Cuando José María Aznar y Felipe González nos dictan al común de los ciudadanos una lección de indecoro e insolidaridad, cuando nos enteramos que María Dolores de Cospedal gana al año 241.000 € con el cobro de tres sueldos públicos, cuando sabemos que el presidente de la Diputación de Castellón no tiene mas remedio que declarar un patrimonio de 3,9 millones de euros cuando hace cinco años no declaraba ninguno, nos enteramos que, de manera totalmente accidental, se ha sabido que hace siete años, Julio Anguita renunció por escrito a la paga de pensión máxima vitalicia a la que tenía derecho como ex parlamentario, argumentando que “con la pensión que le correspondía como maestro tenía bastante”.
Genio y figura. Julio Anguita viene a demostrarnos que el dicho populista de “todos los políticos son iguales” no se verifica, al menos en su totalidad. Que hay distintas formas de ser y estar en la política, de entender los compromisos éticos y ejemplarizantes de un cargo público y que la erosión que afecta a nuestra moral pública tiene un freno.
Programa, programa, programa.¿Cansino?, tal vez.¿Honesto?...seguro.Ese programa, programa, programa que traía a mal traer a Cantinflas(Felipe González) era un contrato de verdad con el votante.
Claro que este si es un político al que respeto y no ese muñón socialista que es Llamazares.
¿Tonto útil de la derecha por la famosa pinza?.Tonto útil de la regeneración democrática, gracias a la valentía de Anguita sabemos entre otras cosas mucho de la guerra sucia de la época dorada(de oro) del socialismo español.
Hace poco le entrevistó Luis del Pino en esRadio.¡Fantástico!,¡valiente!.Fíjate si es valiente que se atrevió a reconocer terribles dudas en torno a la versión oficial del 11M, que harían necesario el volver a reabrirlo e investigarlo a fondo.

