El Estatuto Cántabro-CastellanoHora es ya que el Partido Republicano Federal, después de un mutismo de su ideología federalista y autonomista, basada en las doctrinas del gran maestro don Francisco Pi y Margall, mutismo impuesto por las circunstancias de franco apoyo al régimen constituido, se lance a la opinión pública para poner en su conocimiento que ya en el año 1932 dejó terminado y aprobado por sus asambleas el Estatuto Cántabro-Castellano, adaptado a la Constitución actual.
En aquel entonces vimos con gran satisfacción que algunos hombres prestigiosos alzaban su voz en ardiente entusiasmo por las autonomías y amor a la patria chica, así como otros muchos contradictores no se conformaban con oponerse a las aspiraciones regionales con razonamientos de doctrina, sino que, en su afán de controversia, llegaban como “anticuarios”, y desmembradores de la patria, por lo que su programa no se realizaría jamás.
Poco tiempo después surgió Cataluña, completamente preparada por su concepto de ciudadanía y de amor a la patria chica(dentro de la unidad patria), reclamando su Estatuto, hoy conseguido por la unidad de acción del pueblo catalán, y que a las demás regiones las sirve de ejemplo para trabajar con fervor por las descentralización política, administrativa y económica, laborando la emancipación de los Municipios españoles, cuna y esencia de las libertades patrias, absorbidas hoy por la centralización política del Poder central.
Hoy, los republicanos federales y autonomistas vemos con gran placer que surge con gran ímpetu arrollador en las distintas regiones (Galicia, Asturias, Valencia y Vasconia) y la aspiración por nosotros sentida y siempre propagada como salvación del régimen republicano, encarnado en las autonomías, y que hoy las propagan a todos los vientos aquellos mismos que, a falta de otros razonamientos, nos llamaban “los puritanos anticuarios”, sin fijarse en que las ideas, cuando llevan en su germen destellos de verdad y con la mira puesta, en el bien colectivo y social de los pueblos, nunca mueren y al pasar de los tiempos reverdecen para hacerse paso con la antorcha de la razón y la verdad.
Así, pues, henos aquí dispuestos a trabajar en pro del Estatuto. Cantabria con Castilla tienen que recobrar su personalidad histórica, económica y geográfica. Para Santander, este Estatuto reportaría grandes ventajas, siendo este puerto castellano el único directo y estratégico con las Castillas y el centro nacional, tanto por las conveniencias mercantiles nacionales como por las internacionales y muy en particular con América Latina, sede la gran emigración española, que conserva nuestras costumbres, nuestra lengua y nuestra ideología.
Respecto a ese célebre proyecto de ferrocarril de Cidad-Santander, la región autónoma lo pondría en ejecución tan pronto lo juzgara conveniente, con sus propios medios, sin esperar a que ese Poder central lo quiera conceder cuando le parezca oportuno, por convenirlo tenerlo a su disposición como ardid electoral, para mejor dominar a los pueblos.
Muy en breve el Partido Izquierda Federal dará a la opinión pública la redacción y articulado del Estatuto Cántabro-Castellano, para que, después de un detenido estudio, tanto por las entidades comerciales y mercantiles como por los Ayuntamientos de la región montañesa, a modo de labor preparatoria de un plebiscito regional, se pueden aportar cuantas enmiendas, sugerencias e iniciativas razonadas se pueden presentar que tiendan a mejorar las aspiraciones montañesas, llegando entre todos a conseguir aquello que nos proponemos en una aspiración común.
Por el Partido de Izquierda Federal de Santander, Antonio Orallo Sánchez, 27 de mayo de 1936.
("El Estatuto Cántabro-castellano", El Cantábrico, 28-V-1936.)