Lo cierto es que, desde que nos unimos a los catalano-aragonses, Cataluña nos ha sometido a sus intereses, ha hecho todo lo posible para que la antigua corona de Castilla se fracccionara y ahora sigue sibilinamente haciendo lo psoble por fracccionar aún más a Castilla. ¿Alguién es tan ingenuo de creer que las cinco autonomias en que se dividió Castilla durante la transición es inocente, que no se impuso desde Cataluña el fraccionamiento? Estamos de acuerdo en que los castellanos no fuimos capaces de evitarlo por falta de consciencia como castellanos, por cobardes y por ir de españoles sobre todo lo demás. Ahora ya no vale llorar por lo perdido, pero sí que cabe una revisión y un projecto para partir desde donde lo perdimos cuando los catalanes abortaron la unión de Castilla y Portugal mediante el matrimoni de Juana la Beltraneja con Alfonso V de Portugal, fué en la batallade Toro en 1946 a la orilla izquierda del Duero.
Hoy nos encontramos con que mientras la corona de Aragón sigue teniendo una sola bandera en todas sus autonomias: la cuatribarrada está en Aragón, Cataluña, Valencia, Baleares; en la antigua corona de Castilla nos han salido erupciones tales como la ikurriña, la cantabra, la andaluza, la gallega, la asturiana, la manchega, la murciana, la riojana y la madrileña. Todo esto era corona de Castilla bajo la cuartelada, hoy ya no queda nada y lo peor es que las nuevas generaciones están perdiendo la memoria histórica y el interés.
SUPONGAMOS que España va a una confederación en que los estados estén juntos pero ninguno puede entrometerse en lo del otro, en este caso, el propio Portugal será quién esté interesado en un entendimiento para entrar el la confederación que no se podrá hacer sin su vecino más inmediato.