El mapa es bastante revelador y no indica nada que no sepamos. La situación del medio rural en el norte de Castilla es crítica así como en las serranías del sur que de momento resiste parcialmente gracias a que el mayor tamaño de los municipios manchegos les permite sostener por ahora (en ocasiones por los pelos) el umbral de los 1000 habitantes.
Centrándome en las zonas que conozco mejor, la situación en La Manchuela de Albacete es crítica, no por lo que revela el mapa, cuyos datos son ya pésimos, sino porque la situación sobre el terreno es aún peor. La población residente en municipios como Alcalá, Alborea o Casas de Ves está muy envejecida con el agravante de que los datos del padrón son inciertos ya que a causa de su edad o de otros motivos, bastante población censada consta en esos municipios pero reside en la práctica en otros lugares.
Alcalá ni siquiera aparece marcado como municipio en riesgo, sin embargo su situación no es mejor que la de sus vecinos que sí lo están. El alcalaeño es un municipio extenso que reparte su población entre varias entidades por lo que la suma total de habitantes, dispersa por el territorio arroja una imagen general desoladora: la cabecera, Alcalá, es en buena parte un pueblo semivacío, casi un decorado para el turismo; Las Eras que es la aldea de mayor tamaño, no debe superar los 350 habitantes, con una aplastante mayoría de jubilados, Casas del Cerro arroja idéntico panorama agravado por su menor tamaño; La Gila y Zulema tienen un censo testimonial aunque se sostienen sobre la base de un razonable número de población flotante no empadronada y finalmente Tolosa suma al caso de las dos anteriores su menor población y en los últimos años se ha convertido más que nada en un centro de servicios turísticos.
La totalidad del Rincón de Ves ofrece un panorama aún peor: Balsa de Ves está como Alcalá pero sin el asidero que el turismo proporciona a esta última y a las aldeas del municipio; Villa de Ves cuadra sus presupuestos a cuentas de lo que recibe por proximidad a la nuclear de Cofrentes y de los aerogeneradores pero tales recursos no le han servido para crecer; Casas de Ves puede bajar de 500 habitantes en pocos años ¡y es el municipio más dinámico!
En la "ceja" del Júcar ya hemos visto la situación de Alcalá y Villa de Ves pero en resto están aún peor. La histórica Villa de Jorquera baja de 400 y no parece que nadie mueva medio dedo a pesar de que desciende en picado. Todo se queda en potenciar el turismo, un recurso notable pero que no está fijando demasiada población y ni mucho menos la incrementa, razón para pensar que los municipios del Júcar están usando mal su recurso más potente; La Recueja está peor aún.
En la sierra la situación es parecida aún con el concurso de los aerogeneradores como recurso económico adicional. Solo los pueblos más grandes resisten y no lo hacen por causas endógenas sino como foco de atracción de la población de sus vecinos de forma que en lugar de dinamizar la comarca en realidad la están vampirizando. En lugar de establecer modelos de desarrollo rural cooperativo se tiende hacia modelos competitivos según los cuales las entidades mayores tienen todas las de ganar. Pero cuando hacerlo significa no pasar de 6000 habitantes cuya economía depende en gran medida de lo que sucede en municipios mucho menores, la extinción de tales municipios puede acabar arrastrando también a los mayores, que al final podrían acabar por devorarse entre sí.
Mal panorama si no se asumen políticas de estado firmes y bien desarrolladas.
··· 
