En la boda mandan los novios, pero también hay que saber mandar. El novio estuvo torpe al mandar cortar una canción irrelevante por el hecho de estar en euskera. En San Sebastián. Tócate los huevos. Al menos haber dejado la canción hasta el final, a fin de ser diplomático, y después ordenar al DJ no aceptar peticiones para que no se liara.
Pero como le he dicho a Anarcomunero en el otro hilo, da igual de Valladolid que de Madrid, Ciudad Real o Zamora, los castellanos andamos arrastrando nuestro españolismo intolerante por donde vayamos, de manera lamentable y decrépita. Es uno de nuestros mayores hechos diferenciales a día de hoy. Qué pena.
El novio seguramente sabía de que pie cojeaba su propia familia y quiso evitar males mayores... pero no sabemos qué pasó ni la ideología de la pareja para poder juzgar.
Una boda es un acto social, no es el lugar donde hayan de validarse ni denostarse opciones políticas... ¿nunca en vuestras reuniones familiares evitáis comentarios que sabéis, acabarán mal?.
Comparad el hecho con cualquier evento privado en el que confluya gente de ideologías contrapuestas: Nochebuena, Navidad, bautizos, bodas y comuniones... El sentido común dicta evitar conflictos en momentos en los que no procede que los haya. ¿Nadie se ha mordido nunca la lengua en una reunión de este tipo?
Los pucelanos de la boda son unos paletos autoritarios y maleducados. Pero si conociendo como están las cosas el novio intenta evitar problemas ¡el día de su boda, por favor! y la novia no tiene nada que objetar, todo queda dicho y, a tenor de lo escrito, la otra parte no me merece tampoco buen juicio. En una boda ni manda España ni Euskal Herria... en una boda, manda la pareja que se casa.
Si resumimos la cuestión aquí todo queda en un "esta música se quita por mis cojones" o "esta música se pone por mis cojones". Bien, ya sabemos que los asistentes poseen genitales, pero eso no quita que, en mi opinión, a más de uno de ellos habría que castrarlo.
El paletismo facheril de la parte (bochornosamente en este caso) castellana es impresentable. Pero pasar por encima del novio como hace la parte euskalduna tampoco parece de un sentido común abrumador ni denota mucho sentido del diálogo. Ni una boda es momento para esas cosas ni la pareja merece que su día por definición acabe en los periódicos, con citaciones a juicio e intervención policial.
Ninguna de las partes ha demostrado el mínimo respeto, ni consideración, ni generosidad, por las dos personas que hubieran debido de ser protagonistas en un día feliz para ellos que ha acabado en escándalo. Solo el hecho de que ninguna de las partes se contuviese por evitar un disgusto a su familiar o amigo/a en el día de su boda ya me parece de una insensibilidad cafre.
Si una persona es "española" "vasca" (o castellana) antes que "humana"... no puedo juzgarla con clemencia.

