Lo que la junta y los organismos provinciales consideran protección es llevarse de determinados pueblos obras valiosisimas con la excusa de que no están bien proteguidos contra ladrones para ir a parar a los almacenes de los museos a criar polvo, adornar los jardines de las capitales o venderlo a precio de saldo al arzobispado de turno, cuando no se regala.
Luego quieren crear riqueza y turismo en el mundo rural. Cuando no son los ladrones quiene se lo llevan son las instituciones (para el caso patatas) para exclusivo enriquecimiento de las capitales. Luego somos los pueblos los que salimos caros y hay que reducir ayuntamientos por inviables y blablabla...
Este es el arco de la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de la Llana de Cerezo de Río Tirón, que data del siglo XII y adorna actualmente el paseo de la isla de la capital burgalesa. No hace falta que explique por qué oído han entrado y han salido las reiteradas peticiones de devolución presentadas por el pueblo de Cerezo.
Se evitó pro los pelos que fuese a parar a un museo norteamericano, pero en vez de dejárselo a los lugareños se fue a la capital. Raro, rarísimo.


