Desgraciadamente para los zamoranos (y para los gallegos) las obras están casi paralizadas. Buena parte de las subcontratas han sido enviadas a casa y las que siguen trabajando lo hacen despacio y con escasos medios desde hace ocho meses.
Afortunadamente los tramos de la otra línea del noroeste va a buen ritmo. Los túneles de La Robla han sido perforados, las líneas eléctricas interiores están casi listas y el objetivo es drenar miles de litros de agua que se filtran desde las montañas al interior de los túneles. Algo es algo.