Todo esto es muy gracioso, no sé a qué viene ahora debatir sobre esto, porque supuestamente Castilla son 17 provincias. PUnto. Se acabó. Por supuesto, quien diga que León (o Zamora, o Salamanca) no son Castilla corre el peligro de ser llamado carreterista, cazurrista, paracaidista o troll. Pero, faltaría más, siempre surge la duda de si Palencia y Valladolid (sobre todo, Valladoid) son Castilla o no. Pues nada, habrá que tomar la determinación de que palentinos y pucelanos nos unamos, formemos la República Independiente del Carrión y el Pisuerga, y mandemos al resto de "hermanos" castellanos siempre con ganas de apuñalarnos al mismísimo infierno. Mira, y quizá así tendríamos oportunidad de unirnos con Cantabria (con la que tanto palentinos como pucelanos tenemos tantísimas cosas en común), formando así una comunidad autónoma realmente moderna, y lo más importante, sin cainismo.
Dicho esto, y ya que se debate, no me resisto a aportar mi granito de arena en el asunto, teniendo en cuenta que todo lo que digo es estrictamente cierto desde el punto de vista histórico. Pero bueno, por lo visto no hay que mirar a lo que era Castilla en el S. XIII, sino al S. XXI, en el cual Castilla es.... dejademe pensar... absolutamnente nada.
Bendita es la ignorancia.
Tanto Valladolid como Palencia cuando Castilla a estado separado de León y con excepción del breve reinado de Sancho II, siempre pertenecieron al Reino de Castilla, incluso con la unión de los dos reinos en la persona de Fernando III y hasta final de la Edad Media, Valladolid y Palencia siempre estuvieron encuadradas dentro del Reino de Castilla y no en el de León.
Es normal encontrarse las tan manidas discusiones en foros sobre la castellanidad de Valladolid y Palencia, la tradición erudita del siglo XVI que hizo del Pisuerga el limite eterno entre los reinos a llegado hasta nuestros días, y no solo elementos como Anselmo Carretero se empeñaban en leonizar esas provinicias, si no que hoy en dia se pueden encontrar trabajos como el de la historiadora Esther Peña Bocos, llamado: "La atribuación Social del Espacio en la Castilla Altomedieval" que no incluye en su estudio los territorios al este del Pisuerga ya que para ella su objeto de análisis es: "el reino de Castilla entre el mar Cantábrico y el Duero o la Castilla propiamente dicha"
Recomiendo a algunos en este foro que se lean un trabajo de alguien al que según veo aqui se suele criticar, me refiero a Gonzalo Martínez Díez, aunque a algunos les suene a chiste a día de hoy es el maximo exponente sobre la historia de Castilla, el titulo del trabajo lo dice todo: "Palencia en Castilla o la Castellanidad de Palencia", Voy a pegar un tocho grande de la introducción del trabajo, ya creo que habrá en este foro Palentinos y también Vallisoletanos (son de la misma raiz) que les puede interesar esto.
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Durante toda la Edad Moderna y la Contemporánea la unidad administrativa continúo siendo el Corregimiento, la Intendencia o la Provincia; las agrupaciones superiores de las administraciones militar, universitaria, judicial o eclesiastica, cada una de las cuales reunía varias provincias, trazaron sus demarcaciones con criterios distintos de espaldas a la historia contribuyendo así a distorsioar todavia más los recuerdos de cualquier frontera historica dentro del reino castellano-leonés.
Esta carencia de criterio firme y de tradición histórica se reflejaba hasta en la instrucción elemental escolar donde unas veces se enseñaba que Castilla la Vieja se componia de seis provincias: Santander, Burgos, Logroño, soria, Segovia y Avila, y otras veces Castilla la Vieja se formaba con esas seis provincias más Palencia y Valladolid. Por el contrario, León como región constaba ya de tres provincias: León, Zamora y Salamanca, ya de cinco: León Zamora, Salamanca, Palencia y Valladolid.
Estas vacilaciones a la hora de incluir las provincias de Palencia y Valladolid en Castilla la vieja o en León, no eran otra cosa que el ultimo fruto de la falta de una división regional durante toda la Edad Moderna y Contemporanea, de un desconocimiento del pasado medieval.
Porque historicamente no existe ninguna duda ni vacilación; desde 1157 en que a la muerte de Alfonso VII se divide el antiguo y unico reino leonés en dos porciones, una que continua con el viejo nombre de León y otra que asume el nombre de reino de Castilla, las tierras hoy de las provincias de VAlladolid y Palencia serán del segundo de estos reinos, y dentro del rieno de Castilla permanecerán siempre mientras éste existió separado de León, y continuaran castellanas sin interrupción dentro del aMerindad Mayor o Adelantamiento de Castilla durante los siglos XIII, XIV, XV, XVI hasta que ya entrada la Edad Moderna, comience a olvidarse la frontera que separó desde 1157 a los reinos de Castilla y León, y que continuo dentro del reino unificado, dividiendo a la Merindad Mayoro Adelantamiento de Castilla del de León.
Y si hoy existe algún movimiento minoritario, extraño por completo a los hombres de Palencia, que con terquedad digna de mejor causa insiste en negar la castellanidad de Palencia, esto es debido, aparte de los intereses politicos y localistas de esta negación y de una total indocumentación histórica, a ue el nomre de Castilla se ha venido aplicando simultánea o sucesivamente a relidades territoriales muy diversas.
En mi opinión por aquí está la clave del asunto. Pensar que, a partir de 1230, Fernando III supuestamente unifica en sus sienes las Coronas de Castilla y León al fallecimiento de su progenitor Alfonso IX de León, todo esto ha sido un totum revolutum en el que todo es Castilla es un grave error.
Pero existe un gran desconocimiento sobre una obra que es fundamental para desmontar la argumentación de que la gran Castilla existe desde mediados del S. XIII, y es el Libro Becerro de las Behetrías de Castilla, obra de campo realizada por encargo de Pedro I a mediados del S. XIV (se suele datar en 1351-52). O sea, 130 años después de la supuesta unión defiitiva de León y Castilla.
Se trata de una obra, ya digo, básica para efectuar un deslinde verdadero entre Castilla y León, y que por ejemplo Anselmo Carretero obvia y no toma en cuenta a la hora de realizar sus mapas.
En realidad el título del manuscrito es "Becerro de las Merindades de Castilla", que recoge con mayor fidelidad lo que trata y se recoge en el mismo, pero su título fue cambiado por el editor santanderino Fabián Hernández en 1865.
Un dato capital a tener en cuenta es que, a pesar de la vital importancia del manuscrito, solamente ha sido editado en dos ocasiones: la primera, la ya comentada de Santander de 1865, reeditada en 1886, y el maravilloso estudio crítico realizado por Don Gonzalo Martínez Díez ¿de qué me suena este nombre? en 1981, curiosamente, en una colección editada por Caja de León en 1981 titulada "Fuentes y Estudios de Historia Leonesa", cuando la obra (en tres magníficos volúmenes, uno de ellos con mapas) trata en exclusiva de Castilla y para nada de León. Lamentablemente, al no haberse reeditado, hoy es objeto de colección y su cotización en segunda mano, en librerías de viejo, se sitúa alrededor de los 300 €. En las bibliotecas tampoco es prestable, por lo que... no sé, como que existe una mano negra que pretende ocultar tan espléndido trabajo del jesuita burgalés, que no haya sido reeditado, pese a su evidente interés. No será así, pero desde luego lo parece.
En el Becerro de las Behetrías se especifica claramente la división administrativa de la Castilla septentrional, la situada al norte del Duero y por tanto al norte de las Comunidades de Villa y Tierra.
No quiero extenderme aquí demasiado, pero integraban la Merindad Mayor de Castilla 19 merindades menores, si bien 4 de ellas, las más orientales (Bureba, Rioja-Montes de Oca, Logroño y Allende Ebro), no están explicitadas (es de suponer que no dio tiempo a acabar el trabajo a los funcionarios de la época, que iban localidad por localidad recabando información).
Al parecer, esta división administrativa surge a partir de la segunda mitad del S. XII, y se prolonga en el tiempo, con cambios de poca importancia (la Merindad Mayor de Castilla se divide en 1502 en dos adelantamientos, de Burgos y Campos, pero perfectamente delimitado éste último (el más occidental) de la división territorial leonesa, diluyéndose progresivamente en una administración cada vez más centralizada, con los Austrias, cuando se pasa a un nuevo planteamiento territorial basado en los Corregimientos, que, a pesar de todo, tenían su base en las antiguas Merindades.
Posteriormente se dan unas divisiones (por internet hay muchos mapas) que seguramente tendrían su explicación, pero que tienden a embrollar la cuestión. Como ejemplo pondré que la zona zamorana de Villalpando, de la que es originaria mi madre, según en Catastro del Marqués de la Ensenada (segunda mitad del S. XVIII) pertenecía a la provincia de... ¡¡¡BURGOS!!! Con eso se comenta por sí sola la arbitrariedad de las divisiones, posiblemente basadas en posesiones de nobles y clero.
Pero sobre lo que no hay discusión posible es el límite entre Castilla y León, que coincide de forma muy significativa con el pactado en 1183 en el Tratado de Fresno-Lavandera entre Fernando II de León y Alfonso VIII de Castilla. Las merindades castellanas más occidentales que hacían raya con el Reino de León eran, de norte a sur: Asturias de Santillana, Liébana-Pernía, Saldaña, Carrión e Infantazgo de Valladolid. De este modo, sería leonesa una pequeña franja del oeste de la actual provincia de Valladolid, pero castellana la zona leonesa de Sahagún (como perteneciente a las Merindades de Carrión y Saldaña). Una pequeña parte de lo que es hoy el Principado de Asturias, del otro lado del río Deva, también sería castellana.
De lo que no trata el Becerro, al estar fuera del ámbito de su propósito geográfico (la Merindad Mayor de Castilla), es de la frontera entre Castilla y León al sur del Duero, pero ésta se halla también claramente delimitada porque es sabido que la Comunidad de Villa y Tierra más noroccidental de Castilla era la de Medina del Campo, cuyo territorio fue tratado magníficamente por Maelstrom en otro hilo, al cual me remito. Más al sur, y haciendo frontera con el Reino de León, estaban las Comunidades de Villa y Tierra de Arévalo, Ávila, Béjar o Plasencia. Por tanto, partes de la actual provincia charra sí estarían del lado castellano de la frontera, tanto la Comunidad de Villa y Tierra de Béjar como porciones de las de Arévalo, Ávila y Plasencia. Del mismo modo, parte de la actual Cáceres sería castellana.
Dejando aparte al Becerro de las Behetrías, podríamos comentar también la constancia del fuero de Brañosera en 824, por Nuño Núñez al frente de los foramontanos de Malacoria, la más que probable relación genealógica de éste con posteriores condes burgaleses, así como que el condado de Monzón (seguramente heredero del primitivo de Brañosera) se integra definitivamente en Castilla en el año 995. O sea, gran parte de la actual provincia de Palencia ya era castellana antes del primer milenio.
En cuanto a Valladolid, en fin, no adquiere relevancia hasta avanzada la Edad Media, quizá salvo la localidad de Simancas, que había sido sede episcopal durante 20 años en la segunda mitad del S. X (sí, bajo jurisdicción leonesa). Alfonso VI concede en 1074 a Pedro Ansúrez, de la familia de los Beni Gómez (linaje ligado a Liébana y Saldaña, territorio que en aquella época efectivamente podría considerarse leonés), una minúscula aldea que en poco, muy poco tiempo, menos de 200 años, en villa de capital importancia, hasta el punto de que se acuño el dicho "Villa por villa, Valladolid en Castilla". Porque desde la segunda mitad del S. XII siempre estuvo del lado castellano.
Por tanto, poner en el mismo saco a Palencia y a Valladolid que a Zamora y Salamanca (como se ha hecho en este mismo hilo) me parece, cuando menos, tendencioso.
Para ir terminando, lo único que he pretendido es fijar la que fue frontera entre los Reinos de León y Castilla hasta 1595, bien delimitada e inalterada a lo largo de más de 400 años. O sea, que quede claro que la definitiva unificación en una misma persona de ambos reinos no significó que a partir de entonces todo fuera lo mismo. Acabamos de ver que no fue así. No pretendo en absoluto otorgar carnets de castellano a nadie, castellano será quien lo quiera ser. Somos demasiado pocos, aguantando rodeados de españoles, como para rechazar miembros. Simplemente, repito, he intentado fijar el límite que más perduró en el tiempo entre León y Castilla.
Dicho todo lo cual, no pretendo que se modifiquen los límites provinciales. Pero simplemente moviendo "una pizca" las fronteras entre Asturias y Cantabria, Palencia y León, Valladolid con León y Zamora, o Ávila con Salamanca, tendríamos muy perfilada la verdadera línea. Distinto es el tema extremeño de Plasencia, con el cual entraríamos en un contencioso similar al de Utiel y Requena. Por cierto, las localidades hoy valencianas siempre se reivindican como castellanas, pero pocas veces (por no decir ninguna) la localidad placentina.
Creo que ya me he extendido demasiado, perdón por la brasa y muchas gracias por leerme.
PD: No soy ni leonesista ni carreterista.

