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Autor Tema: La UGT en la provincia de Valladolid (1892-1936)  (Leído 4729 veces)
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Maelstrom
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« : Septiembre 06, 2010, 11:38:56 »


Consideraciones preliminares

Antes de considerar el rumbo de la UGT en la provincia de Valladolid, con su cronología y afiliados, conviene repasar (aunque sea a modo de "flash") la secuencia de las no siempre fáciles relaciones entre el PSOE y su sindicato desde la fundación de este último en 1888, siguiendo el acertado estudio de M. Pérez Ledesma.
En la esfera internacional, de las tres alternativas dominantes entre sindicatos y partidos socialistas (vinculación estrecha, independencia o vía intermedia) esta última fue la más frecuente entre la mayoría de los sindicatos europeos creados o estimulados por dirigentes socialistas, cuya autonomía era correlativa a la presencia de éstos en los puestos dirigentes de las organizaciones sindicales.
En el caso español, las relaciones estuvieron afectadas por estas influencias y también por los avatares del partido. En el comienzo primó (aunque fuera como mera táctica) la neutralidad ideológica y la separación partido-sindicato que, en muchos casos, realizan de forma conjunta ciertas campañas de propaganda. Conforme sus estatutos fundacionales (y luego reformados) la UGT iniciaba su andadura como una realidad autónoma. Su eje era "el mejoramiento y defensa del trabajo por medio de la resistencia", luchando por una legislación favorable a la clase obrera, causa también compartida por el partido:

"La Unión no defiende principios económicos determinados, no pertenece a ningún partido político, no profesa ninguna religión y no reconoce distinciones de raza o nacionalidad. Sus miembros son personas libres de defender y propagar las opiniones que consideren más acertadas independientemente de la organización".

Sin embargo, el viraje consiguiente a la conjunción republicano-socialista, rubricada en 1909, relativizó la autonomía original y en 1916-1917 se convirtió en una fuerza política más próxima cada vez al PSOE. Desde las alturas de la Ejecutiva Nacional de este partido, bajo la batuta del secretario general Francisco Largo Caballero, se prefería la vinculación entre las dos organizaciones según fórmulas, se decía, que garantizaban la autonomía de ambas. Pero el intento se quedó en el papel, como expresan las posturas del sindicato y al menos un sector del partido respecto de la colaboración en los cargos públicos ofrecidos durante la Dictadura de Miguel Primo de Rivera. Ante la perspectiva del cambio de régimen, Largo Caballero vuelve en 1930 a los mismos planteamientos; no obstante, el sindicato mantuvo cuanto pudo su identidad.
Según era previsible, las sociedades ugetistas vallisoletanas siguieron el rumbo marcado por la central nacional, en la que cabían diversas agrupaciones obreras (sociedades de oficios, federaciones locales) siempre que tuvieran por objeto, según rezaba el artículo 1º de los Estatutos de la UGT, mejorar la condición de las masas trabajadoras.
Tras el tímido despegue de fines del siglo XIX asistimos al fortalecimiento de la organización sindical, cuya incidencia fue desigual a lo largo y ancho del panorama nacional, si consideramos el número de socios o el peso de los oficios entre los inscritos en la UGT.



Los primeros pasos (1892-1902)

Por medios diversos, y fundamentalmente sobre la base de las Actas de la UGT1, disponemos de las pistas básicas para conocer las primeras sociedades obreras vallisoletanas incorporadas a esta central sindical, domiciliadas todas ellas en la capital. A partir de 1900, el proceso el más vigoroso: al tiempo que se amplía el catálogo de sociedades de la capital solicitantes del ingreso en la UGT, comienza su penetración en los pueblos. Actuán como protagonistas de este proceso los socialistas capitalinos, merced al amplio colectivo obrero que concentra Valladolid y a la experiencia de sus primeras sociedades de resistencia. Las campañas auspiciadas por sus líderes resultaron eficaces a nivel capitalino y provincial.
A fines del siglo XIX encontramos en Valladolid los primeros oficios acogidos a la tutela ugetista, constituyendo el primer eslabón de una cadena que de alarga con el paso del tiempo: tipógrafos, obreros panaderos, albañiles y trabajadores del hierro y los metales, formando un conjunto de 582 federados. En 1901 ingresan en la UGT las sociedades de obreros en cerámica y trabajadores textiles, junto a los obreros de la madera de Valladolid, los albañiles de Medina del Campo (19 de diciembre de 1901) y los agricultores de Rueda (19 de diciembre de 1901). En 1902 son admitidos en el sindicato los agricultores (19 de junio) y los obreros sombrereros (20 de noviembre), dándose de baja los obreros textiles (18 de septiembre), pertenecientes todos ellos a secciones de la capital. Entre las sociedades de la provincia, ingresan en la UGT las siguientes: obreros textiles, agricultores y Artes y Oficios de Medina del Campo (en total, 244 federados en esta villa), obreros del calzado de Rueda, Artes y Oficios Varios de Pedrosa del Rey y agricultores de Matapozuelos. Con motivo del VII Congreso Nacional de la UGT (1902), el dirigente socialista pucelano Remigio Cabello acudirá al acto en representación de las siguientes sociedades obreras: alfareros (20 afiliados), obreros del calzado (60), obreros de la cerámica (80), panaderos (158), obreros del hierro (71), tejedores (70) y silleros (36). Una señal del crecimiento que la UGT había experimientado ese mismo año en la ciudad del Pisuerga es la propuesta de los alfareros a las restantes sociedades obreras de constituir una Federación Local, habiéndose redactado el oportuno proyecto de Estatutos y celebrado su Congreso Constituyente.



Un asentamiento progresivo (1903-1930)

 A partir de 1903 comienza una segunda etapa que supera los primeros tanteos en la ciudad y en los pueblos. Del colectivo ugetista capitalino destaca el abanico de oficios, en contraste con las sociedades de los núcleos rurales, en su mayoría formada por obreros agrícolas y (sólo en casos concretos) por gentes de los Oficios Varios.
En 1903, Valladolid se halla entre las 10 ciudades españolas con mayor implantación de la UGT. Las sociedades obreras pucelanas ligadas a la central sindical en este año son las de Agricultores (100 afiliados), Alfareros (32), Zapateros (25), Obreros de cerámica (54), Albañiles "La Piqueta" (124), Herreros (56), Carpinteros (296), Panaderos (198), Silleros (33), Sombrereros (35), Tipógrafos (186). En total, 1090 obreros afiliados. En la provincia, Medina del Campo tenía un núcleo de 472 ugetistas, 69 en Matapozuelos, 426 en Rueda, 210 en La Seca, 70 en Pedrosa del Rey, etc, etc...
Si los datos referidos a Julio y Noviembre de 1903 expresan un evidente aumento en el número de sociedades y federados en la provincia de Valladolid, mayor será el crecimiento en Noviembre de 1904, relacionado seguramente con los sucesos localizados en Tierra de Campos. Esta zona fue testigo (entre Febrero y Julio de 1904) de una oleada de agitación campesina, muy bien descrita en el informe que redactó el economista Adolfo Álvarez-Buylla para el Instituto de Reformas Sociales (IRS). Aquellos acontecimientos repercutieron (entre otras consecuencias) en la dinamización de asociacionismo obrero y patronal. La conflictividad se inició con la huelga de Febrero en La Unión de Campos, prólogo de otras declaradas en Junio, que contabilizan 19 focos en la provincia de Valladolid, además de las situaciones silimares en otras provincias castellanas: las malas cosechas y la falta de artículos de primera necesidad se unieron a las situaciones anteriores de la estructura de la propiedad agraria y las pésimas condiciones salariales y laborales de los jornaleros. Aunque el desenlace final fue negativo para los jornaleros (pues la patronal hizo cuanto puedo por atajar el movimiento obrero, propiciando además la expansión del sindicalismo católico y estimulando las asociaciones mixtas de patronos y obreros ) los sucesos huelguistas de 1904 favorecieron la mediación de las organizaciones obreras, asentadas preferentemente en la capital provincial.2
Los escritos de los obreros son pruebas fehacientes del aval anarquista3 o socialista prestado a estas sociedades campesinas, además de revelar las acciones desplegadas en contra por los patronos. Los obreros agrícolas (escribe Aróstegui) adoptaron una rápida toma de conciencia con el movimiento societario, que se extendió de manera rápida y que precedió siempre a la iniciación de las huelgas, encauzando sus reivindicaciones frente a la patronal. Asimismo, las razones de este repentino movimiento asociativo pueden presumirse por la propaganda ejercida por las sociedades urbanas (mimetismo en los fines, reglamentos, etc, calcados de aquellas), pues el mismo Álvarez-Buylla lo asegura desposeyendo de espontaneidad al asociacionismo rural nacido en esta coyuntura. Algunas de estas sociedades campesinas apoyan, en contraste con los votos de las sociedades agrícolas confesionales, a los candidatos socialistas (Francisco Mora Méndez, Matías Gómez de la Torre y Francisco Largo Caballero) en las elecciones convocadas a tal efecto en 1908 por el Instituto de Reformas Sociales.
En el ámbito de Valladolid capital, fue sonada la huelga que en 1905 coordinaron los obreros carpinteros afiliados a la UGT. Mantenida durante 22 semanas, preocupará semana tras semana al Comité Nacional de la UGT, según se reflaja en sus libros de Actas. Desde sus inicios (se declaran en huelga 310 oficiales y 70 aprendices, para reducirse con el paso del tiempo a 160 y 70, respectivamente) los implicados  en esta acción reivindicativa defenderán frente a la patronal la jornada de 9 horas. El ingreso en la cárcel de 18 huelguistas (entre ellos Remigio Cabello) promueve la mediación del secretario Barrio y del mismísimo Pablo Iglesias ante el ministro de la Gobernación. El apoyo económico prestado a los huelguistas vallisoletanos deja casi vacías las arcas de la UGT, pues al prolongarse el conflicto flaquea la solidaridad de otras secciones ugetistas, obligando a demorar la edición del periódico La Unión Obrera, entre otras privaciones. Por fin, la deserción progresiva de los parados y la información proporcionada por Barrio en su visita a Valladolid aconsejan la vuelta al trabajo, sin que se vean satisfechas las reivindicaciones.
Tras este paréntesis, durante el decenio siguiente percibimos una considerable merma de los efectivos en sociedades y federados adscritos al ugetismo en la provincia vallisoletana, para experimentar un nuevo estirón entre los años 1915 y 1922, conforme certifican las relaciones de estos años.
Bajo la Dictadura del general Primo de Rivera, el desarrollo de la UGT continúa en la legalidad, de ahí que su organización se halle en perfectas condiciones al final de esta etapa. Las sociedades obreras ugetistas de Valladolid capital mantienen su actividad, acuden a Congresos de sus respectivas federaciones, celebran el II Congreso de la Federación Local y están presentes en el XVI Congreso de la UGT, dándose de alta en el Sindicato los obreros del servicio escénico y los gasistas-electricistas. A la luz del censo corporativo electoral de la provincia e informaciones aparecidas en El Socialista, puede certificarse la existencia de 6 sociedades ugetistas en Medina del Campo, y otras en Laguna de Duero, Nava del Rey, Tudela de Duero, Saelices, Casasola de Arión, La Seca, Mayorga, Rueda, Villanubla, Trigueros del Valle, Fuente Olmedo; además de las recién fundadas y/o ingresadas en el Sindicato en 1930. Todas ellas incrementarán su número de socios en la etapa republicana.
« Última modificación: Noviembre 19, 2017, 21:36:01 por Maelstrom » En línea
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« Respuesta #1 : Septiembre 06, 2010, 11:44:42 »


El "boom" ugetista durante la Segunda República

Con la llegada de la Segunda República, tiene lugar en España un ámplio régimen de libertades. Los partidos políticos y sindicatos condenados a la inactividad durante los años dictatoriales empezarán ahora un camino nuevo. Partidos como el PCE y centrales sindicales como la CNT se pondrán a trabajar con fuerza para aumentar su influencia. Sin embargo, el PSOE y la UGT llevan ya una clara ventaja que sabrán aprovechar, y continuarán siendo las representaciones obreras más fuertes del país. Si el PSOE ha sido definido como "la columna vertebral" de la Segunda República, a la UGT hay que definirla como el "sustento básico" sobre el que se apoya esa columna vertebral.
Así pues, la UGT mantendrá durante los años republicanos los siguientes objetivos: "reunir las asociaciones que se inspiren en la lucha de clases y tiendan al mejoramiento de las condiciones de trabajo por medio de la asociación; mantener relaciones y solidaridad con las organizaciones obreras de otros países; recabar del poder público leyes que mejoren las condiciones del trabajo, intervenir en los problemas nacionales que afecten a la clase trabajadora y unificar la acción del proletariado para crear las fuerzas de emancipación integral de la clase obrera preparándola para asumir la dirección de la producción, transporte y distribución de la riqueza social".
Estos eran los objetivos. ..¿Y cómo se lograrían? ¿Utilizando medios violentos o, por el contrario, mediante el diálogo y las reivindicaciones pacíficas? Ya en los años finales de la Dictadura, Largo Caballero presentaría un avance del comportamiento de esta central sindical: "(...) soy de los que opinan que mientras la clase obrera puede actuar relativamente dentro de una esfera de un círculo legal que le permita desarrollar su organización, sería locura salirse de este círculo; pero también creo que si los que tienen obligación de conocer los anhelos del país anulan las posibilidades por donde nuestro país pueda desarrollarse hacia el progreso, afianzando las libertades ciudadanas, la clase obrera sabrá cumplir su deber". Evidentemente, se dejaba bien claro que no habría un movimiento revolucionario por parte de la UGT, al menos mientras pudiesen llegarse a soluciones satisfactorias mediante el diálogo entre proletarios y patronos.
En la provincia de Valladolid, la UGT experimentará una expansión inusitada, siendo el sindicato mayoritario en los tres sectores laborales (primario, secundario y terciario). Sólo en 1931, esta provincia concentraba un total de 13182 afiliados, siendo el mayor núcleo ugetista de Castilla-León4. He aquí los datos de afiliación por provincias (Boletín de la UGT, Nº 36, diciembre de 1931):

Ávila - 6.060
Burgos- 2.347
León - 5.232
Palencia - 2.122
Salamanca- 9.753
Segovia - 1.503
Soria - 935
Valladolid - 13.182
Zamora - 3.876

En el XVII Congreso del sindicato (Octubre de 1932), se recogía que la provincia vallisoletana contaba con las siguientes sociedades obreras y afiliados en 1931: Agricultores (65 sociedades; 6729 afiliados), Carnes (1; 37), Cervezas (1; 45), Molineros (1;125), Panaderos (2; 156), Agua-Gas (1, 74), Barberos (1; 100), Camareros (1; 65), Cocineros (1; 19), Dependientes de Comercio (2, 236), Constructores de Carruajes (1; 12), Obreros en Pieles (1; 14), Albañiles (2; 538), Canteros (1; 30), Carpinteros (2; 19), Herreros Cerrajeros (1; 65), Pintores (1; 300), Dependencia Teatros (2; 159), Ferroviarios (1; 2916), Arte de Imprimir (1; 210), Empleados Municipales (1; 48), Hojalateros Cerrajeros (1; 48), Metalúrgicos (2; 195), Ebanistas (1; 40), Carga y Descarga (2; 242), Conductores Mecánicos (1; 70), Tranviarios (1; 60), Oficios Varios (3; 488).
Como podemos ver, destacan sobremanera el número de sociedades y afiliados (que no siempre coinciden con el número de cotizantes5) pertenecientes al colectivo agrícola ugetista, con predominio de jornaleros, cuya cota mayor se sitúa en 1932 (146 sociedades y 11009 afiliados), para experimentar una drástica reducción el siguiente año (un número desconocido de sociedades y 6493 afiliados). Los agricultores ugetistas se encuadraban en la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra, rama agraria del sindicato creada en abril de 1930. Al Congreso Fundacional de la FNTT asistirán 10 sociedades agrícolas provinciales (de las 21 que existían entonces), experimentando al año siguiente un considerable crecimiento y estimulando al campesinado. La FNTT comarcal celebrará su III Congreso en Valladolid (26-27 de Noviembre de 1932), acudiendo 129 sociedades con el objetivo de examinar las crisis laborales y sus repercusiones6. Se accede a solicitar la aplicación de la Ley del Laboreo Forzoso y de Jurados Mixtos, denunciando las irregularidades de las Juntas municipales. En consecuencia, el Congreso acuerda establecer un turno riguroso en las labores agrícolas y dirigirse al Ministro de Agricultura para que fije el terreno que ha de labrar como máximo un trabajador (que nunca excederá las 17 hectáreas en secano, 3 en regadío y 500 cepas de viñedo), así como dirigirse al Instituto de la Reforma Agraria para que en breve plazo proceda a constituir las Juntas provinciales. Asimismo, las sociedades integradas en la FNTT constituyen, en la Asamblea celebrada en Medina del Campo, el secretariado agrario de la provincia.7



Tras los trabajadores del campo, ocupan los puestos inmediatos en cuanto a afiliación los ferroviarios, el grupo laboral más importante de Valladolid capital. Existían en ella (aproximadamente) 4500 ferroviarios, de los cuales casi 3000 son afines a la UGT. Su líder era el mecánico Víctor Valseca Rodríguez, concejal socialista por el distrito del Museo (857 votos) y propuesto en 1934 por el Comité Nacional ugetista para ocupar la secretaría general del Sindicato Nacional Ferroviario. Otro sector cuantitativamente importante es el de la construcción, que también tiene mayoría ugetista, pese a ser un sector muy propicio para el anarcosindicalismo, debido a las graves dificultades de empleo que soportan durante toda la etapa republicana.
Por lo demás, la UGT de la provincia vallisoletana da muestras de gran vitalidad durante estos años. Entre los días 20 y 24 de marzo de 1933 tiene lugar en la Casa del Pueblo pucelana el VI Congreso de la Federación Local de Sociedades Obreras, que cuenta con la presencia de 33 sociedades y 50 delegados representantes de 7729 trabajadores. Como colofón de aquella asamblea resulta elegido presidente Víctor Valseca, cabecera de una nueva ejecutiva: Jesús Blanco (secretario), Mariano González (vicesecretario), Tomás Martínez (tesorero), Hipólito Almaraz (contador), Antonio Quintana y Gaudencio Calvo (vocales).
Asimismo, renacen sociedades obreras ya conocidas años atrás. Así sucede con la de Obreras de la Aguja, existente en 1911, que en 1933 celebra el tercer aniversario de su segunda época. Otras aparecen ahora por vez primera, como la sociedad de Cerveceros, ingresada en el sindicato en septiembre de 1931, compuesta seguramente por los obreros (entre 40-45) de la Asociación Patronal de Fabricantes de España, fundada en Valladolid el 6 de abril de 1922. Por otra parte, la ugetista FETE (Federación de Trabajadores de la Enseñanza) remite en 1933 una invitación dirigida a los maestros, indicando su reciente origen y los puntos neurálgicos de sus reivindicaciones y pidiendo los datos personales y profesionales de los educadores sin empleo. En 1934, la FETE provincial organizará un Certamen Pedagógico que cuenta con el apoyo de la Universidad.
Estando así las cosas, llegaron las elecciones generales de 1933, y en la provincia vallisoletana triunfaron las derechas de manera aplastante. Una victoria inexplicable, pues en esos momentos el PSOE contaba con una potente cobertura sindical en toda la provincia. Hay que pensar pues, que los votantes que dos años ante habían dado su confianza a los socialistas ahora se la habían quitado. Sin embargo, la UGT seguía creciendo y la FNTT agrupaba a la muy considerable cantidad de más de 11000 trabajadores, siendo Valladolid la tercera provincia española con más secciones y la decimotercera en cuanto a militantes... ¿Quá había pasado para que los militantes y simpatizantes de la UGT-FNTT no votaran al PSOE? A mi modo de entender, son varias las causas que provocaron esta situación. En primer lugar, la falta de una verdadera ideología socialista entre los mismo militantes socialistas. Muchas de las sociedades adeptas al socialismo lo eran en función de una coyuntura favorable (no olvidemos que el PSOE ocupó el Gobierno nacional), y en cuanto se hizo previsible una caída de éstos del poder, muchas de ellas abandonan "sus ideas socialistas". Otra de las causas del descalabro electoral es, sin duda alguna, el progresivo radicalismo que iba asumiendo el PSOE...Y esto, en una sociedad tan tradicionalmente conservadora como la del campesinado vallisoletano, le hizo perder una buena parte del apoyo de este fundamental sector laboral provincial.8
Con la República en manos de la derecha, van desapareciendo algunas de las agrupaciones socialistas de la provincia. Como la de Matapozuelos, fundada en noviembre de 1931 y disuelta en marzo de 1934. Esta disminución de fuerza en la provincia no sólo viene motivada por la falsa ideología socialista de muchos de sus militantes, sino que la inmensa mayoría de la pérdida de respaldo viene motivada por la enorme presión a la que se ven sometidos los trabajadores ugetistas. Ahora que la derecha controla el poder, los trabajadores están desprotegidos, y se ven obligados a someterse a los deseos de los patronos si quieren trabajar. La prensa socialista publica innumerables testimonios de esta presión patronal, que obliga a los trabajadores a dejar su militancia en sindicatos izquierdistas.
En 1934 estalló la Revolución de Octubre, provocada por la entrada de la CEDA en el Gobierno que presidía Lerroux. En la ciudad de Valladolid, se declara el Estado de Guerra y son apresados los principales dirigentes socialistas, con lo que cualquier intento revolucionario fue abortado. Sin embargo, en la provincia no fue así. En Medina de Rioseco fue desvalijada la armería del pueblo, tras lo cual tuvo lugar un tiroteo incesante entre guardias civiles y socialistas, cayendo muerto un sargento y siendos heridos cinco guardias civiles. Tras un día de resistencia, la lucha terminó, y fueron detenidas más de 70 personas.
Sin duda alguna, fue Medina de Rioseco el único pueblo de la provincia donde la Revolución tuvo tintes dramáticos. Pero el foco revolucionario afectó a más localidades. En Medina del Campo, la Benemérita disparó contra una manifestación izquierdista, siendo tomada militarmente la estación de trenes. En Tudela de Duero se produjo un conato de enfrentamiento con la Guardia Civil que se saldó con más de 50 revolucionarios detenidos, siendo incautadas por las fuerzas del orden varias botellas con líquidos incendiarios, 19 pistolas y un revólver. Aunque el día 12 la Jefatura del Estado Mayor informa que en la provincia reina la tranquilidad, lo cierto es que los incidentes y las detenciones se siguen sucediendo. Se cierran las Casas del Pueblo y son apresados militantes, como sucede en Peñafiel o Fombellida; se efectúan registros y detenciones en Cabezón de Pisuerga, Corcos del Valle, Cigales... Y en la ciudad de Valladolid son apresados militantes como Teófilo Salgado, Jesús Blanco y Mariano González, así como destacados integrantes de la sección ugetista de obreros y empleados municipales: Isidoro Valseca, Felipe Rebollo, Juan García, Gaspar Conde, etc.
En Valladolid, como en el resto del país, la represión es durísima. No sólo se desmantelan sociedades obreras y Casas del Pueblo, sino que los socialistas fueron destituidos de todos los puestos de poder que (legítimamente) detentaban. Esto provocará el acceso a los mismos de los personajes más reaccionarios de la política provincial. Se suceden los ceses en Medina de Rioseco, Medina del Campo, Olmedo, Villalón de Campos...Y en la capital, el alcalde Antonio García Quintana es sustituido por el peñafielense Mariano Escribano Álvarez, de tendencia lerrouxista.
Pese a que las fuerzas de izquierdas quedan prácticamente desarticuladas, los obreros de la provincia siguen protestando y recurriendo a la huelga. Es el caso de los 400 obreros que trabajan en la presa de San José (término municipal de Castronuño), que se declaran en huelga por impago de sueldos. Con todo, hay que destacar el escaso número de conflictos que se producen, ya que los obreros están desprotegidos ante un Gobierno hostil.
Las elecciones generales de 1936 trajeron consigo el triunfo de las derechas en la provincia, no así en la capital, donde ganó el Frente Popular con el 50, 7 % de los votos. El socialista García Quintana, de profesión contable, es repuesto en la alcaldía. A partir de estas elecciones, el incremento de personas afiliadas al PSOE y a la UGT de la provincia fue constante, y así, el 19 de mayo de aquel año, El Socialista informaba de la mayoría de los oficios en los que el Partido y el sindicato tienen la mayoría de afiliados: Arte de Imprimir, Acomodadores, Agricultores, Albañiles y Peones, Azucareros y Alcoholeros, Artística, Camareros, Canteros y Marmolistas, Carboneros, Carpinteros, Cerámicos, Cerveceros, Cocineros, Conductores de Carruajes, Consejo Obrero Ferroviario, Contratas Ferroviarias, Chóferes, Dependientes de comercio, Dependientes de vaquerías, Ebanistas y Similares, Empleados de hospitales, Empleados de Oficinas, Espectáculos públicos, Funcionarios Municipales, Gasistas y Electricistas, Industria Textil, Metalúrgicos, Molineros, Obreras de la Aguja, Obreros en Piel, Panaderos, Peluqueros, Barberos, Pintores, Productos Alimenticios, Profesionales y Oficios Varios, Ramo de Carnes, Sastres, Destajistas, Trabajadores de la enseñanza, Trabajadores de la tierra, Tranviarios, Viajantes y representantes.
Como vemos, la UGT vuelva a dominar sindicalmente la provincia de Valladolid...Sólo la rebelión militar del 18 de Julio conseguirá acabar con la trayectoria ascendente de este sindicato.

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« Respuesta #2 : Septiembre 06, 2010, 11:46:41 »


1) Actas de la Unión General de Trabajadores de España. Vol I: 1888-1892, II: 1899-1904, III: 1905-1909, IV: 1910-1913.

2) Aquel fue un año de agitación obrera en la provincia, con especial incidencia en Tierra de Campos. Tumultos y procesamientos en La Unión de Campos; Huelgas en Medina de Rioseco, Villalón de Campos (coacciones de forasteros), Castrejón de Trabancos, Santovenia (coacciones y amenazas), Trigueros del Valle, Berrueces, Cuenca de Campos, Valdenebro (60 obreros participantes), Ceinos de Campos(50 obreros participantes), Villamuriel (coacciones a trabajadores), Melgar de Arriba, Castronuevo de Esgueva, Tiedra y Matapozuelos; detenciones por coacción en San Pedro de Latarce; amenazas de huelga en Castromonte y Bolaños de Campos; coacciones contra el trabajo de los forasteros en Castroponce y acuerdo para impedir el trabajo a los forasteros en Santervás de Campos.

3) El Gobernador civil vallisoletano envía un telegrama a su correspondiente Ministerio (18 de junio de 1904) indicando que en Medina de Rioseco los obreros se adhieren a la sociedad "La Progresiva", de filiación anarquista, con sede en la calle Mantería (números 49 y 51) de Valladolid. Esta sociedad es la responsable del Manifiesto de la Federación de Trabajadores de la Comarca castellana, a propósito del Congreso obrero celebrado en Valladolid los días 6 y 7 de mayo de 1904.

4) Datos recogidos en el Boletín UGT, nº 36 (diciembre de 1931).

5) Resulta muy difícil controlar el censo de afiliados, pues aunque debían causar baja cuando adeudaran la cotización de dos trimestres, no siempre se cumple esta medida. Tampoco conviene olvidar las tretas de sociedades obreras que reducen por su cuenta el número de socios para tributar menos a la caja central. Aunque esta actitud era insolidaria, muchas sociedades procuraban atender antes sus necesidades inmediatas que las comunes o más lejanas. Sólo los sellos de la UGT serán documento probatorio para comprobar que los asociados están al corriente en el pago de las cuotas. El ingreso en la UGT se efectúa por caminos diversos: a través de la Federación de Sociedades Obreras de Valladolid, de la Federación Nacional del ramo, por petición directa de las sociedades obreras, y en el caso de las sociedades agrícolas ( sobre todo desde el 22 de junio de 1932) por la FNTT.

6) Este Congreso será presidido por Modesto García Panero (de Barcial de la Loma) actuando como secretarios Agustín Díez (Laguna de Duero) y Gregorio Rubio (Tordesillas).

7) Se halla al frente del secretariado el militante Eulogio Vega (secretario), siendo vocales los señores Pablo Arranz, Hilario Núñez (de Valladolid), Teódulo Muñoz (de Villalón), Gregorio Álvarez (de Tiedra), Cecilio Moro (de Nava del Rey) y Bolusiano García (de Pozaldez).

8) Pese a todo, los socialistas consiguen mayorías en los Consistorios de Ceinos de Campos, Pobladura de Sotiedra, Sardón de Duero, Torrecilla, Valverde de Campos y Trigueros del Valle.

BIBLIOGRAFÍA

Enrique Berzal de la Rosa - El Valladolid republicano (1931-1936)
Rafael García Serrano - El sexenio revolucionario en Valladolid: cuestiones sociales (1868-1874)
Jesús María Palomares - El socialismo en Castilla
« Última modificación: Mayo 28, 2011, 17:31:03 por Maelstrom » En línea
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