Yo estoy de acuerdo con Salamankaos.
La decisión de los partidos polÃticos no me parece equiparable a la decisión democrática de la mayorÃa. Los cuidadanos, en lugar de elegir directamente a sus representantes, los eligen indirectamente a través de bloques monolÃticos denominados "Partidos polÃticos".
El elector vota al partido polÃtico cuyas promesas más le hayan convencido. Según haya escuchado a los dirigentes o haya leÃdo los diferentes programas electorales, vota en consecuencia. El problema es que los polÃticos mienten y que los programas no se cumplen.
Un ejemplo: Mariano Rajoy dice a la ciudadanÃa que no subirÃa los impuestos. La ciudadanÃa le tomó la palabra y le votó. Ahora los ha subido. No ha respetado a los ciudadanos.
¿Dónde está la democracia entonces? ¿En depositar en una urna un papel cada cuatro años?
Con lo cual los Partidos PolÃticos (la inmensa mayorÃa) no son plataformas efectivas de representación ciudadana, más bien utilizan en nombre de la democracia a la ciudadanÃa para legitimarse en el poder.
Respecto a los parlamentarios, aún siguen sujetos a mandato representativo. Es decir, que no están obligados a cumplir aquello que sus representados decidan, sino que tienen libre albedrÃo para pactar y actuar por su cuenta y riesgo. Y eso está muy bien para su vida diaria, pero cuándo actúa como representante democrático, deberÃa actuar en consonancia con la ideologÃa de aquellos que le han votado y no hacer su santa voluntad, porque sino, que me expliquen para qué voy a molestarme en elegir alguien que nos represente si en realidad no nos representa y hace lo que le viene en gana.
Eso no es democracia.
Conste que estoy hablando de forma general, pero se podrÃa aplicar al caso concreto.

