… en la limpidez íntima en que ardían, se oía el mar;
iban en la noche como en resplandor de nimbos,
cual si en oro que escapase de un templo de corales
y anémonas del sur, y altos el talle y la mirada:
la flor del corazón;
… cual tímpano de lirio y sílice de rosa, emitían luz;
¡ ah, entonces, el cónclave del cielo,
ah, su divisa en llamas, ah, ah su sello y su poder !
… juntos habían venido desde todos los tiempos y dolores todos,
todas las esquinas y molicies, gestas y temblores,
a esta convención de amor;
…en la hora exacta, el ángel de la muerte los vio partir;
su ser, de amor y aire, fue una brisa encendida.
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Antonio Justel Rodriguez
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