Albacete te ha quedado un poco tosca, en el sentido de que para tratarse de una provincia sin tradición como tal, nacida de la reforma de 1833.
Podríamos afinarla más.
Por ejemplo: uno de los bastiones realistas está en el antiguo Marquesado de Villena, en 1521 ya enajenado parcialmente por la Corona tras la derrota maquesal de 1480. Hacer un mapa histórico del marquesado te obligaría a retocar por completo tambiñen Cuenca pero si consideras la parte albaceteña del mismo, aún sin estricto rigor histórico quedará mñas afinado qiue dar carta de naturaleza a una rpovincia inexistente en 1521.
A grandes rasgos podrías tomar casi toda la provincia y denominarla "Gobernación del Marquesado de Villena" una institución efímera creada para el gobierno de las villas enajenadas al Marqués de Villena aunque a la postre esa "gobernación" acabaría con el tiempo dentro de las competencias del adelantado de Murcia.
A continuación toma el Júcar, más o menos lo que vendría a ser la Manchuela y con otro color lo denominas "Marquesado de Villena" Serían a grandes rasgos, las villas que quedaron bajo dominio señoríal después de la capitulación.
En el suroeste podrías meter la encomienda de Yeste y Taibilla, de la Orden de Santiago
Es una división absolutamente tosca quede claro y no es exacta ni mucho menos, pero permite dividir la provincia en tres entidades reales e históricas de 1521.
Esta división puede dar algún juego si desarrollas misiones o tramas variadas. La lealtad d ela villas albaceteñas al rey se justifica en buena medida en sucesos acaecidos hacia el final de la Guerra Civil Castellana, que como ya he comentado a menudo tuvo su episodio local en la "Guerra del Marquesado" El marquesado de Villena comprendía buena parte de la actual provincia y no paró de extenderse "manu militari" hacia el oeste; se trataba de un señorío fronterizo y poderoso que en 1475 estaba en manos de los Pacheco ¿os suena el apellido?
Pero a Diego López Pacheco su desafío al poder real le sale mal, muy mal. Isabel sale vencedora, ha pasado el tiempo de los grandes nobles capaces de desafiar abiertamente a la Corona y se acerca el tiempo de la nobleza dócil y cortesana. Por si fuera poco los villanos están hartos del señorío y la Corona extiende en forma de diplomacia y sobornos largos brazos sobre el poder del Marqués, las fortalezas se entregan a la Corona una tras otra, las defecciones dejan el poder militar de D. Diego López Pacheco reducido a las modestas villas y fortalezas del Júcar y a Chinchilla, la principal, señoreando la Mancha de Montearagón pero en abierta conspiración contra el marqués.
Pero las circunstancias hacen impensable una victoria de la Corona por simple aplastamiento. El Marqués de Vilena tiene amigos y aliados, no en vano es uno de los principales miembros de la nobleza castellana. Con todo recelo las partes se avienen a un arreglo, el marqués capitula, Isabel respeta su vida y posición y le reconoce la posesión de las villas y fortalezas que aún conserve, pero estas son ya pocas y se reducen a poco más o menos la Manchuela de hoy. Chinchilla es incontrolable y está en manos de los realistas: la Corona ve que el enemigo se le escapa mermado pero vivo y se resiste a cumplir sus propias condiciones de paz: no restituye las villas acordadas, en especial Chinchilla retirándolas de manos leales, para entregarlas a un noble de dudosa y forzada lealtad... El Marqués responde a la afrenta de acuerdo a los principios de la vieja nobleza, el conflicto se reabre pero poco puede hacer y capitula en condiciones más duras en 1480.
El Marqués cambia de estrategia y se aproxima a la Corona, trata de obtener a base de diplomacia la restitución de lo perdido a la fuerza, se va convirtiendo paulatinamente en consejero leal y cortesano copmo el que más. Recibe algunas villas como fruto de sus esfuerzos pero ni situadas en el Marquesado ni suficientes para compensar, no ya lo perdido, sino lo no restituido. En cualquier caso perdida la capacidad militar el marqués se adaptará a los tiempos para buscar y obtener honores y prebendas en la corte como miembro destacado de la alta nobleza castellana, pero jamás será en adelante rival capaz contra la Corona.
Y en esas andábamos cuando los comuneros ponen patas arriba la Corona.
- La parte albaceteña bajo dominio del marqués se mantiene leal. El marqués ahora es leal a la Corona y lo que queda de su marquesado son villas no demasiado grandes como para que cale la revuelta.
- La parte de realengo que fue del marquesado sabe positivamente que el Marqués intriga en la corte para lograr la restitución del marquesado y que el Marqués es leal a la Corona... si se rebotan contra la Corona el Marqués tendrá la excusa perfecta para entrar a saco y reclamar su premio... por otra parte estos concejos tienen razones para sentirse liberados por la corona de un señorío gravoso para sus intereses y al que no quieren retornar. Calladitos están mejor, así que el alboroto murciano les resbala bastante y no se ven arrastrados hacia la revuelta.
Y mientras D. Diego López Pacheco II Marqués de Villena, hijo de D. Juan Pacheco, andaba en esas; por Toledo "una tal" María Pacheco nieta de D. Juan Pacheco, I Marqués de Villena, mantenía viva la tradición familiar de tocar las narices a la Corona... aunque el resultado fuese incluso peor que el de su tio no puede decirse que no dejase el pabellón bien alto.
Vamos, que si le metes al juego opciones de diplomacia, sono con estos temas tienes para varias misiones.

