada sobre una piedra, por ejemplo”, deduce.
Estructura domésticaY en esta misma dehesa, doscientos metros al noroeste del altar anterior, Serna tuvo la oportunidad de ver “un original elemento: una monumental y empinadísima escalera, compuesta por tres enormes escalones de amplísima huella y elevadísima contrahuella, y otro superior, más pequeño, absolutamente inadecuada, dice, para la práctica de actos de culto”.
Está tallada sobre el vertical costado de una roca, orientada al suroeste, y presenta en su parte alta “una profunda escotadura destinada seguramente a colocar el extremo de una viga, a la izquierda de la escalera; y un segundo rebaje menos profundo pero más largo, destinado a sustentar una techumbre, del lado derecho de la escalera”.
Este elemento, que presenta otras labores humanas, advierte, podría confundirse con un altar rupestre “pero, por sorprendente que sea, se trata tan sólo de estructuras domésticas pertenecientes a una construcción notable, cuyos restos son bien evidentes en sus inmediatos contornos, integrada seguramente en una pequeña población cuyos habitantes, hace uno o dos milenios, pudieron realizar rituales en el altar anterior”.
http://www.aviladigital.com/subseccion/subseccion2/la-piedra-sagrada-de-bonilla-de-la-sierra-fue-alterada-despues-de-la-epoca-romana-110069.aspx