logologologo
logo ··· logo
Noviembre 26, 2024, 06:34:05 *
Bienvenido(a), Visitante. Por favor, ingresa o regístrate.

Ingresar con nombre de usuario, contraseña y duración de la sesión
 
   Inicio   normas Buscar Calendario Expo Castilla Usuarios Ingresar Registrarse Chat Privado  
Páginas: [1] 2 3   Ir Abajo
  Imprimir  
Autor Tema: Recuerdos y bellezas de La Montaña Palentina  (Leído 12359 veces)
0 Usuarios y 2 Visitantes están viendo este tema.
Maelstrom
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +35/-9
Desconectado Desconectado

Mensajes: 1095


Ver Perfil
« : Febrero 06, 2011, 22:47:17 »




Vamos a emprender un viaje por la Montaña Palentina, una de las más interesantes comarcas de Castilla. Una comarca extensa, bastante desconocida, olvidada en muchos aspectos y, por desgracia, infravalorada por la desventaja que supone para ella la proximidad de los imponentes Picos de Europa. Y nuestro viaje (que no pretende ser exhaustivo en datos científicos, etnográficos o de otras índoles) con los sentidos y el corazón, apreciando los pueblos, las gentes y los paisajes de estos parajes de singular encanto.



Hállase el viajero, en los comienzos de este periplo que habrá de llevarle por las entrañas de la Montaña Palentina, en la villa de Guardo. El erudito balear José María Quadrado (colaborador en la monumental obra colectiva Recuerdos y bellezas de España) afirmó que Guardo es una "villa enriscada con ruinosa fortaleza en su cumbre, a cuya espalda principia la sierra con su espesura de robles y abedules". Unida secularmente a las tierras de León (ya que hasta la división provincial de 1833 estos lugares formaban parte de la "montaña leonesa"), Guardo continúa siendo cruce de caminos y gentes, al igual que antaño. Estamos en una tierra de fructífero subsuelo, aflora en ella un carbón negro que durante décadas enriqueció a la villa (hasta el punto de convertirla en la localidad de mayor población detrás de Palencia capital) aunque ahora el carbón, por desgracia, produzca no pocos disgustos y quebraderos de cabeza. La riqueza carbonífera permitió que Guardo fuese lugar de paso obligado para aquel ferrocarril de vía estrecha, inaugurado un 11 de agosto de 1894, que partía de La Robla para transcurrir por Valmaseda y llegar, finalmente, a Bilbao. Después de apenas un siglo durante el que circulaban diariamente el "correo" y largos convoyes repletos de carbón, el único tren que para hoy en Guardo es el que une esta localidad con León.



El carbón trajo consigo la construcción de una central térmica en Velilla del Río Carrión, iniciada en los años 60 y ampliada en 1984. Con ella llegarían (al igual que con la actividad minera) gentes de otros lugares a la villa de Guardo, tachada por algunos de ser un lugar anodino y sin historia. No es cierto. El sacerdote Quirino Fernández buceó con éxito en los archivos, demostrando que Guardo no sólo tenía historia, sino que esta se remontaba a unos tiempos de los que la memoria no guardaba ya vestigio alguno. Situada en territorio cántabro, bien podría ser identificada con el lugar al que esta tribu indoeuropea llamaba Tamaria, tal y como recogen las crónicas romanas. Y aunque es verdad que esto no pasa de hipótesis y conjetura, no cabía la menor duda de que Guardo era "Buardo" o "Boardo" en el siglo X y su nombre quizá procediera de "bucca ad arduum", algo así como "la boca del puerto".
Allá por el 1354, el rey Pedro I de Castilla concedió la villa de Guardo a un tal Juan Rodríguez de Cisneros, que habría de ser el primer Señor de Guardo. Desde entonces muchos señores de diferentes linajes estuvieron al mando de Guardo; nobles a quienes pagar humazgas, martiniegas, fonsaderas y portazgos, pues incluso el paso de los ganados por el puente que vadeaba el Carrión estaba sujeto a pecho. Ni siquiera el Honrado Concejo de la Mesta estaba exento del tributo: se constata cómo a finales del siglo XVI las merinas que suben de Extremadura a las montañas leonesas renuncian a pasar por Guardo, escogiendo hacerlo por San Pedro de Cansoles. Cuando en 1837 los liberales abolieron los señoríos jurisdiccionales, el último Señor de Guardo era Don Pedro de Alcántara Toledo Salm-Salm (decimotercer Duque del Infantado), quien problablemente nunca llegase a saber muy bien donde caía esta villa palentina. Para entonces, la localidad ya tenía un flamante y nuevo puente de piedra (pagado por los pueblos de 20 leguas a la redonda) que había costado más de medio millón de reales.



Salimos de Guardo por la Avenida de Asturias y enfilamos por la carretera de Velilla, flanqueada por el río Carrión. No tardaremos en avistar el cartel que nos indica que estamos ya en Velilla del Río Carrión y, tras rodear una glorieta, entramos en este municipio, dejando a nuestra izquierda la central térmica y a nuestra derecha el Barrio Teminor. Desde Velilla (la "pequeña villa" que otrora fuera Velilla de Guardo) divisamos ya el pico Espigüete, hermoso e imponente. Velilla del Río Carrión es conocida (sobre todo) por la Fuente de la Reina, aunque también es notable la pequeña plaza del pueblo en la que se dan la mano la iglesia parroquial, restaurada en sucesivas ocasiones, y una casa solariega que resulta graciosa y sorprendente. Tres blasones campean en su fachada y dos de ellos vuelven a remitirnos al pasado leonés de estas tierras: en este caso, con las cercanas poblaciones de Valdepolo y Morgovejo.



El viajero no puede dejar escapar una visita a la ya mencionada Fuente de la Reana, identificada por el padre Enrique Flórez con unas Fontes Tamarici documentadas en el siglo I por Gayo Plinio Segundo (más conocido como Plinio el Viejo) en sus Historiae Naturalis Libri. Las características más peculiares de aquellas fuentes (tres manantiales confluyentes en el mismo lecho: "in unum alveum coeunt") eran la de que manaban intermitentemente, tal como ocurre en la actualidad con la Fuente de la Reana; y su condición de augurales, entendiéndose que era un mal presagio el contemplarlas estando secas. Así fue como las observó el legado romano Larcio Licinio...Y la muerte lo sorprendió a los siete días. La Fuente de la Reana (situada junto a una ermita bajo la peculiar advocación de San Juan de las Fuentes Divinas) consiste en un manantial acondicionado con un depósito de piedra sillar ("reana" lo llaman aquí) que se llena y vacía sin intervalos regulares. Sobre él se levantan tres arcos de los que solamente uno es claramente antiguo, aunque los otros dos (realizados en el pasado siglo) se apoyan, no obstante, sobre estribos también vetustos. La fuente mana un agua fría y buena, a pesar de que ahora no haya en ella berros como antaño y sí algunos envoltorios de plástico, tirados por algunos desconsiderados. La Fuente de la Reana es fascinante y atractiva hasta el punto de que existen verdaderos expertos en ella, gentes que (a fuerza de observarla desde la infancia) cuentan al viajero cosas peculiares: que cuando sopla el viento de Burgos es probable que la Fuente mane, que antes de empezar a llenarse suena de una manera peculiar, que no es posible averiguar el lugar por donde mana... No es de extrañar, por otra parte, que esta fuente haya sido declarada Monumento provincial de interés histórico y artístico (1961) y Bien de interés cultural (2002) por el Ministerio de Educación y la Junta de Castilla y León, respectivamente.



En Velilla se inicia el recorrido que (con poca poesía pero mucho realismo) se ha dado en llamar Ruta de los Pantanos. Pronto comprobará el viajero por qué. La carretera abandona Velilla rumbo a esas altivas montañas de caliza que se recortan en el horizonte. Rumbo a esa peña mítica entre los alpinistas que es el Espigüete y de cuya altura da cuenta el hecho significativo de que su silueta se distinga perfectamente desde la población leonesa de Riaño. El camino, apenas nos alejamos de Velilla, se torna angosto, y entre las rocas aparecen abundante ejemplares de sabinas. De repente, la carretera se bifuca: a nuestra izquierda aparece el Camino Vecinal de Valcobero, junto al cual está la agradable Colonia Sierra del Brezo. Apuntemos que Valcobero es una minúscula localidad prácticamente despoblada (ya que sólo cuenta con un habitante), pero que conserva en buen estado la mayoría de las casas, algunas de las cuales han sido restauradas. En Valcobero tiene lugar, cuando llega el día de San Lorenzo, una romería en la que los antiguos moradores del pueblo y sus descendientes bailan al son de los dulzaineros montañeses y juegan a los bolos...



Continuamos con nuestra ruta. La carretera pasa a través de un puente sobre el río Carrión y serpentea entre pinos, matas de roble, jaras, piornos y saúco. No tardaremos en contemplar, a mano izquierda, el embalse de Compuerto. Llegamos a la pequeña población de Otero de Guardo, situada en un lugar soleado, aprovechando un pequeño altozano muy próximo a las aguas del pantano, que anegaron el viejo puente romano y unas conocidas caldas con manantiales de aguas sulfurosas. Los ancianos del lugar podrán relatarte cómo en otros tiempos comerciaron con carbón vegetal o piedras de pizarra destinadas a afilar navajas de afeitar. O hablarte de aquellos viajes a Tierra de Campos en busca de lo que estos parajes les negaban: pan y vino.



Seguimos adelante, y el trazado de la carretera se puebla de curvas fastidiosas. El fastidio aumenta si el viajero atraviesa estas tierras en verano u otoño ya que, al estar bajas las aguas del pantano, puede contemplar en el valle los vestigios de la antigua carretera, que discurre rectilínea junto al cauce del Carrión... Aunque es verdad que el disfrute del paisaje, radiante y agradable, bien merece algún que otro inconveniente. Siguiendo la cola del embalse de Compuerto llegaremos al contiguo pantano de Camporredondo. Y junto a él, la localidad que le da nombre: Camporredondo de Alba, un hermoso pueblo montañés de piedra y teja, sobre el que se proyecta la sombra de la inmensa y grisácea presa. Nadie diría que en este plácido lugar aconteciesen hechos trágicos, ya que una narración popular (recopilada por Gonzalo Crespo Alcalde en sus investigaciones sobre la Montaña Palentina) afirma que el pérfido Duque de Frías raptó a una recién desposada del pueblo y huyó con ella para no volver jamás.


En línea
Maelstrom
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +35/-9
Desconectado Desconectado

Mensajes: 1095


Ver Perfil
« Respuesta #1 : Febrero 06, 2011, 22:48:36 »


Vuelve el viajero a encontrarse rodeando las aguas de un pantano y, debe saber además, que se encuentra a una altura considerable, aunque no lo parezca: el pueblo de Camporredondo, que acabamos de dejar atrás, está emplazado a más de 1200 metros. Son estas, pues, tierras agrestes de escasa vegetación (aunque con excelentes pastos en los puertos tradicionalmente aprovechados por el ganado) que recogen en invierno abundantes y frecuentes nevadas. Los bosques han sido sustituidos por magníficas moles calizas que se yerguen (escarpadas y blanquecinas) hacia un cielo de azul límpido y radiante. Como la inmensidad del Espigüete, cada vez más cerca de nosotros, y en cuyas faldas se hallan los dos Cardaños, el de Abajo y el de Arriba. Cardaño de Abajo es nuestra siguiente parada, se encuentra a la vera tanto del pantano como de la carretera por la que circulamos. De una cantera aquí abierta se extrajo la piedra con la que se levantó la presa del emblase, allá por los tiempos de Alfonso XIII. Para el acarrero de este material tan fundamental hasta pie de obra, se construyó un trenecillo de vía estrecha que atravesaba la fértil vega que luego sería engullida por las aguas. Si el nivel del líquido elemento está bajo, aún es posible contemplar una parte de su trazado: sus restos están constituidos por una pequeña elevación que discurre en línea recta para (finalmente) perderse entre la lejanía...



A poco de rebasar Cardaño de Abajo, veremos el desvío que lleva al otro Cardaño, un encantador lugar situado entre las mayores elevaciones de la Montaña Palentina (Mojón de Tres Provincias, Espigüete, El Concejo, Murcia, Las Lomas...). Si el viajero llega a Cardaño de Arriba por San Lorenzo, tendrá la oportunidad de asistir a la fiesta del Patrono y revivir así una curiosa tradición. Cuenta la leyenda que en las limítrofes tierras leonesas de La Reina (en el valle que surca el arroyo de Lechada) existió un pueblo llamado San Andrés. Al llegar el otoño, sus habitantes emprendían (al igual que otras gentes de La Montaña Palentina) el viaje a Tierra de Campos para hacerse con vino y trigo para el resto del año. Dicen que volvían un padre y un hijo de este recorrido cuando observaron que la cumbre de Peña Prieta, una de las que jalonan el camino, estaba ya envuelta en nieves. Al pasar por Cardaño de Arriba, se encomendaron a San Lorenzo y echaron algunas monedas en su cepillo. Valle arriba, el camino poco a poco se fue tornando también blanco hasta que el carro y las vacas que de él tiraban se atascaron en la nieve. El padre decidió continuar sólo en busca de ayuda, no sin antes proteger al niño metiéndolo en el cillero del carro junto con el perro y unas mantas que llevaban. Abriéndose camino en la nieve, no tardó en encontrar a los vecinos de San Andrés (quienes, sabedores del mal tiempo, habían salido ya en su busca). Apenas se habían encontrado cuando vieron bajar, milagrosamente y sin que nadie lo guiara, el carro. Y el chaval, que nada había podido ver por estar escondido en el cillero, contaba cómo había oído hablar a dos personas que decían:

-Llama hacia arriba, Lorenzo.
-Ya voy, ten, Andrés.


Y desde entonces, los vecinos de San Andrés entregaron puntualmente por San Lorenzo tres velas de cuarterón y real y medio a los de Cardaño de Arriba. Cuenta también la traidición que, a bajar a vivir a Portilla de la Reina la última familia que habitó San Andrés, los portillanos aceptaron este tributo anual. Y así, cada vez que llega la festividad del Santo que muriera asado en la parrilla, los de Portilla y los de Cardaño se encuentran en el lugar denominado Hontanillas. Luego, acuden todos a Cardaño para dar buena cuenta de unas soberbias calderetas de oveja merina, guisadas como Dios manda.



Pero volvamos ya a la carretera que une Velilla con Cervera de Pisuerga. La P-120 sigue serpenteando entre las orillas del pantano de Camporredondo y verdes ondulaciones. Llegamos al hermoso pueblo de Alba de los Cardaños, que antes de la construcción del embalse ofrecía un aspecto bien distinto. De sus tres antiguos barrios (el del Río, el del Castro y el del Campo) solamente sobreviven estos dos últimos, que han quedado separados por las aguas. El otro, precisamente por su situación, fue engullido por el pantano. De él queda, sin embargo, un recuerdo notable: la ermita del Santo Cristo del Río, que se halla bajo la advocación del Cristo de la Batalla de las Navas de Tolosa.



Al llegar al siguiente pueblo (Triollo) la estampa del pico Curavacas es impactante. Tenemos por aquí una buena muestra del paisaje montañés: praderas tapizando un valle ciertamente estrecho que surca un río recién nacido, arropado apenas por la vegetación. Al fondo, unas sierras recubiertas de tojo, brezo y escobas. Lejos, más lejos tal vez de lo que uno desearía, esa peña enorme de cumbre permanentemente envuelta en la nieve, obsesión de no pocos montañeros. Salimos de Triollo, y tras atravesar una vez más las límpidas aguas del Carrión, llegaremos a La Lastra, la última población situada en la cuenca de este río palentino. Hasta La Lastra, el viajero no ha hecho otra cosa que ascender progresivamente en altitud: es hora, pues, de comenzar el descenso hacia Cervera de Pisuerga.
El camino a seguir discurre ahora por un valle que se conoce como Valle Estrecho, cuyos ríos y arroyuelos vierten ya sus aguas al Pisuerga. Con la entrada en estos nuevos parajes, el paisaje empieza a experimentar transformaciones. Aparecen la Peña de Santa Lucía (que habrá de ser un buen punto de referencia junto con Peña Redonda) y los bosques. Las calizas que el viajero tiene a su izquierda son un buen refugio para los buitres que, en los mediodías calurosos del verano, planean con parsimonia sobre las rocas exhibiendo la envergadura de sus alas. Incluso cuando no vuelan, les delatan unas enormes manchas blancas producidas por el efecto de su guano sobre la piedra.
El paisaje que ahora contemplamos es enteramente exclusivo de un apacible y extenso bosque de hayas y robles. El otoño es aquí, como en todos los bosques caducifolios, espectacular por su colorido. Tórnanse cerezos y hayas del color de la sangre en una combinación fantástica con el amarillo del roble, el chopo y el fresno. Antes de que el viajero haya sobrepasado Santibáñez de Resoba, probablemente sienta la necesidad de detenerse más de una vez para contemplar pausadamente la estampa del Valle Estrecho. La carretera atraviesa ya Santibáñez de Resoba, municipio localizado en la ladera de una escarpada montaña. Llaman nuestra atención los nogales y, cuando están cargados de frutos, los espinos albares y escaramujos.





Unos kilómetros de curvas más adelante, veremos a nuestra derecha el desvío que lleva a dos de los más tradicionales pueblos de este Valle Estrecho: San Martín de los Herreros y, más allá, Rebanal de las Llantas. Ambos están situados en las márgenes del río Rivera, que nace en término municipal de Rebanal de las Llantas, concretamente en el manantial que se ha dado en llamar "la deshondonada". Es una fuente muy peculiar, que bien merece una visita. Rebanal es un pueblecito de casas montañesas situado al abrigo de Peña Redonda y conserva un hayedo magnífico en el que, tal vez, podamos toparnos con algunos ciervos. San Martín de los Herreros, al igual que la vecina Rebanal, está rodeado de amplios bosques donde habitan (entre otros) corzos, zorros y garduñas. Parece ser que, tal y como su nombre indica, tuvo ciertamente un buen número de herreros, algunas de cuyas fraguas aún se conservan. Por el contrario, nada tiene que ver el nombre de Rebanal de las Llantas con lo que el viajero piensa, sino con las plantas. Son también interesantes algunas de sus casas, ya que (por su buena conservación o restauración) en ellas se puede observar todavía el entramado con adobe o con ladrillo.



Volvemos al cruce que tomamos para conocer San Martín y Rebanal y continuamos nuestro recorrido por la P-120. No tardaremos en llegar a Ventanilla, a muy poca distancia del embalse de Cervera. Este pantano toma sus aguas del río Rivera, hallándose la presajunto a Ruesga. Levantado en 1923, tenía la misión de regular el caudal de agua del Canal de Castilla. Para llegar a Cervera de Pisuerga, el viajero tiene dos posibilidades: pasar por Ruega o, bien, hacerlo por el cercano Parador de Cervera. Desde este edificio cálido y acogedor tendremos una vista inolvidable de las altísimas cumbres que nos han acompañado durante todo el viaje: las del Espigüete, el Curavacas y Peña Redonda.



Hace ya mucho tiempo, el ilustre viajero José María Quadrado dejó escritas apenas unas líneas sobre Cervera. No le debió interesar mucho esta villa, pero, por el contrario, mostró un interés desmesurado por Aguilar de Campoo, localidad a la que se referiría en no pocas páginas. La brevedad con la que expresa su impresión sobre Cervera de Pisuerga, que tan poco llamó su atención, resume sin embargo la esencia del lugar. Decía Quadrado: Cervera, cabeza del partido, es una linda población serrana de anchas y limpias calles y de amenos contornos, cuya plaza regular cierran cómodos soportales, y cuya iglesia de cantería se eleva a la falda de un cerro con la advocación de Santa María del Castillo. Mucho ha cambiado la villa desde que este escritor balear pasara por ella, pero Cervera sigue conservando el encanto de lo añejo. Recomendamos visitar la citada iglesia (de estilo gótico, algo inusual en la Montaña Palentina, y que contiene las sepulturas de Gutiérrez P. de Mier y su esposa, Camareros de los Condestables de Castillla); la Plaza mayor, cerrada por agradables soportales y rebosante de castellanía; o el Museo Etnográfico Piedad Isla. Y a muy poca distancia de Cervera, en la localidad de Vado (pedanía de Dehesa de Montejo) tenemos la posibilidad de ver un sorprendente eremitorio rupestre, provisto de varias tumbas.



Terminamos aquí nuestro periplo por la Montaña Palentina...
En línea
caminante
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +68/-187
Desconectado Desconectado

Mensajes: 3485


Y subiéndose a los montes, comunica por hogueras


Ver Perfil
« Respuesta #2 : Febrero 07, 2011, 18:34:01 »


Me ha gustado más que otros recorridos que has hecho por nuestra geografía porque aquí hay más sentimiento.El viajero recorre los caminos y los pueblos, y pasea su mano por el terciopelo verde de estas montañas de donde bajaron nuestros abuelos.
En línea
S.P
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +33/-13
Desconectado Desconectado

Mensajes: 1534



Ver Perfil
« Respuesta #3 : Febrero 07, 2011, 23:49:24 »


Buen curro como siempre icon_biggrin
En línea

" Llevo a Castilla en las plantas de mis pies "
Maelstrom
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +35/-9
Desconectado Desconectado

Mensajes: 1095


Ver Perfil
« Respuesta #4 : Febrero 08, 2011, 04:09:30 »


Gracias, caballeros. icon_mrgreen
Sitios con encanto no faltan en La Montaña Palentina. Vamos con unas imágenes:







































En línea
S.P
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +33/-13
Desconectado Desconectado

Mensajes: 1534



Ver Perfil
« Respuesta #5 : Febrero 08, 2011, 05:48:05 »


Increible  icon_eek  icon_eek icon_eek
En línea

" Llevo a Castilla en las plantas de mis pies "
Vacceo Palentino
Comunero de mérito
*****

Aplausos: +0/-0
Desconectado Desconectado

Mensajes: 389



Ver Perfil
« Respuesta #6 : Febrero 08, 2011, 06:22:56 »


Pues ya sabes compa, a ver cuando te apuntas a una excursioncilla por estas tierras, que guías no te van a faltar
En línea

Castella vires per saecula fuere rebelles
castilla1521
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +2/-0
Desconectado Desconectado

Mensajes: 1940



Ver Perfil
« Respuesta #7 : Febrero 08, 2011, 06:26:21 »


Precioso
En línea
S.P
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +33/-13
Desconectado Desconectado

Mensajes: 1534



Ver Perfil
« Respuesta #8 : Febrero 08, 2011, 07:14:18 »


Pues ya sabes compa, a ver cuando te apuntas a una excursioncilla por estas tierras, que guías no te van a faltar
A mi no me digas esas cosas dos veces que empiezo a mirar fechas en el calendario  icon_lol
En línea

" Llevo a Castilla en las plantas de mis pies "
Vacceo Palentino
Comunero de mérito
*****

Aplausos: +0/-0
Desconectado Desconectado

Mensajes: 389



Ver Perfil
« Respuesta #9 : Febrero 08, 2011, 08:48:51 »


Pues ya sabes compa, a ver cuando te apuntas a una excursioncilla por estas tierras, que guías no te van a faltar
A mi no me digas esas cosas dos veces que empiezo a mirar fechas en el calendario  icon_lol

Pues ya sabes que encima un compa vive en Cervera, en el corazón de la Montaña Palentina
En línea

Castella vires per saecula fuere rebelles
Páginas: [1] 2 3   Ir Arriba
  Imprimir  
 
Ir a:  

Impulsado por MySQL Impulsado por PHP Powered by SMF 1.1.12 | SMF © 2006-2009, Simple Machines LLC
SMFAds for Free Forums
XHTML 1.0 válido! CSS válido!