No es por desanimar, sólo quiero contar mi limitada e indirecta experiencia con el camino:
mi hermano quiso hacerlo con su por entonces aún novia (hoy esposa) desde no sé exactamente qué punto: de pardal se pertrechó con tienda de campaña, ropa de verano e invierno, todo tipo de utensilios de cocina, parrillas... imaginaros el tamaño de la mochila, un chow, vamos.
A segundo día se tuvo que volver porque se lesionó las rodillas. Y tuvo suerte.
Lo digo para que tengas en cuenta que al camino hay que llevar lo puesto y, si a caso, una muda.
Para los que quieran disfrutar del camino en plan señorito (techo donde cobijarse, parrillas, cantimploras etc.) yo siempre he pensado que hacerlo con un pollino que te lleve la carga tendría que estar genial, pero habría que calcular la velocidad media del burro para planificar las jornadas.

