VALLADOLID
El juez asegura que está «socialmente aceptado» lanzar objetos en un pregón
Absuelve a los ocho acusados de tirar huevos en el 2004 al invalidar el vídeo policial por no ser la «copia original» El fallo considera «contradictorios» los testimonios de los agentes y llega a dudar de si se manchó el Ayuntamiento
J. S./VALLADOLID
Asistentes al pregón del 2004 en el transcurso del cual se produjeron los incidentes. / GABRIEL VILLAMIL
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Se abre el turno de la vía administrativa
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El titular del Juzgado de lo Penal número 3 ha absuelto a los ocho jóvenes acusados de lanzar huevos y limones contra la fachada del Ayuntamiento durante el pregón de las fiestas del 2004. El juez, al margen del fallo fundamentado en la falta de pruebas, considera en la parte final de la sentencia que tirar «líquidos y otros objetos entre el público» durante este tipo de actos festivos es una «conducta socialmente aceptada».
De esta forma, el magistrado entiende que los hechos juzgados el pasado 3 de julio ocurrieron en el marco de «un pregón de fiestas en una plaza pública». En este tipo de actos, prosigue el fallo, «resulta frecuente en esta y otras localidades (y es una conducta socialmente aceptada) el lanzamiento entre el público de líquidos y otros objetos». El juez va más allá en su comparativa entre las fiestas de la Virgen de San Lorenzo y el tradicional 'Chúndara' de Peñafiel -donde se tiran, al menos hasta la fecha, líquidos en exclusiva- y añade que «es indudable que este tipo de conductas no afectan de ordinario al orden de un acto público de estas características».
No opinó lo mismo el protagonista de aquel acto, el presidente de la casa de Valladolid en Madrid, Juan José Cantalapiedra, quien tuvo que leer su pregón «casi escondido tras la puerta como si fuera un malhechor para evitar ser alcanzado por algunos de los objetos lanzados desde la plaza», según lamentó tras los hechos.
Ausencia de testigos
Consideraciones paralelas al proceso judicial aparte, lo único que considera probado la sentencia es que a las 20.00 horas del 3 de septiembre los acusados asistieron al pregón y que durante este se lanzaron huevos, limones y diversos objetos. Acto seguido, el fallo desmonta una tras otra las pruebas presentadas por el fiscal y pone en evidencia las contradicciones en las que incurrieron los policías municipales que intervinieron aquella tarde en la identificación de los ocho sospechosos.
Como aperitivo, el juez declara nula la principal prueba de cargo contra los sospechosos, una cinta de vídeo grabada por los agentes desde el Consistorio, al considerar que «no hay suficiente seguridad de que la grabación fuese la que tomó el día de autos la Policía Local». El fallo fundamenta está decisión sobre la base de que la cinta aportada en el juzgado (una copia en VHS) no es la original y 'reprocha' al fiscal que no interrogara a los autores de la grabación o a sus jefes para que certificaran que el contenido de la copia era idéntico al del original.
Así, la identificación de cuatro de los acusados no sirvió de nada dado que los agentes que les reconocieron no hicieron alusión en el juicio sobre si les vieron en la cinta original o en la copia. Tampoco el testimonio aportado por los policías que declararon haber visto al resto de los sospechosos lanzar objetos, y les identificaron 'in situ', resulto útil para la acusación dado que el fallo recoge que todos ellos «incurrieron en numerosas contradicciones» y que ninguno pudo ver realmente si los objetos que se lanzaban alcanzaron la fachada del Ayuntamiento.
«Penuria probatoria»
Tal cúmulo de despropósitos, tanto por parte de la acusación pública como de los policías intervinientes -las aparentes laguna de sus actuaciones fundamentan la absolución-, conforman una situación de «penuria probatoria» que lleva al titular del Juzgado de lo Penal a dudar, incluso, de que se «produjeran manchas en la fachada del Ayuntamiento». Justifica el juez que «ni los testigos han podido afirmar que los acusados manchasen el edificio» ni existen pruebas de que -fotos, peritaciones,...- esto llegara a producirse.
De la Riva se tiene que sentir como un capullo!!!