Ambos, Urcullu y Pujol han vuelto a amenzar, uno con la independencia y el otro con una hacienda independiente del estado. Dos ordagos cojonudos.
Pero no hay que amendrentarse, son los mismos aulladores de siempre. Los gobiernos centrales siguen siendo por su torpeza ineficaces. A esos tios hay que plantarles cara de una vez por todas. Si los vascos apuestan por la independencia, hagamos cuentas y que les vaya bonito, llegados a ese extremo, si insisten en irse pero sin irse, la alternativa debe ser determinante: te quedas como un o más, sin concierto económico, o te vás a la independencia con fronteras y aranceles.
Por su parte, a los catalanes, la respuesta a sus amenazas independentistas debería ser la invitación a independizarse y que les vaya bien. Dicho eso, la exigencia de los catalanes de una hacienda propia, no es sino la reclamación del régimen fiscal de los vascos para Cataluña ¿Envidia?. Pero los catalanes no lo dicen así para no enfrentarse con los vascos, plantean su batalla contra el estado que todo lo sufre y se doblega una y otra vez. El reto que debe resolver el estado es que no puede dar a Cataluña lo que tienen los vascos sin darselo a todas las CCAA, porque el resto de España no podría cubrir los gastos estatales incluídos los de Cataluña y Pais Vasco. Castilla, Andalucía, Extremadura, quedarían como una colonia interior que nutriera las arcas de vascos y catalanes. En cierto modo esto ya ocurre, pero lo que ahora exigen sería aún peor. Esto, a bote pronto, implica que Castilla se tendría que plantear seriamente su reunificación con hacienda propia, lo cual implicaría la reorganización total del estado en una confederación con haciendas independientes en las CCAA.
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