Es que en los pueblos somos un atajo de vagos sin oficio ni beneficio por gusto, donde va a parar...
Obviamente no, pero sí es cierto que es varias veces más difícil la enseñanza en los pueblos que en las ciudades de provincias. Madrid y su área metropolitana son otro cantar.
Yo he ido toda mi vida a un Colegio Rural Agrupado, y en la ESO fui a un instituto de cabecera comarcal... el número de cabestros por aula era ciertamente insondable. No les importaba otra cosa que los toros, romper cosas tirándoles piedras, pegarse cada dos por tres, reírse de los profesores en su cara... lo que yo vi allí fue sorprendente. Tanto que cuando llegué al instituto de Guadalajara donde cursé el Bachillerato, aquello era miel sobre hojuelas.
Y sí, Gayathangwen. Están así porque quieren. Porque ninguno quiere estudiar. Les basta con destripar terrones el resto de su vida, o meterse de ayudante de cualquier negocio familiar del pueblo y no salir nunca de allí. Sin esperanza, sin futuro. Ir a los toros. Beber en el garaje de alguno de ellos. Meterse a un corral a fumar porros. Poco más les interesa.
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En el fondo la cerrazón de mente del mundo rural castellano es así porque los propios pobladores así lo quieren: refractarios a todo lo externo, viven y mueren cerrados en su burbuja. Y mientras sigan despreciando lo que viene "de la capital", así les va a lucir el pelo, como digo: sin futuro y sin esperanza.