on la complicidad de Ysabel Iª de Castilla y el traidor Cardenal Cisneros
Dudo que vuelva Castilla a tener castellanos como Isabel y Cisneros a su sevicio. Realñmente me horroriza tu opinión sobre ellos.
padre que la imputó un falso estado de demencia
Por Dios, si esto era conocido por toda Castilla, que se lo digan a Padilla...
EN fin, que tu texto me parece de coña ;) .
LEKA: No es solo una opinión, los hechos y los documentos son tozudos, lee a continuación lo que dice la autentica heredera del trono de Castilla Juana, hija de Enrique IV a la que se difamó como la "beltraneja" para quitarle legitimidad y evitar la unión de Portugal y Castilla en favor del "Partido Aragonés". Todo parece indicar que Enrique IV murió envenenado con mal de hijada, osea de higado que es donde atacan ciertos venenos y dejan el cuerpo deformado.Así lo sugiere su hija la propia Juana, La Excelente Sehnora como la llamaban los portugueses en el exilio:
<<... mi señor y padre murió vestido con una miserable túnica, a los pies de su cama unos gastados borceguíes moriscos. Su rostro deformado lo hacía casi irreconocible. Quedó tan deshecho que no fue menester embalsamarlo, Fui yo quien le cerré los ojos.
>> En su último deseo expresó que su cuerpo fuera enterrado en el monasterio de Guagdalupe, debajo de la sepultura de su madre. Aunque, según un reciente testimonio de doña Mencía de Lemos, antigua dueña de mi madre y fiel servidora mía, mi padre redactó un testamento poco antes de morir, de su voluntad respecto a la sucesión del trono entonces no se encontró palabra.
>> Don Enrique el cuarto, rey de Castilla y León, a sus cincuenta y cinco años me dejaba sola ante mi porvenir, encendiendo la llama que quemaría sus reinos.
>>La reacción de mi tía, doña Isabel, al enterarse del óbito fue inmediata. Se despojó de sus enlutadas ropas para proclamarse reina en Segovia. Muchos fueron los antiguos servidores de mi padre que la animaron a ello. Entre éstos destacó Cabrera, que le entrego las llaves del alcázar, donde se encontraba el tesoro. Más tarde mi tía lo premiaría con el marquesado de Moya. La Bobadilla al fin podía quitarse la máscara...
>>Sé que así ha sido con mis tíos, y puede que así sea con quienes les sigan en el trono, y que muchio tiempo habrá de pasar para que alguien intente hacerme justicia sin temor a represalia. Pero algún día, alguién enderezará los tergiversados caminos de la injusticia y hará valer mis derechos, así hayan pasado cinco siglos de mi muerte. Porque la verdad, más allá de la voluntad de algunos, siempre sale a la luz. Tan convencida estoy de todo ello, que para que quede registro de lo ocurrido ordeno y mando que se guarde copia del testimonio de doña Mencía de Lemos junto con esta mi declaración.
Dada en Lisboa, el 26 de diciembre del año del Señor de 1506.
>> Yo, la reina.>>
Hay una rúbrica (ilegible)
Bueno retiro lo de traidor al Cardenal Cisneros, pero le aplico lo de desleal a la legitima heredera del trono de Castilla.