Evidentemente es patético que pase eso. Pero claro, es muy fácil hacer una gracia y que los muertos los ponga la embajada de tu país en Somalia, Pakistán o Libia. Yo, estando como están las cosas, si fuera el director de una revista tampoco provocaría a los islamistas. Y no porque tenga ningún respeto o consideración especial a su religión, sino porque hay un montón de zumbados cargándose a gente con esa excusa.
Esto es la actitud que yo entiendo como "un paso atrás".
Es una actitud, además de cobarde, peligrosa porque sienta un precedente: Hoy no publicamos caricaturas de Mahoma por si en Libia o Pakistan algún turbantero zumbado se ofende, se enfada y la lía... ¿y mañana qué? ¿como les molesta que las mujeres lleven minifalta en occidente, prohibimos este tipo de indumentaria por si algún chalado en a saber que Estado islámico se ofende y se enfada y la lía?
Si en Occidente existe la libertad de expresión y esta es empleada para satirizar religiones, no podemos ni debemos hacer ninguna distinción. Es decir, si se puede dibujar una viñeta cuestionando aspectos del Cristianismo debería poderse dibujar otra viñeta cuestionando el Islam. Y no me vale la excusa de que "los cristianos son pacíficos pero a los turbanteros se les va la pinza", porque eso demostraría un doble rasero en base al criterio del miedo. Es decir, como tenemos miedo por lo que pueda pasar, vamos a ser buenos... Pues ale, sigamos por ese camino y veremos donde nos lleva...
Además, que no sé que narices le importa a un pakistaní lo que se publique en un revista francesa.
Sigo diciendo lo mismo: ni un paso atrás. Ya está bien de autocensurarnos nuestras propias libertadas por el miedo a lo que hagan cuatro talibanes chalados.
Lo suscribo, y en mi caso soy sin duda uno de los miembros del foro más proclives al análisis desapasionado sobre el mundo islámico, al que he defendido a menudo frente a linchamientos mediáticos y análisis simplistas.
Pero aquí no cabe defensa alguna. En nuestra sociedad la sátira se acepta como una expresión de crítica mordaz pero legítima. Legitimidad que no puede subyugarse ante sensibilidades particulares o colectivas. Tan legítima es la aceptación y asunción del Islam como la crítica al mismo, crítica que las revistas satíricas no centran en el islam en exclusiva, sino también en otras religiones, creencias e ideologías.
Del mismo modo que a menudo he defendido al Islam frente a las generalizaciones que hacen extensibles a todos los musulmanes las animaladas de algunos, ahora he de plantarme: si a un musulmán le molestan determinadas particularidades del mundo occidental, le caben dos opciones: joderse o joderse. Respeto honestamente al Islam y a la cultura árabe en particular pero bajo ningún concepto pienso someterme al Islam ni renunciar a mi cultura, ni muchísimo menos por que le salga de las narices a algún "patán" (ahora "pashtún") a algún lanzapiedras sirio o palestino o a algún energúmeno norteafricano... señores... si no les gusta, no miren.
Las masas musulmanas, creo haberlo comentado alguna vez, son sociológicamente propensas a movimientos compulsivas o incluso histéricas, profundamente desconcertantes para un occidental. Lo curioso es que la histeria les dura poco, lo justo el tiempo que les lleva recordar lo placentero que resulta meter el dedo en el ojo de su vecino correligionario. Se trata de procesos que podemos rastrear de forma consistente a lo largo de toda la historia del Islam.
Entretanto Afganistán es una orgía de musulmanes asesinando a musulmanes (y ovcasionalmente a algún invasor occidental), Irak es poco más o menos; todo el Magreb mira con un ojo a los integristas mientras con el otro lame la mano de los occidentales y los gritones palestinos son la puta de medio mundo árabe que les pone buena cara mientras se los quita de enmedio o los explota como mano de obra en régimen de semiesclavitud tan y como practican los piadosos musulmanes wahabistas saudíes a los que su rigorismo y sus llamamientos panislámicos no les impiden porculizar a los depaupurados palestinos, tan musulmanes ellos...
Solo cabe pensar que si los saudíes, los iraníes, los pashtunes y similares o los magrebies parcticasen lo que predican, como mínimo los musulmanes de medio mundo serían algo más felices o, al menos, vivirían en un entorno más seguro. El problema es que estas hordas gritonas no tienen nada en común salvo la religión: viven en paises diferentes, sus sociedades son diferentes, su forma de entender el Islam es diferente. sus intereses son diferentes... incluso el Árabe que hablan es diferente y algunos ni siquiera hablan Árabe más que para leer el Corán y recitar las oraciones en un Árabe culto medieval con el que tendrían problemas para hacerse entender en Marruecos o en Indonesia...
Cuando los saudies recuerden que tienen a otro palestino a mano al que explotar, Marruecos decida mandar otra patera a hacer el tonto a algún peñasco, los iraníes decidan volver a jugar a la marioneta siria en el teatro del Líbano... entonces gritarán por otra causa y así sucesivamente...
Entretanto no hay religión del libro que pueda convencerme de que unos energúmenos que asesinan sin miramientos a sus propios correligionarios y eso si no los explotan como cuasi esclavos antes, tienen alguna fuerza moral para imponerme algo a mi, que ni siquiera lo soy. A mi hay cosas en las revistas satíricas que me han ofendido y no salgo a la calle a pedir que se degüelle a nadie. Tampoco salgo a la calle para pedir que se cuelgue de los testículos a ningún talibán de los que tortura a su mujer... cuestión esta que ofende mis principios tanto o más como una caricatura sobre Mahoma a un musulmán. La tolerancia con las opiniones discrepantes y la aceptación de la sátira son irenunciables en nuestra sociedad...
Una cosa es respeto y otra debilidad.
Los musulmanes no ponen la otra mejilla, entendedlo bien, eso es un principio del cristianismo que no es extensible a otras religiones. Os he hablado de esto en el pasado, cuando intentaba explicaros el porqué de la eterna escalada de violencia en Palestina o el porqué un tipo decide emprenderla a pedradas contra un tanque en un duelo desigual sin probabilidad de éxito alguno.
Ni se puede generalizar nada en un mundo complejo como es el musulmán... ni se puede ceder ante ellos. No hay posibilidad de término medio. Si se cede en esto, los gritos no cesarán... solo se gritará por otra cosa.
En la relación con el mundo musulmán son tan inadecuadas las generalizaciones xenófobas de la derecha como el buenismo de la izquierda. Ni monstruos ni angelitos, los musulmanes, como todo colectivo humano, no son ni lo uno ni lo otro. Simplemente cabe usar de la sensatez... pero también de la firmeza llegado el caso.