Esta gente hace carrera porque a los poderes del Estado les interesa para utilizar su posición política como ariete contra los nacionalismos vasco y catalán. Ahí tenéis a Jon Juaristi, que llegó a Director de la Biblioteca Nacional y del Instituto Cervantes, y al Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ambos promocionados por el gobierno de Aznar para machacar una y otra vez al nacionalismo vasco. La lista de periodistas al servicio del poder sería interminable: Carmen Gurruchaga, Isabel San Sebastián, Germán Yanke...
Y saliendo del tema vasco y catalán, la lista de periodistas mercenarios también es interminable. Os voy a contar el caso de Eduardo Haro Tecglen, ya fallecido. Este señor, en los años 40, escribió un artículo titulado Dies Irae, que estaba lleno de alabanzas a Franco y José Antonio. En sus últimos años escribía en El País, dándoselas de rojazo, aunque en alguna ocasión reconoció que era un mercenario de la información y que estaba al servicio de quien le pagaba y punto. Poco antes de morir, Mercedes Milá le preguntó por el famoso artículo Dies Irae.
- ¿Cómo es que escribías esas cosas?- le espetó.
-Pero ¿tú te piensas que los periodistas se creen la mitad de lo que escriben?- fue su respuesta.
Ahí queda eso. Habrá gente que diga lo que piensa, pero el periodismo, y la vida en general, están llenos de cínicos, sobre todo si hay dinero por medio.
Tienes razón, es un recurso que utilizan muy bien; Laporta con la liga, Rahola integrándose en Onda Cero y Telecinco, el tipejo este escribiendo en el idioma de los pobres (que cara), en el blog español de Espada, ya podíamos ser tan listos como ellos.
Aquí un catalán simpatiza un poco con el españolismo como Boadella (luego vete tú a saber que pensará este señor en su fuero interno) y la señora Aguirre le da la dirección de un teatro público. Tócate los... A ver si a un castellano le van allí a dar la dirección de un teatro. Una mierda pinchada en un palo le van a dar.