? a los vestigios o ruinas que en ?stos u otros versos ajenos, pod?is hallar,
oh viajeros, no tir?is piedras;
tal vez sean ceniza o greda de grandes pasiones: la del amor o la luz, la del dolor, la de la muerte;
? y es que quiz?s, con cada uno de ellos, haya sido vivido un instante-lumbre
con su llama o brasa inmortal,
o bien, y acaso, el paroxismo aterrador e ingente con que las sombras
hayan roto, alguna vez, la paz del coraz?n;
pero, qu?, qu? m?s da, si cada jir?n o hilv?n son j?bilo y poema, y, como tal,
lo ahorman e instituyen ?ste con su exacto sonido o su indeleble matiz,
ya el violeta, ya el carmes?, ya el azul,
aquello que han logrado salvar y traer desde los Campos de Marte,
hasta este lado del mar y del ser;
? no, a esos vestigios o ruinas, no, no y nunca tir?is piedras,
los poetas no son m?s poetas ni m?s sabios por el verbo, sino por el agua viva,
- la servida y derramada ?
oh viajeros y amigos, siempre eternos, siempre eternos, siempre eternos?;
? tened a bien mirar y leer por tanto, estos pocos conceptos y palabras
que a estos foros gloriosos del mundo, hoy, aqu? traigo,
los que humildemente y con mesura, he logrado reunir, asir y rescatar:
son de voz,
son de luz,
son sagrados,
el m?s excelso, alto y fiel conjuro, de mi mente y de mi sangre.
***
Antonio Justel/Ori?n de Panthoseas
https://oriondepanthoseas.com***