El antifranquismo cristiano en los 70La práctica ausencia de oposición política organizada en Valladolid durante los años 50 y 60 contribuyó a ensalzar el papel desempeñado por movimientos apostólicos y clérigos contestatarios en las labores de oposición al franquismo. La tónica cambiaría radicalmente en toda la década posterior, produciéndose (como en otros lugares de nuestra geografía) la irrupción de todo un universo de organizaciones clandestinas sindicales y políticas, la mayoría de ellas desconocidas hasta entonces: PTE, MC, PCE (ml), PCI, PSOE, UGT, LCR, Plataformas Anticapitalistas, Grupos de Acción Carlista, etc. Aun así, este proceso de atomización y el afán no disimulado de dichas organizaciones por monopolizar en su favor la lucha obrera y universitaria, no impedirá que colectivos y movimientos cristianos sigan jugando un papel determinante en este terreno. Así ocurrió en los momentos más álgidos de la colectividad obrera y estudiantil, donde parroquias como La Pilarica, Santo Toribio, San Pablo, Victoria o Pajarillos (lideradas por el clero y las Comunidades de Base correspondientes) no tuvieron reparo alguno en organizar cuantas tareas de apoyo y cobertura fuesen necesarias: reparto de panfletos, difusión de consignas, misas de solidaridad y reflexión, reuniones de activistas, de obreros en huelga o de la Coordinadora de CCOO, etc. Es más, las comunidades cristianas de Pilarica y Santo Toribio no dudaron en organizar movilizaciones para mostrar su apoyo a las demandas obreras y estudiantiles y protestar por la represión policial desatada contra los huelguistas de FASA y de la construcción, tarea en la que fueron acompañadas por los principales movimientos apostólicos. Por otro lado, en las huelgas de aquella época fue especialmente destacada la actividad de religiosos y militantes cristianos laicos como Gonzalo González Álvarez, Paulino de Paz, Gonzalo González Blanco, los hermanos Oyagüez, Julio Berrocal, Agapito Urueña, José González, Antonio de la Rosa, Juan A. Cañada, Maroto, Jesús San José, Jesús Puertas y Antonio Ruipérez (FASA), así como los ya mencionados Benedicto García, Valeriano Benito, Madrazo, Marino (RENFE), Félix García y Carretero (Banca).

No tan directa, pero sí determinante, fue la implicación en dichos conflictos de religiosos como Manuel González (Manolo el Ojazos, le llamaban todos), Buenaventura Alonso, José L. González e Hipólito Remón (La Pilarica); Millán Santos, Carlos Fernández Cid (muy vigilado por las autoridades civiles por haberse entrevistado, en 1974, con un tal Felipe González), Paulino de Paz y Aureliano Sánchez (Santo Toribio); Emilio Mozo y Domicio (San Andrés), José Velicia (San Ildefonso)... Y otros como Paciano Martínez, Carlos López, José Pachón, Julián Bajo y José M. Hernández, quienes, además de mantener las labores de cobertura y apoyo ya mencionadas, comenzaron a solidarizarse con los huelguistas mediante homilías que no tardaron en ser denunciadas a la autoridad gubernativa. Entre las manifestaciones más destacadas de contestación clerical tenemos, en primer lugar, las protestas de Paciano Martínez, J. Velicia, Millán Santos, Carlos López Alonso, Buenaventura Alonso Gómez, José Pachón, Luis Resines y otros contra la detención (en 1972) de sus compañeros Carmelo Pozas (a punto de ordenarse jesuita) y González Álvarez (entonces dominico), acusados de organizar las huelgas de la construcción: las protestas se saldaron con el traslado de todos los religiosos a dependencias policiales. Con ocasión del famoso Proceso 1001 (en el cual figuraba el electricista vallisoletano L. Fernández Costilla) la autoridad civil multó a Millán Santos, Julián Bajo Villacé y Carlos López Alonso por solidarizarse con los encausados en sus homilías; y el mismo Millán y el militante de la HOAC Benedicto García Tajadura declararon en el juicio en favor del "Chispa", apelativo cariñoso con el que algunos activistas del PCE se referían al electricista pucelano.
Sin salirnos aún de la conflictividad obrera y estudiantil, es menester recordar la labor realizada por abogados de filiación socialista y democristiana como Roberto Fernández de la Reguera, Terradillos, Alonso Franch, Izquierdo, Colino, Pérez Solano y Casado.
Aparte de las motivadas por los conflictos, muchas de las reuniones clandestinas organizadas en los años 70 lo fueron en la iglesia de La Pilarica y en otros locales religiosos de la ciudad, y no pocas tuvieron como principal convocante al colectivo Cristianos por el Socialismo de Valladolid, más o menos dirigido por Manuel González y que agrupaba a unas 30 personas, entre religiosos contestatarios, militantes de JOC, VOS y HOAC, y personalidades tan significativas como Fernández de la Reguera o Jesús Quijano. Otro foco aglutinador de reuniones fue la famosa Librería Villalar, regentada también por Manolo Ojazos y dispuesta a compaginar la difusión cultural con la movilización antifranquista. Reuniones clandestinas y difusión de cultura obrera fueron ingredientes decisivos en la actuación del grupito vallisoletano de ZYX, liderado por el matrimonio María Jesús Labrador-Antonio Romón, y en el que también estaban otros "hoacistas" como Agapito Urueña, Pérez Cabello y Benedicto García. Con el objetivo de incentivar la militancia y concienciar a la clase obrera, la editorial ZYX distribuía libros impregnados de cultura socialista y anarquista en la Librería Villalar, Feria del Libro, reuniones clandestinas, parroquias y Universidad.
Muchos partidos y sindicatos clandestinos (tan numerosos como divididos en aquellos años) siguieron contando entre sus filas con militantes cristianos tan significados en la izquierda vallisoletana como los hermanos Juan y Ramón Cornejo, Carmelo Pozas y Julio Berrocal (CCOO y Plataformas Anticapitalistas), el dominico Gonzalo González Álvarez (MC y CCOO), Agapito Urueña (CCOO), Eduardo López Cornejo (CCOO), los hermanos Félix (PCE y CCOO) y Benedicto García Tajadura (USO primero y CCOO después), F. Suazo (PCE), Pérez Cabello, Manolo González, Quijano, Valeriano Martín, Paulino de Paz, Jesús Puertas y Antonio de Rosa (todos en PSOE y/o UGT). Algunos fueron más osados y crearon su propia organización, como los hermanos Oyagüez y Antonio Ruipérez, quienes (defraudados por la escisión de USO y apoyados por el sacerdote Paciano Martínez) potenciaron el movimiento asambleario en FASA-Renault mediante Lucha Obrera, plataforma consejista muy influida por su homónima alemana.

Tan importantes como los partidos y sindicatos fueron, a la hora de incentivar la movilización democrática en Valladolid, las primeras Asociaciones de Vecinos, cuya creación no puede ser entendida sin la presencia de esos militantes cristianos. En efecto, la Asociación Familiar de La Rondilla fue creada en 1971 gracias al empuje de la HOAC y de su militante Antonio Ruipérez, y en la Asociación de Santo Toribio (iniciada en 1969 y consolidada en 1972) destacaron entre otros muchos el también "hoacista" Juan A. Cañada (primer vicepresidente) y los religiosos Millán Santos, Carlos Fernández Álvarez y Gonzalo González Blanco. No menos protagonismo tuvieron los militantes de JOC en San Andrés: los hermanos Oyagüez en la Asociación de Vecinos de Girón y Huerta del Rey, y Jesús Puertas en la del Barrio del Hospital. Repletas de "personas inquietas" estuvieron las Asociaciones Familiares de Las Delicias, barrio Belén, La Victoria y Rondilla, que unidas a la asociación de Amas de Casa de Valladolid lanzaron en 1974 y 1975 sendos comunicados en los que, además de arremeter contra el sistema económico capitalista y abogar por el
"control [de la economía]
de todos los ciudadanos por medio de asociaciones representativas", se solidarizaban con los obreros y estudiantes en huelga, pedían la reapertura de la Universidad vallisoletana y la readmisión de los obreros despedidos en diversas fábricas.
Movimientos apostólicos y Comunidades Cristianas de la ciudad siguieron esforzándose por concienciar a la población y propagar una cultura democrática mediante escritos que eran puntualmente difundidos por las principales parroquias obreras pucelanas: así obraron HOAC, JOC, MAS, VOJ, VOS, Educadores Católicos y Comunidades de Santo Toribio y Pilarica, quienes, tras participar en el encuentro de Movimientos y Comunidades Cristianas de Base celebrado en 1973, elaboraron un documento en el que afirmaban su preferencia por los más pobres, arremetían duramente contra el capitalismo, promovían la instauración de un Socialismo democrático y denunciaban las funestas condiciones laborales y vitales de la clase obrera. Para escándalo de las autoridades civiles y sindicales de Valladolid, en ese mismo año veían la luz unas Reflexiones cristianas ante el conflicto laboral de la construcción en Valladolid que remarcaban la justicia de las peticiones obreras, mientras unas octavillas tituladas Al pueblo de Valladolid (firmadas en 1974 por Comunidades y Movimientos Cristianos) se solidarizaban con los obreros huelguistas de FASA-Renault. Es más, con ocasión del 1º de Mayo de 1970, HOAC, JOC, VO y MAS publicaron en El Norte de Castilla un documento contra el sistema político y sindical español que les ocasionó una multa de 5000 pesetas. A los cinco meses de aquello, esas mismas organizaciones (a las que se sumaba ahora el Movimiento Católico de Empleados) empleaban la tinta impresa para protestar contra la suspensión del artículo 18 del Fuero de los Españoles.

A los comunicados vinieron a sumarse una serie de actos de solidaridad con los obreros en huelga de otras regiones, entre los que destacaron el funeral celebrado por los sucesos de Granada (Julio de 1970) y la misa de reflexión celebrada en la iglesia de La Pilarica en protesta por la violente represión desatada contra los obreros ferrolanos de la empresa Bazán (1972). Solidaridad que también tenía su correlato en forma de moneda, como las 7600 pesetas enviadas por HOAC, JOC y VOJ a los obreros granadinos, o las 43405 que los movimientos apostólicos, Comunidades de Base, trabajadores y otros colectivos vallisoletanos hicieron llegar al obispo ferrolano para socorrer las necesidades de las familias afectadas por el conflicto de la Bazán.
Como en años anteriores, los informes de las autoridades civiles y sindicales de la ciudad insistían en la actividad opositora desarrollada por parroquias, movimientos cristianos y Comunidades de Base, a los que no dudaban en calificar como afines al comunismo. Así, el Delegado Provincial de Sindicatos, a la hora de reflejar el "ambiente político" y detallar los grupos de oposición activos en 1974, destacaba por sus acciones a los
"Movimientos Apostólicos (...) HOAC-JOC, VOS-VOJ; y MA, y les presentaba como profundamente infiltrados por el PCE". Dicho partido (continuaba diciendo) y otros como los Grupos de Acción Carlista, CCOO, PSOE, PCI y PC (ml),
"tienen bastante relación con centros parroquiales (Pilarica especialmente), sacerdotes contestatarios, Asociaciones de Amas de Casa, algún grupo universitario, Librería Villalar (...) y unos equipos de abogados jóvenes".
Por su parte, el mismo PCE (
"el principal de todos los crupos que actúan en el campo laboral", señalaba en ese mismo informe el Delegado de Sindicatos) seguía elogiando la labor desempeñada por las Comunidades Cristianas, las "iglesias aliadas" de San Pablo, Delicias, Pilarica, Victoria y Belén, los Movimientos Apostólicos JOC, HOAC, MAS y VOS, y (como decían en 1973) los 20 "curas obreros" afines al "socialismo yugoeslavo". De entre las múltiples aportaciones de estos colectivos, el PCE destacaba su presencia en CCOO, Universidad, Librería Villalar, Círculos Comunistas y Plataformas Anticapitalistas; así como la asistencia a las primeras reuniones de la Junta Democrática de gente como Gómez Bosque, Fernández de la Reguera, Carlos Turiño, 15 sacerdotes jóvenes y algunos integrantes de Cristianos por el Socialismo y Comunidades de Base.
No es de extrañar, por tanto, que en 1975 y con ocasión de las turbulencias en la Universidad pucelana, un grupo ultraderechista local autodenominado Frente Amplio Anticomunista se preguntase indignado:
"Autoridades ¿por qué tolerais las reuniones en los locales religiosos como Sala Borja, en las iglesias como Pilarica, Santo Toribio? Jesuitas ¿por qué aguantais que comunistas amparados en la Orden ensucien vuestra colectividad?".

