Juan Otero
|
|
« Respuesta #8 : Marzo 01, 2015, 01:00:09 » |
|
Esto demuestra una vez más la finísima línea que hay entre el Gobierno y la Iglesia Católica (no podía ser otra la que esté cerca del poder, y lleva 2000 años, no hay que negar que como empresa funciona dpm) además de que hay varios Ministros miembros (ya he perdido la cuenta) del Opus Dei, que en sí no es malo, pero es despreciable cuando quieres imponer tu creencia al resto de habitantes del Estado que gestionas Por lo tanto, meter religión, católica por supuesto, en la Escuela Pública no es sólo inconstitucional sino ilegítimo y se merece una respuesta organizada por nuestra parte, ya que algo tendremos que decir, que desgraciadamente y como demuestra este panfleto de CNT de los años 2000 esta lucha no es nada nuevo Para la ministra de educación, para el PP, hay que descalabrar a los centros públicos para que no sean una buena competencia del negocio privado, es decir, hay que quitarles medios o quitarlos del medio. Pero no se preocupen, que para compensarles se ha empeñado en que todos los chicos y chicas del país tengan educación religiosa, al mismo nivel que las matemáticas o la historia. Se aburrían en sus despachos y en su genialidad, decidieron que iban a rematar un poco más el sistema educativo y, fieles a las grandes enseñanzas de su antecesor, ése que descansa en el Valle de los Caídos sabiendo que España está en buenas manos (ni siquiera son originales), decidieron rescatar del olvido de la Historia esa asignatura tan práctica como es la religión. Algunos "disfrutamos" en su día las delicias del nacional-catolicismo y ahora no algunos, sino todos, seremos los adoctrinados por las Santas Verdades. La alternativa (?) a estudiar una religión, será estudiar Hª de las Religiones, pero ¿quién estudiará seis religiones pudiendo estudiar una sola y verdadera? Y para terminar de apañar la cosa y por el mismo precio, tienen el detalle de mostrarnos un avance del Juicio Final, pues elijas la opción que elijas contará para la media y para la repetición de curso, o sea, proyección en versión escolar de aquello del infierno, el cielo y el purgatorio, o lo de la derecha y la izquierda de Dios Padre. Vamos, ni que decir tiene que millares de chavales y chavalas corren histéricos de alegría: ¡Al fin podremos repetir curso a causa de una asignatura de gran aplicación práctica en el mundo laboral como es la religión! ¡Qué emocionante va a ser nuestra elección de estudios sabiendo que esa nota puede dejarnos sin estudiar la carrera deseada! Nadie puede pedir más.
Y nos preguntamos, ¿qué finalidad tiene estudiar religión en los centros de enseñanza? ¿Acaso las tuercas ajustarán mejor, el ladrillo estará mejor puesto, el polvo desaparecerá antes o los ficheros se clasificarán más fácilmente con estos conocimientos? No, esto es un adoctrinamiento-adiestramiento en toda regla. A los niños y niñas pequeños se lo camuflarán entre sus personajes fantásticos, como el ratoncito Pérez, aprovechando su pensamiento mágico, aprovechando que sus impresionables mentes son fácilmente manipulables y, claro, lo creerán ciegamente y luego les seguirán soltando las mismas historias hasta los 18 años, para que de mayores no traicionen tan tiernos comienzos y marquen la casilla de la Iglesia Católica en las declaraciones de la renta y esa institución tan ajena a los intereses de los productores, se siga enriqueciendo a costa de nuestro trabajo. Un buen ejemplo de la doble moral de la Iglesia.
El Gobierno no quiere ciudadanos que piensen por sí mismos, sino fieles y sumisos lacayos que callen y obedezcan, por eso "educará" a los que pueda para que les sean útiles y al resto nos arrollará en nuestros derechos. ¿No es España un país laico? Teóricamente sí lo es y cada ciudadano/a tiene derecho a una educación laica en todas las áreas del currículo, tiene derecho a la igualdad ante la ley, ante el acceso al empleo público, porque todo eso se paga con dinero de todos. La falsa alternativa a la religión no es una educación cívica, pues sus principios no parten de las ideas, de la ciencia, sino de las creencias, es decir, no tienen valor universal.
Los padres y madres pueden desear que sus hijos e hijas aprendan un sistema de creencias, pero esa no es función de la escuela pública, sino de ellos mismos. La escuela pública tiene, o debería tener, otra función en cuanto a los diversos pensamientos, ideologías y posturas religiosas, que va desde el hecho real de la convivencia diaria de personas diversas, hasta el estudio de esos pensamientos, ideologías y creencias, pero es que esa temática ya está incluida en diversas áreas y es desarrollada por profesorado que ha obtenido ese empleo, esa función, por un concurso-oposición en el que, aún con limitaciones, el proceso es abierto y las creencias y conducta personal no deciden, lo que es demostrado por el hecho de que hay profesores y profesoras públicos de Historia que son católicos, que son ateos, que son budistas, anarquistas o socialistas.
Y hablamos de derechos porque los tenemos y con ese discurso pretenden que pensemos que el objetivo es conseguir más católicos, cuando lo que ambicionan es aumentar más la influencia y poder económico del tándem Iglesia-clase dominante asociada a ella, representado de maravilla por el PP. La prueba es que la influencia de la Iglesia en la moral y conducta de los españoles que se consideran católicos es muy pequeña, baste ver que: La mitad de los españoles se declara católico practicante, otro 32% se dice católico no-practicante, el 15% al 20% se proclama no religioso, agnóstico o ateo y el 2% practica otra religión. Pero el 71% de los católicos está en contra de la Iglesia por condenar los métodos anticonceptivos; el 64% la critica por rechazar el divorcio e, incluso, un 53% no está de acuerdo en que el Papa condene el aborto en cualquier caso. Apenas el 35% asigna a la Iglesia la cuota correspondiente en la declaración de la renta (Cataluña, 22%). Los obispos rebasan la edad de jubilación y ya hay en España un 50% de parroquias sin párroco. Sin embargo la iglesia católica afirma que el 90% de españoles es católico. Está claro.
Pero bueno, ¿no son estos ministros a los que ahora se les aparece la Virgen los mismos que apoyaron la guerra de Irak cuando el Papa y la cristiandad dijeron No a la Guerra? ¿Y el resto de la gente que también se opuso a la guerra y a tantas otras reformas y que jamás ha sido escuchado? ¿Cuándo nos atenderán, cuándo nos preguntarán qué nos parece esta nueva ley o cualquier otra? ¡Somos nosotros los afectados! ¡Nosotros somos los que deberíamos decidir sobre ellas! ¿Cómo se puede confiar en unos dirigentes tan falsos? Mientras tus votos les apoyen, ellos seguirán abusando de ti, mientras los trabajadores no organicemos la sociedad a nuestra manera, mientras la educación no sea libre, todo seguirá así.
Por el derecho a una enseñanza laica, financiada públicamente: No a la falsa alternativa a la religión Por el respeto a la aconfesionalidad: No a la asignatura de religión en la escuela, no a su intervención en la nota media. No a la financiación de la religión y los centros religiosos. No a los símbolos y temas religiosos en la escuela. Por el derecho a una educación racional: Que se devuelva el horario dedicado a creencias, a las otras áreas. Por el derecho a la igualdad en el acceso al empleo público: No a los profesores nombrados a dedo. Quien es nombrado por un obispo no es un profesor.
SI NO LES PARAMOS HOY, MAÑANA SERÁ TARDE. ORGANÍZATE Y LUCHA POR TU DIGNIDAD
|