Buenas. Solamente quiero volver a lo que comenta Ginevra, porque me parece fundamental para resituar de nuevo el tema de la verificación de la tregua: estamos ante un conflicto de naturaleza política, un conflicto que tiene varias expresiones violentas (desde mi punto de vista, y por desgracia para la calidad demorática de este estado español, la violencia del estado no se puede reducir unicamente a los GAL, sino que incluye otras expresiones como las torturas, detenciones, los encarcelamientos masivos a vascos por ejercer política por vías exclusivamente democráticas, ilegalizaciones, etc.)
Vuelvo a recalcar la idea de que por mucho que deseemos encontrarnos ante un escenario de ausencia de violencias, por mucho que lo deseemos, eso no basta: no podemos confundir nuestros deseos con la realidad de las cosas, es necesario crear las condiciones políticas para lograr el cese definitivo de las violencias y para crear un escenario de superación de conflicto en clave democrática.
Y en ese sentido, si una de las partes implicadas en el conflicto da pasos, tal y como está ocurriendo, la verificación es fundamental para que la otra parte tome nota y de a su vez también pasos para la creación de esas condiciones que traigan la paz. Si no hay verificación, no se puede avanzar, o por lo menos es mucho más complicado. Creo que es bastante lógico entenderlo.
Por el momento, el estado no quiere entrar a verificar esos pasos, porque eso supondría admitir publicamente que desde la organización armada se están dando pasos, pasos que habría que ayudar a solidificar dando a su vez otros pasos por parte del estado (tal y como hizo en su día el PP acercando a presos sin delitos de sangre a cárceles vascas, por ejemplo)
De eso es de lo que se trata cuando estamos ante un proceso de paz. De que ambas partes vayan verificando que la otra parte tiene voluntad de llegar a un acuerdo.
Actualmente el estado no tiene voluntad de crear ese escenario que posibilite una superación del conflicto en clave política y dialogada, porque eso supondría abrir el melón de la cuestión nacional, cuyo potencial desestabilizador es mucho más grande que ningún atentado. Y esto es obvio, ya que abriendo la caja de pandora de la cuestión nacional es la propia supervivencia del estado bajo su actual forma la que se pondría en cuestionamiento.
Por eso, tanto para conseguir la paz como suoperar el cinflicto en clave democrática, como para que se reconozcan los derechos negados de los pueblos, va a ser necesario forzar democráticamente al estado español.
En el País Vasco se está creando una mayoría social dispuesta a ello.
Esperemos que todo termine en buen puerto.