Buenas.
La huelga llega tarde, está más que claro, básicamente como dice tarod porque no va a tener utilidad directa, que sería la de mostrar una fuerza tal como para poder echar atrás las medidas, como sí ocurrió con convocatorias a huelga pasadas, que lograron modificar los planes de los gobiernos de turno. Pero es el contexto en el que se ha convocado lo que considero más importante, y me gustaría compartir alguna que otra reflexión al respecto, animando al debate sano y constructivo.
Ante lo que estamos no es solamente ante una batería de medidas que recortan derechos históricamente conquistados, sino ante el inicio de un proceso de intento de cambio del modelo social para Europa del Sur. FAES, organismo de reflexión del ala neoliberal del PP, habla de hecho en uno de sus últimos textos de proceso de "latinoamericanización de Europa del Sur".
¿Y a qué se refieren? Pues a un intento de remodelar la estructura del estado conocido hasta ahora como del bienestar, principalmente en lo que se refiere a las políticas de gasto. El proceso de privatización y de reducción del gasto social y de recortes de salarios (directos e indirectos) en ese sentido, no han hecho más que comenzar. Y eso es algo que podremos constatar con el paso del tiempo, pero como ya se vislumbra el hecho de que estamos ante un intento de cambio del modelo actual existente, las posiciones ante la convocatoria a huelga deberían tener en cuenta este hecho.
Los propios sindicatos parecen estar teniendo en cuenta esta realidad, y a pesar de haber convocado tarde y mal, separando previamente al sector público (tan importante para garantizar el éxito de una huelga general), a última hora están haciendo esfuerzos para que las cosas salgan mínimamente decntes de acuerdo a sus propios intereses corporativos, ya que ese nuevo modelo en construcción también les va a afectar. De hecho, las recientes declaraciones de Esperanza Aguirre sobre los liberados y demás apuntan a que el nuevo modelo de relaciones laborales pretende trastocar las propias estrcuturas sindicales. CCOO y UGT, a pesar de lo que pudiera parecer, se están jugando mucho en esta convocatoria, ya que no pueden permitirse mostrar su debilidad.
Está más que claro que los convocantes han perdido toda su credibilidad, si es que les quedaba alguna, y que esta huelga no va ser seguida masivamente. Muchos trabajadores ven a las cúpulas de liberados sindicales de CCOO y UGT como una panda de vividores, y además, la situación es especialmente angustiosa para muchas familias como para jugársela dando la cara precisamente para secundar una convocatoria realizada por quienes no se merecen ese riesgo.
Pero es posible participar en las movilizaciones y en el debate que se está generando defendiendo la necesidad de oponer una fuerza popular a todas las medidas que se han adoptado y las que están por adoptar, más allá de los convocantes, por supuesto, con criterios propios.
En ese sentido, en Madrid, que es la realidad castellana que mejor conozco, es una buena noticia la reciente creación de asambleas y plataformas vecinales en barrios como Vallecas, Alcorcón, Hortaleza, Lavapiés-Arganzuela, Móstoles o Parla. Ya que desde esas plataformas se persigue el objetivo de tratar de consolidar un movimiento popular que apueste por la continuidad en la lucha frente a todas las medidas antidemocráticas y antipopulares que se han levado a cabo y que nos esperan.
Si la huelga general no moviliza a amplios sectores de la sociedad, lo que es más que probable, el proceso de implantación de ese nuevo modelo se va a acelerar, y en ese sentido, apoyar la convocatoria pero con criterios propios y tratando de que esa fuerza cristalice en un movimiento de continuidad, es desde mi punto de vista la opción más sensata. Más allá de que cada cual tenga o no posibilidad de parar el 29S, lo importante es reforzar el movimiento frente a las agresiones que estamos viviendo, y que en Castilla van a ser especialmente dramáticas.

