Te falta una etapa. Una Corona no es más que una fórmula jurídica constituyente medieval (lo que hoy llamaríamos un Tratado al estilo de la UE donde los países siguen siendo soberanos con Cortes separadas, no se han fusionado pero si unido en muchas cosas y comparten cosas) por la cual dos reinos se unen parcialmente, es decir, comparten cosas (rey y bandera) pero los reinos, en nuestro caso
solo dos (León y Castilla, nada de Sevilla, Jaén, etc y milongas del estilo, pues estos últimos eran reinos moros y no se unieron, se conquistaron y pasaron a ser más Castilla), siguen existiendo porque las Cortes leonesas y castellanas permanecen separadas y por tanto su cuerpo jurídico también. Dentro de la Corona existen dos reinos, León y Castilla. Solo dos. Confundir unión de dos reinos con suma de regiones al hablar de Corona es un dislate. Pero, ¿qué ocurre si esos dos reinos llegan más lejos en la unión, es decir, llegan a fusionarse, llegan a unir sus Cortes en una sola y a adoptar por ello un solo cuerpo jurídico y una sola legalidad? pues que la Corona pasa de nuevo a Reino y que se convierte en una etapa interregnos, algo que en el caso castellano y leonés ocurrió (en Aragón jamás se fusionaron las Cortes de sus 4 territorios, es decir, nunca dejaron de ser Corona, nunca dieron ese paso, nunca fueron pues un único reino) bastante temprano pues las 4 ciudades leonesas con representación en las Cortes leonesas decidieron pasarse a las de Castilla, adoptar la legalidad castellana, castellanizarse en suma, voluntariamente. Por eso salamanca, toro, Zamora y león (esta última hasta el siglo XX) se denominan así mismas como castelalnas, porque legalmente lo son aunque su legalidad no proceda del derecho de conquista sino del derecho de fusión. Fusionadas las cortes leonesas con las castellanas desaparece la Corona y se habla ya de Reino de Castilla, de nuevo, a secas. Eso sí, con los simbolos mezclados de los anteriores y antiguos reinos. Eso refleja la cuartelada, más que la unión, la fusión, la interrelación, el somos lo mismo, somos uno. Y a nadie debe de extrañar, a fin de cuentas Castilla en origen no era otra cosa que un condado leonés que por una simple cuestión patrimonialista del territorio de la época se desgajó de León... y con el tiempo, gracias a una gran visión de conjunto que no se perdió, volvió al redil.