El 23-F visto con 17 años
Jon Laburu
Han pasado 25 años y 1 dÃa. Valga el tópico, parece que fue ayer. Para quienes aún tenemos memoria, asà es. No es fácil olvidar aquellas dramáticas horas. Tengo 42 años y entonces, 17, o sea, que uno era menor de edad cuando a eso de las cinco de la tarde comenzaron los rumores de que algo gordo ocurrÃa en la Carrera de San Jerónimo.
Un senador de EAJ/ PNV, Anasagasti, recordaba, en esta misma web, que acudió a Marqués del Puerto, 4, donde estaban Uxune Retolaza, Peru Ajuria y Xabier Arzallus, oyendo la radio. Nosotros, anónimos militantes de base, a 20 kilómetros de allÃ, en el principal pueblo de Araba, aguardábamos instrucciones jerárquicas oficiales, que nunca llegaron. Y digo bien: instrucciones. Para saber qué hacer. Porque estábamos convencidos que, esa misma noche, vendrÃan a por nosotros. No tenÃamos ningún atisbo de duda.
Años atrás, habÃan venido a llevarse, de la misma casa, a quien serÃa uno de los miembros del Araba Buru Batzar en la Asamblea de Iruña-77. La ficha policial, 25 años después del golpe, en 2006, sigue en el cuartel de la Guardia Civil incumpliendo toda normativa legal y, por supuesto, la Ley de AmnistÃa General de la llamada Transición. Pero asà escriben la historia, los fascistas.
Ese dÃa, el 23-F, me hice mayor de edad por anticipado. El desconcierto era total. Llamé al Princesa SofÃa de Barcelona donde, por circunstancias de trabajo, se alojaba aquel burukide de EAJ/PNV para que me indicara qué debÃa hacer, en calidad de hijo y como militante. QuerÃa saber cómo poder salvar a Ama y al resto de hermanos, entonces de 15, 12 y 5 años de edad. Su respuesta, serena, me dejó estupefacto, a la vez que alivió mi nerviosismo y miedo atroz, aún a sabiendas que algo tenÃamos que hacer: “No va a pasar nada; si no ha entrado ya (eran las siete y media de la tarde) esa autoridad militar que han anunciado (Alfonso Armada) para hablar a los diputados, van a fracasar. Estad tranquilos, y mañana todos a Orduña como si no hubiera pasado nadaâ€. Nos instaba a acudir al Colegio, donde también estudiaron Sabino Arana Goiri, Manuel de Irujo, José Antonio Agirre y Lekube.
SeguÃan transcurriendo las horas y a eso de las ocho de la tarde, antes de que hablase el monarca por la televisión, sonó el timbre. Era la provocadora “visita†de la madre de un conocidÃsimo dirigente alavés del PP, y parlamentario, vecinos durante décadas. Responsable ante la situación, al encontrarse ausente el cabeza de familia, salà a darle cara. Y con un altivo gesto en su rostro, que jamás olvidaré, tras espetarme, dijo: “¿Y ahora, qué vais a hacer, dónde vais a ir?. ¿Habéis visto lo que está pasando en España?. Esto tenÃa que ocurrir...tantos atentados.... tanto separatismo..â€. Ahà corté, tajante y cortésmente, la conversación: “Bueno, ya veremos cómo acaba todo estoâ€.
Salà de casa, ya entrada la noche. TenÃamos una misión que cumplir. Con 17 años. El Rey todavÃa no habÃa hablado por la caja tonta para camelar a su parroquia. Las 216 fichas de afiliados y afiliadas de EAJ/PNV de Laudio debÃan protegerse pues, repito, estábamos convencidos de que vendrÃan, indefectiblemente, a por nosotros. La Junta Municipal Uri Buru Batzar estaba “missingâ€, pero no por desaparecer en combate desde luego. Aquello parecÃa un sálvese quien pueda, ó un tierra trágame. No más de cinco alderdikides, y tres de ellos de EGI, pertenecientes a otras tantas familias abertzales laudiarras, fueron los encargados de esconder, en lugar seguro, y proteger asÃ, las filiaciones que estábamos seguros iba a buscar la Guardia Civil, esa misma noche. Hoy la lectura de estas lÃneas por algún intrépido luchador de la Causa que pone bombas por doquier, cual mafia calabresa, les puedan parecer ciencia ficción, ya que provienen de personas de aquel “PNV burgués, traidor y españolâ€.
Resulta curioso, y revelador, que, para ser burgueses, traidores, y además españoles, figurásemos en aquella lista que la Guardia Civil, española, y los elementos ultras afines de la localidad con el alias “Fafosâ€, español, a la cabeza, ex falangistas y ex requetés todos ellos, disponÃan para actuar. A escasos cien metros del centro neurálgico del Valle, la Iglesia de Lamuza, se mantuvieron a buen recaudo, en el entorno de la calle Pio XII, en un zulo (literal) que jamás hubieran encontrado los involucionistas, aquellos documentos, actas, carnés, fotografÃas, etc. En el Batzoki local, parecÃa como si la tierra se hubiera tragado a sus moradores más asiduos. De repente, dejó de haber txikiteros. Los tanques de Milans, ya eran dueños de Valencia. Años después, un chico muy valioso, que por entonces (1981) no figuraba aún en esa lista de 216, es decir, que no tuvimos que salvarguardarle de nada, llegó a ser Lehendakari de Euzkadi. Ojala que nunca olvide, junto a nosotros, aquellas duras lecciones que nos dio la Historia y nos lleve, con paso firme, a la Independencia. Siempre tendrá nuestro voto, y fiel apoyo.

